El Bilbao Basket da con la tecla
Recital del equipo de Ponsarnau ante un Zaragoza que pasó por Miribilla como alma en pena. Récord de Pantzar: 14 asistencias.
El Bilbao Basket empieza a coger cuajo. Hay una energía atómica que ilusiona a todos, aunque siempre con los pies en el suelo, no conviene despegarlos de ahí. Aviso a navegantes que quieran acercarse con sus naves a Miribilla. Ganar aquí es el primer mandamiento de los hombres de negro para sacar adelante sus temporadas. La honda preocupación que se trajo el equipo a su tierra por una derrota severa ante el Joventut está ya en el olvido, es casi una anécdota en el horizonte lejano. Ha enderezado el rumbo y ha cogido la vía buena, con enorme identidad, fundamentada por sus partidos en casa, en donde se muestra intratable, al menos en la ACB, tres de tres tras someter a Burgos y Andorra previamente; y otro factor determinante es la bendición europea, éxitos ante equipos endebles como Brno y Kutaisi y la gran campanada en Grecia ante el potente Peristeri. Estos dos últimos encuentros deben servir para cargar la mochila de confianza.
El Casademont Zaragoza, otro representante de la Europe Cup, fue una nueva víctima de este equipo en construcción pero que, como los edificios imparables, medra firme hacia arriba, camino del cielo, sin que nadie sea capaz de dinamitarlo. Las piezas van encajando, todos se suman a la causa y el puzle deja divisar una foto muy agradable. Los norteamericanos Jaworski y Hilliard ya no pelean con sombras, sin encontrarse a sí mismos ni su espacio en el grupo, ahora tienen un bendito pulso de a ver quién mete más puntos. Se pusieron de acuerdo para encestar de forma furiosa y eso es una mala noticia para el que está enfrente, que, dicho sea de paso, dejó a ambos demasiado espacio y tiempo para pensar. El equipo tiene claro dónde hallar el manantial de cestas: entre ambos exteriores y Pantzar aportaron 54 de los 106 tantos del día y 67 de los 130 créditos de valoración. Fue una exhibición portentosa, con mayúsculas.
Ponsarnau ha localizado una rotación larga, con once jugadores aportando en muchas facetas. Y, por encima de todo, celebra que tiene a dos bases sobre los que nadie dudaba, pero que andaban fuera de cobertura últimamente y ahora están gobernando los partidos, se han adueñado del juego. Pantzar repartió 14 asistencias, como ante el Brno en Europe Cup, nuevo récord en la historia del club en ACB, tres por encima de las que repartieron Salgado (2 veces), Colom (tres), Hakanson y Tabu, de locos. También se batió la marca general, dos por encima de las 27 que se firmaron el curso pasado. El Zaragoza, por el contrario, estaba llevando un prometedor inicio de campeonato y frena en seco. Es un equipo alegre y le apagaron las velas con una gran defensa de la zona y en las anticipaciones: 17 robos. Forzaron 26 pérdidas a rival, que promediaba 92 puntos y se quedó en 75. Sin fluidez y desactivando a los interiores, fue un alma en pena.
El choque lo abrió Frey con un tiro a media distancia. Salieron a 200 por hora, aunque a veces se encontraban con curvas de prohibido pasar a más de 40 y se saltaban las señales. Eso da la famosa energía e inspiración, los factores más importante hoy en día. Todo iba engrasado, tan sólo preocupaban las faltas personales de Hlinason, tres antes del descanso, y Petrasek, con dos muy rápidas. La ventaja de 12-7 tras un triple de Jaworski a 6:16 para llegar al final del primer cuarto llenó los pulmones de los hombres de negro de confianza. Trataban de negar el camino a la canasta de Yusta, sorprendente máximo anotador de esta ACB y autor de 30 puntazos ante el Madrid. Normantas se encargó de parte de esa labor de desgaste, el único de los locales que no anotó pero sus intangibles son parte de esta crecida incesante el Surne. En esa misma función está también el aplicado Lazarevic. Ponsarnau volvió a cambiar a todos en la primera rotación, con eso activa a los diez implicados.
Hilliard recuperó la inspiración que tenía en Lugo el año pasado y puso con diez de ventaja a un Bilbao Basket al que solo se le podía reprochar sus pérdidas en la salida del juego. Bagayoko se subió a un partido con mucho ritmo haciendo lo que sabe: contagiando su infinita actividad y metiendo manos para anticipar los pases al poste del cuadro maño. La diferencia engordó hasta el 50-32 después de un tiro libre del pívot, a 1:26 para el descanso.
106 - Surne Bilbao Basket (27+23+28+28): Frey (6), Normantas, Hilliard (20), Krampelj (10) y Hlinason (7) -cinco inicial-; Pantzar (12), Jaworski (22), Font (9), Lazarevic (2), Petrasek (8), Bagayoko (8) y Sylla (2).
75 - Casademont Zaragoza (23+11+11+30): Bell-Haynes (5), Miguel González (3), Yusta (14), Devin Robinson (20), Dubljevic -cinco inicial-, Spissu (4), Erik Stevenson (10), Joaquín Rodríguez (3), Jaime Fernández (4) y Soriano (12).
Árbitros: Óscar Perea, Luis Miguel Castillo y Alberto Baena. Eliminado por faltas, el visitante Soriano (m.40).
Incidencias: Partido de la sexta jornada de la Liga Endesa disputado en Miribilla ante 8.492 espectadores.
La segunda parte fue un paseo militar de los vizcaínos, que no querían parar, no escondían los colmillos, mientras el Casademont mostraba una actitud lamentable, con pocos gestos de orgullo queriendo frenar el castigo. Su bajada de brazos sorprendió. El baño creció hasta el 90-55 tras un triple de Hilliard, con un recital de casi todos los que entraban en la pista. Para rematar la tarde de gloria, se sumó Font a la fiesta.
Iban en busca del récord (palabra recurrente este año) de anotación en la Liga sin prórroga, 109 y no estuvieron tan lejos, se quedaron a tres. Quinta mejor cosecha de puntos de la historia y tercera mayor paliza. Jaworski no quiso jugar el último ataque, cosas de la NBA, pero podría haber propiciado balance positivo general del equipo y se queda en -1, por cuatro puntos no se plantan en zona playoff. La ACB no regala nada, esta jornada muchos poderosos han mordido el polvo y solo han ganado fuera Granca y Madrid. Ponsarnau ya tiene 200 triunfos en la élite, almacenados en 486 citas, es la número 40 en cuatro campañas en Bilbao. Lucas, uno de los fisios, se acaba de casar. Y tuvo un brindis por todo lo alto. Aprovechando el descanso, se realizó una foto de cantera, cada vez más numerosa. Desatados.
Ponsarnau: “Me encanta que los planes salgan bien”
Ponsarnau se mostró “muy satisfecho en una semana “importante” que comenzó con la victoria en Grecia ante el Peristeri. “Soy ‘boomer’, veía ‘El Equipo A’ y decían eso de ‘me encantan que los planes salgan bien’. Y hoy nos han salido muy bien, aunque jugamos en una Liga en la que todos los rivales van a hacer todo lo posible para que no sea así. Eso no quita para que hoy tengamos que estar muy satisfechos”, explicó el técnico de los ‘hombres de negro’ en su valoración del partido.
El preparador de Tàrrega añadió que uno de los aspectos más positivos que le han dejado estos dos últimos partidos es que ha detectado que “hay compromiso” porque frente al Zaragoza “hay jugadores que ha sido una dificultad para ellos jugar, por diferentes problemas, y han jugado todos al cien por cien”.
El catalán añadió que la buena puesta en escena y las primeras ventajas les permitieron “encarar bien el partido”, si bien “siempre tenías que estar alerta porque Zaragoza es un equipo con talento, conceptualmente rico y cosas muy difíciles de defender”.
“Hay un factor muy importante que es la energía y hemos aprovechado muy bien jugar en Miribilla. Queríamos correrlo todo incluso cuando no tocaba. Hemos encontrado acierto, calidad de juego, defensa.. Y era importante estar y aguantar y hemos aguantado”, apostilló Ponsarnau.
Ramírez: “Bilbao ha jugado a lo que quería jugar, nosotros no”
Jesús Ramírez señaló que el Bilbao Basket “ha jugado a lo que quería jugar” y el Zaragoza, no. “Nos está costando entender los temas de energía, de mentalidad y de empezar los partidos como toca. En Bilbao y en muchos otros campos si esa energía no está por encima del local es difícil de competir. Ahí nos hemos perdido”, admitió el técnico del equipo aragonés en su valoración del partido.
Cree que “no es excusa” la falta de entrenamientos de las últimas semanas a causa de los viajes por la Europe Cup, competición que también disputa el cuadro bilbaíno, y cree que después de un partido como éste deben “hablar, ver dónde estamos y hacer las cosas mucho mejor”.
“No quiero quitar mérito a Bilbao. Han jugado a lo que quieren jugar y nosotros no en ningún momento del partido. Tenemos que cambiar un poco no sé si la mentalidad o el cómo afrontar todo para buscar acercarnos a la identidad que queremos tener”, reflexionó.
Por último, el catalán admitió que le hizo “mucha ilusión” regresar a Bilbao, donde trabajo en la temporada 2017-18 como miembro del cuerpo técnico primero de Carles Duran y más tarde de Mrsic y Lakovic. “Fue un año muy difícil, pero personalmente estoy encantado de volver. No me voy con una sensación de felicidad máxima porque no hemos hecho nuestro trabajo. Somos profesionales y una cosa no quita la otra. La alegría de venir aquí está, pero no es completa”, concluyó.
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