El Baskonia se impone a un Milán venido a menos

Sorprende ver la lista de jugadores del Armani, bajas al margen, y ver cómo juegan luego sobre la cancha. Cada uno hace la guerra por su cuenta, no tienen energía y sólo viven del talento puntual de algunos de ellos. Apenas llevaban tres victorias antes de visitar el Buesa Arena y se marcharon de Vitoria con el mismo bagaje.

Joan Peñarroya, como era previsible, no pudo contar con Sedekerskis, que sigue con sus molestias en el aductor. En los dos primeros minutos, ninguno de los dos equipos fueron capaces de mover el marcador. El primero, en el Baskonia, fue Giedraitis en el tercero. Davies hizo el inaugural para los suyos en el cuarto. Hommes se convirtió en el protagonista de ese primer acto gracias a tres triples consecutivos. Con el 21-7, Messina se vio obligado a pedir tiempo muerto.

La reacción italiana llegó en el segundo periodo con un buen parcial inicial a su favor (24-15, min. 12) pero el Cazoo volvió a ponerse las pilas y abrió brecha de nuevo con el 38-27 del descanso. Los lombardos se mostraban muy fallones mientras que el equipo local hacía bien su trabajo en defensa. Dejar en menos de treinta puntos a un conjunto como el milanés tiene su mérito. También es cierto que los vitorianos sólo sumaron 14 puntos en ese periodo.

El miedo entró en el cuerpo de los aficionados con el 40-35 pero Howard empezó a enchufar triples y la goma se estiró de nuevo. El Armani firmaba unos pobres porcentajes de tiro de campo y, salvo Davies que se fue a los últimos diez minutos con 19 puntos, se mostraron muy fallones. Con el 53-37 se las prometían muy felices los hombres de Peñarroya pero el peligro siempre acechaba ya que, además, secundarios como Baldasso empezaron a hacerlo realmente bien. El tercer cuarto lo ganó el equipo de Messina por 2 puntos.

Cuando las cosas se pusieron feas, llegó la magia de Pi Henry, bien escoltado por Darius Thomas (62-48, min. 34). El Armani tiene diamantes, esmeraldas, perlas, rubís, oro y plata pero el collar, hoy por hoy, queda mal combinado. Llevan un traje precioso, de etiqueta, y no lo manchan porque no bajan al barro. En el ecuador del cuarto definitivo, el Baskonia ganaba ya por 17 puntos (68-51) y el choque quedó cerrado. Visto lo visto, no extraña la zona por la que transita el equipo de un Ettore Messina, que vio una técnica al final del choque.