El Baskonia se vuelve a estrellar en Vitoria en un pésimo partido

Había sensaciones preocupantes que se notaban en los últimos partidos. El conjunto configurado por los dirigentes este verano parece corto pero no para meterse en una dinámica tan terrible como la de esta noche. El primer cuarto terminó con un contundente 7-24. Laso alineó un quinteto bastante alto y físico que solo le dio resultado durante los primeros 3 minutos (2-2). La realidad es que los del Principado empezaron a abrir brecha muy rápido (4-14).

Chima Moneke y Donta Hall fueron sentados en los primeros compases por lo que se decidió dar la alternativa a jóvenes como N´Diaye y Khalifa Diop. Pero ni por esas (5-22, min. 8). El conjunto de Sasa Obradovic defendía bien, hacía buenas transiciones y terminaba sus ataques con canastas. Un Baskonia desconocido no encontraba respuestas para hacer daño al rival. Tan solo Rogkavopoulos en primera instancia y Donta Hall, en una reacción encomiable, fueron capaces de dar algo de energía y dinamismo a su equipo. El resto, muy perdidos. Y Pablo Laso, desesperado.

En el segundo cuarto fueron empeorando las cosas aún más y las gradas del Buesa Arena empezaron a pitar a su equipo. Primero indiferencia, luego inquietud y, al final, silbidos. Dos triples de Papagiannis estiraron mucho la goma (18-45, min 17). Howard se fue al descanso con 0 puntos, un 0/5 en triples y el equipo, en valoración, perdía por 16-64. La gente no daba crédito y de no ser el entrenador que es, alguno pensaría que se empezarían a afilar las espadas. El técnico alavés tiene más crédito que otros compañeros de temporadas anteriores. Por ejemplo, Joan Peñarroya.

Se ve que el responsable del banquillo local puso las pilas a los suyos en los vestuarios porque el tercer cuarto fue de auténtica locura. Tras un parcial de 31-14, los vascos se llegaron a poner a 5 puntos. La energía de Moneke, con 14 en el tercer periodo, acabó por contagiar al resto de compañeros. Se defendía, reboteaba, corría y anotaba. Hubo una antideportiva de Blossomgame en el 22, con 29-49 y, siete minutos después, un 3+1 de Rogkavopoulos colocó el luminoso en un 52-60. La gente no daba crédito y el Mónaco entró en pánico ante una defensa muy agresiva y el gran acierto del rival.

Pero, con un panorama nuevo, fue otra vez el conjunto de Obradovic el que gestionó mejor las cosas. Un gran Okobo comenzó a decidir el partido y James, algo perdido en el Buesa hasta ese momento, acabó por rematar la faena (63-82, min. 37). Desde entonces no hubo capacidad de reacción posible y el Baskonia, que firmó su peor compromiso de la temporada, volvió a caer en el Buesa. Lo últimos puntos de Luwawu-Cabarrot no vinieron a cuento porque estaba todo el pescado vendido. Hay que ser efectivo cuando se juegan las cosas de verdad.

Por si esto fuera poco, en la última canasta dio la sensación de que Sedekerskis se había lastimado otra vez el tendón de Aquiles. Segunda derrota de la semana y racha de cuatro partidos hincando la rodilla en Euroliga. Markus Howard, de nuevo, con 0 puntos. Inaudito. Nunca le había ocurrido al de Nueva Jersey en dos partidos de baloncesto profesional de manera consecutiva. El domingo llega el duelo de liga ante el Zaragoza en el Príncipe Felipe. Habrá que ver si se recuperan las buenas sensaciones o si se sigue inmerso en una sima de juego preocupante.

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