El Barça se enreda en Berlín

Para ser un equipo fiable, para ganar partidos, al Barça le hace falta defensa. Una máxima absoluta para el anterior técnico, Jasikevicius, pero una necesidad para el ya no tan nuevo, Grimau. Ante Alba de Berlín (74-70) volvieron a encadenar momentos buenos, en la primera parte, con otros desastrosos. El Barça es superior a muchos de sus rivales pero sin emplearse a fondo en defensa no puedes ganar casi a nadie. Menos aún cuando no tienes tu mejor día en ataque. La diferencia estuvo casi siempre con Vesely en el parqué, cuando el Barça es mucho más sólido, pero el checo no lo puede todo. Tampoco la inspiración de Laprovittola. Una nueva derrota, esta quizás más dolorosa, tras el buen encuentro ante Baskonia del domingo.

Este martes, en el inicio contra Alba, consiguieron elevar el nivel atrás, frenar a Thiemann y dejar a los alemanes en 7 puntos en ocho minutos. Ellos metieron 19. Una distancia que evidenció la diferencia de potencial pero también un mayor acierto azulgrana. Alba Berlín no anotó una canasta de dos, bajo el aro, hasta el minuto ocho. El Barça, desde fuera y fluido en ataque, cogió pronto ventaja. Siempre acertados con el extrapass, Grimau se permitió rotaciones poco habituales ya en el primer período. Y dilapidó parte de la ventaja. Una falta en ataque y una pérdida de Willy, sumado a algunos tiros más cómodos de los locales, dejó el electrónico en 19-22.

Brizuela se erigió como líder en el inicio del segundo parcial en un intercambio de canastas donde la defensa volvió a ser inferior a los ataques. Al Barça le faltó defender, o al menos puntear, los tiros exteriores de Alba Berlín, cada vez más cómodo sobre el parqué. Con Vesely, como casi siempre, las cosas mejoraron pero no lo suficiente como para romper el partido. Sí para complicarle a los locales los ataques estáticos y volver a coger una diferencia de unos diez puntos. Hasta que se sentó el checo. Sin él en pista bajó claramente el rendimiento defensivo del Barça y Alba se volvió a acercar en un cuarto calcado al primero (38-41).

Las malas sensaciones se multiplicaron tras el descanso, encendiendo las alarmas y obligando a Grimau a parar el partido (47-41). Un parcial de 9-0 donde el resultado fue lo de menos. El Barça volvió a transmitir esa imagen de indolencia, de pasividad, que demasiados partidos le ha costado ya esta temporada. Pocas faltas, poco acierto, y demasiados errores. Siempre a remolque de su rival. Necesitaba el Barça su mejor versión, en ataque y defensa, para ganar al correoso Alba de Berlín. Y el inicio del último cuarto no fue el mejor, con numerosas pérdidas de los azulgranas (60-52). A cinco del final la situación era crítica (70-57). Al Barça no le salía nada.

Pese a ello, lo normal en los grandes equipos, el Barça no se rindió. Mejoró, le entraron las dudas a Alba Berlín y se acercaron. Siete abajo a dos del final. Tres por detrás a uno de la conclusión. Y a los alemanes les empezaron a temblar las piernas. Casi ni tiraron en los últimos ataques. Pero la renta conseguida fue suficiente para ganar.

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