Cuarta victoria consecutiva en el Buesa

Hace dos semanas, quien más quien menos, pensaba que el futuro de Galbiati en Vitoria estaba en entredicho. Ver a los directivos del club haciendo aspavientos en el palco no auguraba nada bueno. Y todos sabemos que en Vitoria el mes de noviembre es un periodo de cambios si las cosas no funcionan. Pero en una semana se han encadenado tres triunfos europeos y otro en liga. Todos como locales pero victorias a fin de cuentas.

Ante la Virtus de Ivanovic se arrancó con un contundente 6-0. El marcador incluso señalaba un 11-2 en el minuto 4. Dusko fue aplaudido por el respetable pero Vildoza escuchó silbidos. No se le perdona que litigara con el club por los derechos europeos después de haber abonado su cláusula para la NBA. Meritorios en el palco como Laurent Foirest y Joksimovic baja porque todavía no ha superado su gripe. Tampoco estaban en el listado ni Forrest ni Howard.

El conjunto de Bolonia empezó remolón en anotación (4 puntos en 5 minutos), algo que no debería sorprender ya que la semana pasada, ante Zalgiris, se hicieron 65 y contra el Bayern, 70. El único que se mostraba un poco inspirado era Morgan, pero al final del primer cuarto se llegó con un contundente 23-14. El segundo periodo también lo ganaría el equipo vasco con un 23-20.

Y eso que los italianos endosaron un parcial inicial de 1-5. Pero un triple de Frisch, uno de los efectivos menos utilizado por Galbiati, recortó las aspiraciones visitantes. Con el 31-21 del minuto 13, la velocidad de crucero de los vitorianos estaba estable. Al final del segundo acto, dominio en el rebote, buen registro de asistencias y pocas pérdidas. Las cosas iban a buen ritmo.

Pero los equipos de Ivanovic son siempre peligrosos, especialmente ante el Baskonia. Con su inseparable coleta y con zapatillas deportivas blancas, daba instrucciones a los suyos y el trabajo daba sus frutos (58-57, min. 28). Nowell no estaba acertado, los transalpinos hacían daño en la pintura, Alston Jr. vio una técnica, Niang destapaba el tarro de las esencias y el parcial de esos diez minutos fue de 19-23.

Continuidad en el momento decisivo

Pero Luwawu-Cabarrot empezó a enchufarlas en el desenlace final y los alaveses sumaron una nueva victoria en el Buesa. Ganaban por 16 a falta de 7:18. Edwards amenazó metiendo triples aunque luego se precipitó y condenó a su equipo con su individualismo. Buen partido de Sedekerskis, Spagnolo, Diop, Diallo y en los momentos decisivos, de TLC. Un triple suyo a falta de 2:55 fue la puntilla para los italianos. El luminoso señalaba un 83-70 y todo el pescado estaba ya vendido.

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