Una victoria entre amigos

La victoria del Barça ante el Girona puede explicarse de una forma muy sencilla. Pese a que sean dos equipos que compiten en la misma liga, el potencial de ambos es muy diferente. Y que el equipo de Marc Gasol no tuvo tampoco su mejor tarde. Demasiado blandos en defensa, fallones en ataque, dejaron en bandeja el partido a un Barça que jugó muchos minutos con los menos habituales. Destacaron especialmente Vesely y Da Silva, también Abrines, en un partido muy cómodo para los locales. Hasta los minutos finales. La relajación azulgrana y el mayor acierto visitante apretaron el partido hasta el 69-66 con el que arrancó el último minuto. No hubo sorpaso, no hubo sorpresa, pero la relajación casi le cuesta un disgusto al Barça.

Arrancó el partido el Girona sintiéndose como en casa. En una ovación in crescendo del Palau, aplaudieron a Aíto, Oriola y Marc Gasol. Anunciaron primero al técnico, luego al de Tárrega y finalmente al mediano de los Gasol, por lo que efectivamente, toda la presentación del equipo gerundense se desarrolló entre aplausos. Y también los primeros minutos. El 0-6 con el que empezó el partido fue celebrado por un significativo número de seguidores del Girona que trufaron las gradas del Palau.

Con Laprovittola impreciso, al Barça le faltaron puntos al inicio. Un triple de Colom situó el 4-11 a mitad de cuarto, evidenciando la superioridad gerundense. No fue un inicio intenso por parte del Barça, que no corrió, viéndose rápidamente a remolque. Colom dirigió con más clarividencia a los visitantes que Satoransky a los locales, en lo que fue un partido casi entre amigos. Hasta por megafonía se animó a dar la bienvenida a los aficionados del Girona.

La ventaja visitante duró mientras al Barça le falló la puntería. Dos triples al final del cuarto pusieron las tablas en el electrónico (17-17). Y no se quedaron así. Con un parcial de 14-0 recuperaron la iniciativa. En un momento, casi sin esfuerzo, los azulgranas demostraron de lo que son capaces. Anotaron con mucha facilidad, brillando especialmente Abrines, Da Silva y Vesely (35-24). Ya antes del descanso, y sin nada decidido, Jasikevicius dio muchos más minutos de los habituales a hombres como Paulí, Da Silva o Nnaji. Las facilidades defensivas del Girona, con numerosos errores en ataque, no ayudaron al equipo de Aíto (50-38).

Pese a que el Girona redujo la distancia por debajo de los diez puntos, el tercer cuarto fue un paseo para el Barça. Distendidos, cómodos, cada vez que apretaron un poco se fueron en el marcador. Y no les hizo falta un desempeño demasiado grande, sino simplemente aprovechar los fallos de un Girona que está muy lejos del nivel del Barça (65-50).

Pero el Girona no se rindió. Y el Barça bajó el nivel defensivo. También la intensidad. Cuando se quisieron dar cuenta, se habían metido en un problema. A tres para el final, la distancia era pequeña (68-63) y a falta de un minuto aún era menor (69-66). Nunca tuvo el Girona una posesión siquiera para empatar en un partido que no se le escapó al Barça.