Un Madrid desatado

El calendario va tan cargado que lo que ocurre al principio de semana es pasado lejano al final de la misma. El 2023 comenzó con malas sensaciones para el Madrid en casa ante el Barça y ha cambiado con dos exhibiciones de gran baloncesto en el mismo escenario, el Palacio. Frente al Gran Canaria los blancos igualaron su mayor anotación del curso (105-85, los mismos 105 que le habían metido al Partizán en noviembre) y recuperaron el liderato perdido temporalmente tras la paliza del Barça al Betis. Una actuación tan redonda como grupal, incluso dando la impresión de que no apuraron toda la potencia del motor. Además, con un muy buen contrincante al otro lado, que claudicó por los amplios méritos locales.

Khalifa Diop mordió con 18 puntos, pero es que la pareja Tavares-Poirier era demasiado para cualquiera. Edy se disparó a los 21 tantos (9 de 9 de dos) y 5 tapones en apenas 18:44 en pista, mató el duelo en el tercer cuarto y descansó en el último, cual deidad. Y Vincent añadió otros 15 más 6 rebotes en 19:16. Su equipo terminó con un 63% en tiros de dos y un 44% de tres. En la larga distancia creció en la segunda parte con un hambriento Hanga que embocó tres desde el 6,75 (9 de 16 entonces el bloque, incluso presumió de seis seguidos sin fallo en el último acto). Hasta 30 asistencias (9 de Sergio Rodríguez y 6 de Williams-Goss y otras 6 Llull) para 36 canastas en juego. Una barbaridad. Muchos destacados y muchos detalles a aplaudir (Hanga, Chacho, Musa, Cornelie…) en un día en el que volvieron a faltar Rudy, Hezonja y Deck.

Mezclar con amarillo parece sentarle bien a los blancos. Más allá de combinaciones, los de Chus Mateo han completado en menos de 48 horas, ante el Maccabi el viernes y este domingo, dos de sus mejores partidos del curso. A los de Tel Aviv los destrozaron de salida y en el último cuarto llegaron a rondar los 40 puntos de ventaja (98-65 al final) en una actuación brillante con un elevado acierto en el triple (18 de 33). Esta vez no se repitió esa puntería de inicio (3 de 11 al intermedio), pero el desempeño resultó igual de bueno en un pulso magnífico entre ambos contendientes. Y eso pese a que el Real mandara por 16 (50-34) cerca del descanso.

El Granca daba la talla, su problema era que se encontró con un rival enorme. Los de Lakovic resistieron un primer cuarto a toda pastilla, aunque unos minutos en el segundo con un ligero bajón de concentración los sacaron de la pomada. Khalifa Diop se quedó como único baluarte ofensivo con su fuerza y rapidez en la resolución, mientras que el Madrid ofrecía un recital de cómo alargar el campo, más incluso que de ensancharlo. Había funcionado el quinteto titular con Williams-Goss conectando con Tavares (magnífico delante y detrás) y lo hizo de maravilla la rotación. Si nos centramos en la dirección, el trío Llull-Musa-Hanga a la vez le daba muchas alternativas, y luego cambio de Sergio con el Chacho transmitiendo desequilibrio, creatividad, visión nítida de la ventaja… En suma, al alza.

Volvamos a eso de alargar la pista, a Musa, por ejemplo, con esa facilidad para el corte a la espalda de la defensa, para fintar y abrir la puerta trasera, como hacía Rudy antaño, y rasgar como un cuchillo. Y miremos a Poirier y sus continuaciones, y también a sus fintas de bloqueo para regresar sobre sus pasos para el alley-oop de puerta atrás. Así se estira la pista como un chicle mientras Cornelie tira para ensancharla colocado en las esquinas. Más espacio para el talento, que masacraba al Granca dentro del perímetro, con un 74% de efectividad de dos (20 de 27) cuando Tavares sumaba su punto 21 (13 en el tercer periodo) para alcanzar el +22 (70-48). Por entonces, 24 canastas de campo y 20 asistencias, salvaje. Funcionaba eso de generar juego y pasar, lo que obligaba a los insulares a frenar acciones definitivas con falta (18 de 20 en el tiro libre en tres cuartos).

El Gran Canaria, pese a todo, no se rindió. Salvó y Shurna acompañaron a Diop en un tramo de desconcentración local cuando las decisiones arbitrales enfadaron a la grada: 73-60. ¿Había partido? Hanga clavaba dos triples (se le ve veloz en la arrancada tras superar la lesión), Sergio Rodríguez añadía un tercero y Poirier se forraba de nuevo. La reacción amarilla quedaba desactivada y el 105-85 le devolvía el liderato a los blancos en el mano a mano con el Barça por el basket-average general (167 frente a 160). Y ahora, el martes, Belgrado y el Estrella Roja de Campazzo y Vildoza, pero sin ellos.