Thomasson mantiene vivo el sueño del Covirán

El Covirán Granada sigue vivo. Los nazaríes se jugarán la permanencia en la última jornada, aunque no dependen de ellos mismos. Para estar la próxima temporada en la Liga Endesa tienen que ganar en el Palacio de los Deportes al Joventud y esperar que el Betis pierda ante el Real Madrid en el WiZink Center. No será fácil, pero la victoria en casa de su máximo rival por la permanencia da una semana más de esperanza. Aunque no se logró el segundo objetivo: ganar el basketaverage. Por eso, los de Pablo Pin tendrán que ganar sí o sí y esperar el resultado del conjunto verdiblanco que, de haber ganado al Granada, habría certificado su permanencia.

Y eso que en partido no empezó nada bien para el Covirán Granada. Un gran inicio verdiblanco con un parcial de 13-2 complicaba a los nazaríes, que les tocaba una vez más remar contracorriente. La reacción no se hizo esperar y el Covirán logró igualar el marcador. Entre tiras y aflojas y con el Betis más entonado se llegó al final del primer cuarto 22-20. El partido estaba igualado, aunque eran los béticos los que llevaban la delantera apostando por el juego exterior, mientras que el Granada se agarraba a Thomas Bropleh y los destellos de un Thomasson a la postre decisivo. Al descanso, la ventaja era para el Betis 46-41.

Tras la reanudación, el Betis volvió a irse en el marcador dominando el rebote ofensivo. Pero los triples de Maye y Thomasson hacía reaccionar a los nazaríes. El partido se alocó y de nuevo el marcador oscilaba. Tres triples del Betis sirvieron para irse diez arriba, reaccionó de nuevo el Covirán Granada con un parcial de 0-10, triple de Bropleh sobre la bocina incluido para que este cuarto cayera del lado del Covirán Granada (21-26) y empatar el partido (67-67). El Betis se hundió en el último cuarto, también por el gran final de Thomasson. El 0-7 de parcial nada más salir dejó tocado a los verdiblancos. Sólo Montero mantenía a los locales en el partido, pero el estadounidense, con 12 puntos en estos diez minutos, impidió cualquier reacción para mantener vivo el sueño del Covirán Granada.