Superlíder

La liga regular no decide el título, lo hemos aprendido a base de verlo repetido, de batacazos del teórico favorito. Hasta 16 de las 40 ediciones con el formato de playoff se las llevó un equipo que no lideró esta fase de liguilla. El primero puesto, sin embargo, ayuda, porque los otros 24 campeones fueron los mejores en ambos momentos de la temporada. El triunfo en el Martín Carpena (81-87) coloca al Madrid en una posición inmejorable, como superlíder. Dos victorias por delante del Unicaja y el average particular empatado (cada uno venció por seis en cancha contraria, así que ahora dictará sentencia la diferencia general de puntos, que en este instante beneficia a los blancos por 12: 267 a 255). Y más allá, aventaja en seis triunfos al Barcelona.

El dominio del rebote (27 a 42), la importancia de Poirier y Tavares, el poso competitivo, la irrupción de Musa en momentos cruciales y Campazzo (+17 con él en pista) resultaron decisivos para el Madrid frente a un Unicaja que tuvo en Osetkowski a su mejor baza, aunque el de San Diego se quedó sin sumar en el cuarto definitivo. Musa igualó a 81 con un 2+1 a falta de 69 segundos y Campazzo resolvió con una asistencia a Tavares y una recuperación sobre Carter (81-83 y solo 19 segundos en el reloj) que enfadó a los locales, que reclamaban falta.

Ni Sergio Rodríguez ni Rudy estaban disponibles; Hezonja, tampoco. El croata regresó enfermó de Bolonia y no tenía fuerzas. En el Unicaja, Djedovic, con un esguince, se cayó de la convocatoria a última hora y Perry sufría náuseas. Más mermados los blancos, que habían jugado 46 horas antes; pero con un arsenal todavía suficiente como para asaltar el Carpena. Lo vimos de inicio, cuando Chus Mateo repitió el quinteto que salió frente a la Virtus con Abalde redoblando las buenas sensaciones del viernes. Osetkowski castigó de inicio con dos triples a Yabusele, al que luego le buscó la espalda para cazarle en un alley-oop. Los blancos ajustaron la defensa y Abalde emergió en ataque con tres triples, a los que añadió tres asistencias (y también tres rebotes y dos recuperaciones) en 9 minutos (16 de valoración).

El porcentaje en el lanzamiento local bajaba por debajo del 40% y los rechaces eran todos (o casi) visitantes. Con ese 11 a 22 en los rebotes, la velocidad verdimorada se frenaba y sus contraataques quedaban anulados. El duelo era en media cancha y ahí Tavares y Poirier tenían mucho que decir. Una antideportiva a Campazzo, otra a Musa y el acierto de Taylor permitieron al Unicaja recortar un intimidante 10-20, aunque luego se vio 11 abajo (21-32). La rotación colocó a Alocén y Llull al timón, Ndiaye volvió a jugar más de tres minutos en ACB mes y medio después y el Real se atascó en ataque. Kalinoski sacaba tres tiros libres (lo hizo dos veces), triple de Carter, canastón de Barreiro y… 33-36. La réplica la daba Poirier con un 2+1 y el Facu de nuevo en pista, siete tantos seguidos del argentino para el 40-48 del descanso.

Tensión entre Campazzo y Yabusele

El líder salvaba la primera crecida del adversario, aunque sus problemas serios vendrían en la reanudación, cuando la lucha por el rebote se niveló y el Unicaja encontró tiros abiertos cómodos, los de Osetkowski, tres seguidos (6 de 8 en triples y 20 puntos en 16 minutos) para firmar un 18-6 y darle la vuelta al calcetín: 58-54. Poco antes, Campazzo y Yabusele se habían gritado el uno al otro en la cara en un tiempo muerto con Llull tapando la cámara para que no se viera la escena.

El Carpena rugía y, en pleno embotellamiento, apareció Musa (9 de sus 19 tantos entonces) para equilibrarlo todo de nuevo. Con Dylan, el californiano tirador en el banquillo, Ibon Navarro sacó un gran rédito a cómo se desdoblaba Sima cerca del aro. El Madrid perdía más balones de la cuenta y así la escuadra malagueña se daba alguna alegría corriendo. En un tramo de gran apuro visitante, Causeur metía un triple, ¿les suena? Poirier empezaba a dominar las alturas, aunque una pérdida y un despiste defensivo de Deck, ahora en la marca de Osetkowski, que regresaba a la cancha, daban alas al Unicaja, que veía muy cerquita la victoria: 81-78 a poco más de un minuto.

Musa vio a su equipo acorralado y se sacó una penetración diabólica con un paso a un lado y a otro: 2+1. El aspirante al primer puesto no volvería a sumar. Campazzo hizo un jugadón que acabó con una bola colgada para Tavares justo encima del aro, que la machacó con fiereza (erró el adicional), y en la siguiente acción el base paró la penetración de Carter con el Unicaja reclamando personal. La recuperación permitió la canasta fácil de Deck, un mate, y, luego, con el triunfo ya decidido, pero no el average, Deck le birló la bola a Kravish y el Facu elevó el 81-87. Average igualado (93-99 en la ida), había tiempo para un tiro y Taylor se quedó botando sin lanzar mientras que su banquillo le pedía que lo hiciera. No lo entendió. El Madrid había vuelto a lucir el viernes en Bolonia y este domingo se llevó el gran duelo de la Liga con tres ausencias de calado.

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