Reacción heroica del Valencia

Un partido vibrante, de menos a bastante más en acierto, con el liderato en juego, respalda al que llegaba primero, a un Valencia Basket (85-84) que presenta siempre que puede su candidatura a todo, a mover el árbol del duopolio del baloncesto español, a levantar otra vez una Liga como en 2017. Queda mucho para eso y hasta el playoff hay que disfrutar del camino, pero son dos triunfos más que el Madrid en la clasificación, tres más que el Barça y una por encima del Unicaja, el nuevo segundo.

Más que mirar más allá, a los de Pedro Martínez les toca celebrar y comprender por qué, cuando más tocados parecían a menos de cuatro minutos de la campana (71-79), fueron capaces de levantarse y remontar el vuelo. Lo hicieron con un parcial de 14-5 en este tramo decisivo frente a un Madrid al que este curso le cuesta mucho cerrar las victorias. No es la primera que se le escapa por la gatera in extremis. Y ocurrió otra vez, incluso pese a dominar en valoración por 90-98. No resultó suficiente. Se encogió algo en el desenlace, con todos pendientes de Campazzo después de su show previo sin que nadie diera un paso al frente y le ofreciera ayuda, y permitió, igualmente, alguna acción rápida de más del adversario.

El Valencia venció por el triple de Matt Costello a 28 segundos de la bocina y por la destacada actuación del base Chris Jones (16 puntos). Y por unos cuantos motivos más: por la puesta en escena defensiva, por levantarse golpeando más que su contrincante y por la aportación clave de varias piezas en momentos trascendentes. Apunten ahí a Badio, Pradilla, López-Arostegui, Jovic, Sestina, Ojeleye… Un gran pulso, uno más en un camino durísimo.

Rathan-Mayes vuelve a jugar

Los dos venían de una doble jornada europea, de hecho, el Valencia jugó el viernes el aplazado que le faltaba para ponerse al día y perdió por primera vez esta temporada en la Eurocup; pero este domingo su plan defensivo funcionó mejor de salida. Maniató al Madrid, al que no permitió ni una canasta fácil cercana, y la baja puntería de tres hizo el resto. Tanto padecieron los blancos con el balón que en el ecuador del segundo cuarto iban a menos de un punto por minuto: 24-12.

No es que el Valencia volara, aunque se permitía alguna galopada por su enorme labor atrás y lograba rascar varias penetraciones porque la entrega defensiva merengue, con desconexiones puntuales, no rayaba al mismo nivel. Chus Mateo repitió el quinteto de los dos últimos duelos triunfales en la Euroliga. Poco éxito de Musa y Ndiaye en los tiros abiertos. Tampoco Tavares lograba soltar su gancho con acierto. A partir de ahí la rotación varió, Ibaka entró antes que Garuba, un Campazzo sin acierto entonces y algo precipitado relevó a Feliz y Rathan-Mayes regresó a la acción en el segundo acto después de tres partidos fuera de los doce inscritos. El nivel de contacto permitido era muy alto y ahí el Real se sintió incómodo, más que su rival en una Fonteta que presionaba bastante. Al descanso, 40-30.

En la reanudación, Mateo reunía al Facu con Tavares; pero, sobre todo, fue Deck el que le cambió la cara a su equipo. Elevó la intensidad atrás, iba a todos los rechaces y en ataque conectó con Campazzo y más. Hasta 11 puntos y 20 de valoración en nueve minutos del tercer cuarto. El Madrid embocaba sus 7 tiros de dos, sus 6 tiros libres y 3 de 5 de tres después de repartir 7 asistencias. Un parcial salvaje de 16-32, si contamos la primera acción del cuarto periodo, volteaba el pulso: 56-62.

El gran mérito del Valencia, el que le dio la victoria, fue resistir, agarrarse como pudo para sacar la cabeza casi al final. A falta de 3:46, el Madrid elevaba el +8 (71-79) tras un tramo descomunal de Campazzo que rompió con sus penetraciones una y otra vez a la escuadra taronja. Y, sin embargo, los de Pedro Martínez no se descompusieron, lo que le hubiera pasado a muchísimos equipos. A cada revés del Facu trataban de responder raudos.

La gran remontada

Una entrada de Chris Jones, un triple de Ojeleye, una pérdida de Hezonja y dos libres de Jones cambiaban el escenario en cuestión de segundos: 78-79. Restaban dos minutos y poco más tarde, a falta de 28 segundos, Costello, abierto y liberado, porque había dos jugadores blancos persiguiendo el balón, clavaba el triple ganador: 85-84.

El Madrid iba a tener la última, sin embargo, a Musa se le fue el balón, lo que frenó su acometida y el tiempo se esfumó. Campazzo tuvo que lanzar a la desesperada (agua) y Deck agarró el rechace y la soltó como pudo, un poco precipitado porque aún quedaba algún segundo. El equipo blanco, en esos instantes críticos, parecía que solo miraba al Facu, nadie asomó y eso resultó determinante. El Valencia estaba muy vivo. Un líder fuerte.

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