La Laguna TenerifeTEN
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Gran CanariaCAN
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Finalizado

LIGA ENDESA | 5ª JORNADA

Marcelinho tortura otra vez al Gran Canaria

El base brasileño, con 19 puntos y 10 asistencias, comanda una nueva victoria de La Laguna Tenerife en el derbi insular. Los visitantes solo fueron por delante con el 0-2 inicial.

Ni que fuera una actuación o crónica tantas veces repetida, Marcelinho Huertas volvió a ser el líder imprescindible de un La Laguna Tenerife que, como casi siempre, le ganó la partida al Gran Canaria, lo mismo da que sea en una isla que en otra. El base brasileño, una vez más, pasó su rodillo particular y se volvió a mostrar como un jugador indetectable, un suplicio, para la defensa amarilla.

RESUMEN

84 - La Laguna Tenerife (20+19+22+23): Fitipaldo (7), Kramer (8), Scrubb (5), Doornekamp (3), Guerra (13) âinicial-, Willis (2), Sastre (6), Shermadini (8), Huertas (19) y Abromaitis (13).  
      
74 - Dreamland Gran Canaria 74 (12+20+23+19): Albicy (9), Thomasson (9), Shurna (3), Brussino (2), Tobey (11) âinicial-, Conditt (5), Homesley (15), Salvo (3), Alocen (6) y Pelos (11).

Árbitros: Conde, Olivares y Sánchez Cutillas.

Incidencias: Partido disputado en el pabellón de los Deportes Santiago Martin, ante 5.119 aficionados.

El Granca, una vez más, encaró el derbi fuera de sitio, acaso superado por el ambiente, como si no se enterara de qué van estos partidos. Su única ventaja en todo el partido fue el 0-2 inicial de Tobey y, en nada y menos, ya iba perdiendo 13-3. Nunca pudo culminar la remontada, 39 minutos a remolque de un equipo, otra vez, bastante superior.

La primera parte del derbi canario fue un auténtico martirio para el Gran Canaria, incapaz como fue el equipo de Lakovic de frenar las embestidas laguneras. De hecho, el 0-2 de Tobey, única ventaja visitante hasta en todo el envite, fue apenas una anécdota. Los muchachos de Vidorreta empezaron dispuestos a pasar el rodillo lo antes posible y, a triple limpio, encestando desde la periferia tanto Doornekamp como Kramer u Scrubb, se pusieron 13-3 en menos de lo que dura un pestañeo.

Resulta que La Laguna Tenerife multiplicaba su ofensiva cada vez que el Granca se intentaba meter en un partido que se le escapaba bien pronto. Si Conditt sacaba el mazo para ponerle un soberano tapón a Shermadini, Abromaitis enchufaba otro triple para el 20-9, contestado acto seguido por otro de Salvó, el primero del conjunto amarillo en el partido, antes de que finalizara el primer acto.

En el segundo, una vez pasado el terror de los 10 minutos anteriores, comenzaba el Dreamland Gran Canaria a encontrarse a gusto, o al menos a paladear la sensación de poder competir el duelo. Si antes los triples caían en su canasta, ahora fueron en la contraria. De hecho, los encestes desde más allá del 6,75 de Pelos, Shurna y Albicy dieron lustre a un 2-13 de parcial que apretó el marcador hasta el 28-25. Entonces, apareció el de siempre. Leyenda entre leyendas del baloncesto español, muy superior en esa batalla global contra el paso del tiempo que todos libramos, se cascó siete puntos del tirón para darle un nuevo estirón al Tenerife, 35-28, renta local que se mantuvo cuando acabó la primera parte: 39-32.

Tras el descanso, un par de triples de Albicy agitaron el avispero del Granca, 46-43, que nunca llegó a confirmar la remontada por mucho que se acercara. Llegó a ponerse a dos puntos, 53-51, tras cuatro consecutivos de Homesley, pero ahí se quedó. Y eso que había llegado con vida al cuarto final: 61-55.

Partido excepcional de Fran Guerra

En el último parcial, por si no había quedado claro un rato antes, se demostró que este fue, una vez más, el partido de Marcelinho Huertas. El base brasileño, lámpara y genio al mismo tiempo, varita en su mano derecha y un océano de baloncesto en su cabeza, timonel cuando quiere y ancla cuando hace falta, velero y puerto a la vez, volvió a coger el mando de su equipo para salvarlo, como tantísimas veces, de cualquier aprieto en el que el Granca pudiera ponerle. Para empezar, dos canastas de una tacada, aquellas que todos conocemos de memoria, le volvieron a dar a su equipo un +10, 69-59, que obligó a Lakovic a pedir tiempo muerto cuando se todavía quedaban casi siete minutos de partido.

Sin embargo, el duelo estaba ya sentenciado. Si Huertas propuso la sentencia del Granca, Shermadini la ejecutó cuando entró por un grandísimo, no solo físicamente, Fran Guerra. El pívot grancanario firmó un partido excepcional: 13 puntos, 5 rebotes. No tanto como el de Marcelinho, 19 puntos y 10 asistencias y la sensación de inmortalidad en una cancha de baloncesto. Ese tipo que tortura, una y otra vez, al Dreamland Gran Canaria.

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