Marcelinho Huertas: “La pasión me hace seguir a este nivel”

NI que fuera el Benjamin Button del baloncesto europeo, Marcelinho Huertas lidera al Lenovo Tenerife, el actual mejor equipo de España, desde la experiencia que le dan sus 39 años. “Cada uno sabe lo que siente y yo, felizmente, vivo la vida y el baloncesto de esta manera tan intensa y apasionada”.

Hoy vuelve a liderar a su equipo, que este domingo le disputa el liderato al Madrid (13:00, Movistar+ Deportes). Destaca a Tavares. “Un jugador dominante en ambos lados”, analiza. Y da alguna claves para pelearle ese liderato al equipo de Chus Mateo: “Tienen esa característica muy fuerte y jugadores muy verticales y con capacidad para anotar de tres puntos en situaciones de contrataque. Hay que intentar mantener nuestro ritmo de juego y hacer que ellos se adapten a nuestro estilo, y no al revés”.

En su fecunda carrera brilla especialmente el honor de haber compartido vestuario con Kobe Bryant en su última temporada. Dentro de poco más de un mes se cumplen tres años del fallecimiento de la Mamba Negra, un jugador para la eternidad. Así lo recuerda: “Tenía una cabeza diferente a la mayoría de los jugadores americanos al haber vivido en Italia cuando era joven. Me quedo con la simplicidad que se le veía en el día a día del vestuario. Cuando llegué allí, es algo que me impactó muchísimo. Cuando llegas y ves a Kobe…”.

Esta fue la conversación mantenida con el Diario AS en la víspera de uno de los partidos más importantes de la temporada:

Suma 600 partidos en España, más que ningún extranjero en la historia de nuestro baloncesto. ¿Qué le dice esa cifra?

Que han pasado muchos años y mucha agua por debajo del puente (se ríe). Estoy muy contento pero no solo por haber logrado esos 600 partidos, sino también por ser el extranjero con más partidos en la mejor liga de Europa. No podría estar más contento. Ahora tengo que seguir jugando y seguir compitiendo al nivel que lo estamos haciendo. Poco más puedo pedir. Simplemente, agradecer a todos los que han pasado en mi carrera deportiva desde el día en que llegué a Badalona, en 2004. He estado muy a gusto en todos los sitios por los que he pasado. Han sido todas etapas muy bonitas, todas con trayectorias y temporadas creo que exitosas. No puedo pedir más, estoy muy agradecido de poder ser un jugador afortunado de haber podido lograr esto.

Lleva fuera de su país, Brasil, casi la mitad de su vida. ¿Alguna vez se imaginó estar tanto tiempo fuera de casa compitiendo a tan alto nivel?

(Lo piensa). Cuando uno sale de su casa y viene a jugar en un sitio desconocido, y ves cómo son las cosas… Sobre todo siendo un jugador joven. Vienes a un equipo en el quizás no tengas tanto protagonismo al principio. Es difícil imaginarlo, pero sí que las ganas han estado ahí desde el primer día; las ganas de aprender y de seguir mejorando como jugador. Creo que por eso he conseguido hacer lo que hice y sigo haciendo. Siempre me ha motivado mucho este deporte. Creo que la pasión con la que me levanto cada día me permite seguir aquí disfrutando y aprendiendo. Y compitiendo, que es lo que más me gusta: competir con los mejores y siempre intentar hacerlo lo mejor posible a nivel colectivo para que el equipo siempre tenga una buena temporada.

Habla usted de la pasión que siente por el baloncesto. Lleva muchos años compitiendo al máximo nivel en Europa y jugó dos temporadas en los Lakers. ¿Es lo que, con 39 años, le lleva a levantarse cada mañana con ganas de jugar al baloncesto?

Sin duda. Si no fuera por eso, muchos jugadores, después de en cierta forma haberse consagrado a nivel individual por haber pasado por ciertos equipos de renombre, como Baskonia o Barça, puede perder interés, o ve que ya es mayor y piensa más en pasárselo bien que en realmente competir (se ríe). Lo he visto de otra forma, y lo demostré en estos últimos años. Igual no he estado en estos equipos de tanto nombre, pero aún así hemos competido igual e incluso mejor que otros de mucho más nombre. Así hemos conseguido cosas que la gente ni siquiera hubiera pensado. Mi manera de ver el deporte igual es diferente a otras personas. Cada uno sabe lo que siente y yo, felizmente, vivo la vida y el baloncesto de esta manera tan intensa y apasionada. Eso me ha permitido llegar hasta aquí con esta edad y seguir compitiendo a este nivel.

Usted es también muy estricto con el cuidado de su físico y su alimentación.

Sí. Todo lo que puedas hacer para mejorar tu forma dentro de la pista… Hay mil cosas que puedes hacer fuera de ella. El trabajo invisible: descanso, alimentación, cuidado personal a nivel mental, que también es importantísimo a la hora de poder estar centrado y no dejar que problemas de fuera de la pista te influyan dentro de ella de manera negativa. Se puede preparar muchísimo a nivel físico para prevenir lesiones. Las lesiones también me han respetado, y eso es algo importante en una carrera larga. Pero no existe secreto. Hoy en día todo el mundo puede tener acceso a todas esas mejorías a nivel individual fuera de los horarios de entrenamientos y partidos para poder cuidarse e intentar estar en tu top de performance para cuando tengas que estar compitiendo.

Desde que usted llegó al Lenovo Tenerife parece que el techo del equipo está cada día más alto. Cuando uno piensa que llegaron a su tope, siempre van ustedes más allá.

Y ojalá podamos seguir en esta línea. Creo que la dinámica del equipo en el día a día es muy buena. Entrenando nos lo tomamos todo muy en serio. Aparte de la calidad que tiene el grupo, respetamos mucho a los rivales. Eso nos permite, sobre todo con los equipos que son del mismo nivel que nosotros, competir igual e incluso por encima de nuestras posibilidades. Estos últimos años han sido magníficos, y ojalá podamos seguir en esta línea. Si se nos permite seguir soñando, el equipo tiene hambre, talento y unos grandísimos entrenador y cuerpo técnico que también nos permiten a nivel táctico ganar muchos partidos. El hecho de poder mantener el bloque durante tantos años con jugadores jóvenes que han llegado… El mismo año que llegué yo también estuvieron Shermadini o Salin. Los años siguientes han ido llegando jugadores que tienen un rol muy importante en nuestro equipo. Poder seguir con este bloque se nota año tras año en nuestro juego.

Nada es por casualidad 12 partidos después. Con este bloque le van a pelear el liderato al Real Madrid. 2-3 meses después le siguen aguantando el pulso al actual campeón de liga. ¿Qué claves ve para el partido de este domingo?

Para nosotros, la clave es seguir mirando hacia delante y no en lo que hicimos hasta ahora. Está muy bien que vayamos primeros desde hace algunas jornadas, pero de nada nos sirve si bajamos los brazos y nos creemos que hicimos algo. Quedan más de 2/3 de competición, y sabemos que entrar en una dinámica negativa puede ser peligroso. Hay que seguir pisando duro, entrenando con seriedad y afrontar cada partido con la máxima ambición que podamos. El Madrid es el Madrid. Es un equipo que tiene muchísimos puntos y mucho físico. Tienen a un jugador muy dominante en la pintura, en los dos lados, como Tavares. Tenemos que intentar hacer nuestro juego, saber dónde pueden tener alguna debilidad. A nivel defensivo, contra un equipo así hay que intentar evitar pérdidas y tiros que les permitan corren. Tienen esa característica muy fuerte y jugadores muy verticales y con capacidad para anotar de tres puntos en situaciones de contrataque. Hay que intentar mantener nuestro ritmo de juego y hacer que ellos se adapten a nuestro estilo, y no al revés.

Viéndole desde fuera, parece imposible ponerle fecha de caducidad como jugador. ¿Usted se atreve?

Creo que es una cuestión de ver cómo me siento, de cómo soy capaz de responder dentro de la pista a las necesidades del equipo. No quiero ponerme fecha. Quiero seguir jugando: de momento, tengo contrato esta temporada y otra más. Cuando sea el momento de tomar la decisión de seguir adelante, o no, el cuerpo y la cabeza lo dirán. Llegarán señales, pero de momento no hay fechas.

Dentro de poco se cumplen tres años del fallecimiento de Kobe Bryant. Una de sus dos temporadas en los Lakers coincidió con la última de la Mamba Negra. ¿Qué recuerda de él?

Bueno… (suspira). Creo que afectó a casi todo el mundo por igual. Era un jugador, una persona, una figura que realmente hizo lo que hizo y dejó una huella grandísima, un legado para el mundo del baloncesto impresionante, también con todo lo que ya estaba haciendo fuera de las pistas. Lo que puedo decir de él, de haber compartido esa última temporada suya, es destacar su amabilidad. Siempre fue un tío muy abierto, muy cercano en la medida de lo posible. En los partidos, en el día a día conmigo siempre venía a hablar. Incluso muchas veces en castellano o italiano. Tenía una cabeza diferente a la mayoría de los jugadores americanos al haber vivido en Italia cuando era joven. Me quedo con la simplicidad que se le veía en el día a día del vestuario. Cuando llegué allí, es algo que me impactó muchísimo. Cuando llegas y ves a Kobe… Jugué un par de veces contra él con la selección de Brasil. Sorprendentemente, en cierta forma, conocía el baloncesto internacional y sabía quién era yo. Eso te hace sentir especial. Se notaban este tipo de cosas en su forma de ser.