Bàsquet GironaGIR
82
GranadaGRA
76
Finalizado
Liga Endesa | 7ª jornada

Livingston impulsa al Girona y hunde al Granada

El conjunto catalán remonta ante el colista y logra su segunda victoria consecutiva en liga y la tercera en cuatro partidos, todas en casa.

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Tanto el Bàsquet Girona como el Covirán Granada eran más que conscientes de la importancia de este choque en el Fontajau. Una batalla en la parte baja de la competición del que claramente saldría un perdedor y un ganador; no habría punto medio. Tras mucho suspense y un partido a la altura de las circunstancias, los locales terminaron imponiéndose tras una remontada en la segunda parte. Un parcial en el tercer cuarto de 17-0 impulsado por Otis Livingston (20 puntos y 28 de valoración) marcó el camino a un Girona que no volvería a perder una ventaja que le costó más de dos cuartos conseguir (82-76).

El partido arrancó suelto, con mucho ritmo. Lluís Costa se estrenó con autoridad gracias a cinco puntos nada más empezar (un triple y una bandeja). A los tres minutos de comenzar el choque, un mate de Juan Fernández (7 puntos en el primer cuarto) puso a los locales por delante en el marcador por última vez en la primera parte (8-7). A partir de esa jugada, 0-8 a favor de los granadinos, con Babatunde Olumuyiwa dominando la zona (6 puntos).

El Girona contrarrestó el parcial visitante en los siguientes tres minutos con un 8-2 a favor y empató el partido, pero el Granada se hizo más fuerte que nunca y no se dejó amedrentar por la afición local. Los visitantes comenzaron a atacar el aro con más intensidad, y lograron ir a la línea en tres ocasiones al final del cuarto, lo que se sumó a un aumentó en la actividad defensiva que les propició una ventaja de 8 puntos para cerrar el cuarto (19-27).

En el segundo periodo, el encuentro siguió la misma dinámica con algunas modificaciones, pero el resultado no varió; el Girona no fue capaz de alcanzar a los visitantes en el marcador. Matt Thomas encadenó el final del primer cuarto y el inicio del segundo con dos tiros en suspensión (uno de ellos un triple) de una dificultad altísima, que recordaban, salvando las distancias, a jugadores como Andreas Obst. También volvió a irrumpir en el partido el nombre propio del segundo cuarto, Costa, que terminó con 14 puntos la primera parte (9 en el segundo periodo). Un triple increíble prácticamente a una mano del base puso la máxima del partido para los granadinos (24-35) a falta de 6 minutos.

Sin un tiempo muerto de por medio, los locales empezaron a crecer desde atrás, y se arremetieron con un parcial de 8-2 a favor para colocarse a tan solo cinco puntos. Sin embargo, el Granada no se arrugó ante la presión, y nuevamente supo imponerse a las adversidades de la mano de Costa y Zach Hankins en un ejercicio de resistencia total; la primera parte del choque finalizó con una ventaja de 7 puntos para los visitantes (36-43).

Un cambio de chip

El tercer cuarto arrancó con un cambio de dinámica brutal. Los locales salieron a la pista con mucha más hambre que en la primera parte, algo que se reflejó rápidamente en el marcador. Apareció en el partido un hombre que solo había anotado dos puntos en la primera parte, pero que se acabaría convirtiendo en el MVP del encuentro. Otis Livingston levantó a la grada con un 3+1, y las dos acciones siguientes resultaron en dos alley-oops idénticos de Derek Needham para Martinas Geben, que se colgó del aro en ambas ocasiones. 8-0 de parcial y la primera ventaja desde el 8-7 para los locales.

Una vez el Girona empezó a rodar, se convirtió en una apisonadora que no tuvo piedad ante un Granada muy tocado. La racha siguió con otro canastón de Livingston y varios mates (Fernández y Nikola Maric) en un 14-0 de salida durísimo para los visitantes. Una completa sangría de inicio en unos primeros minutos de segunda parte donde el Granada no logró anotar ni un solo punto.

El atasco visitante continuó, y el Girona siguió machacando a un oponente que había tocado la lona moralmente. Needham amplió el parcial a 17-0 (21-2 si contamos los últimos minutos del tercer cuarto) y aumentó la distancia a la primera ventaja de dobles dígitos para los locales (53-43) con un triplazo que levantó a la grada y obligó a Ramón Díaz a pedir su segundo tiempo muerto consecutivo.

Seis minutos de cuarto sin anotar pesaban más que una mochila llena de piedras. El Granada sufrió no solo en el juego, sino en la cabeza, y algo sobre eso se debió hablar en ese tiempo muerto; a falta de tres minutos y medio para finalizar el cuarto, Elias Valtonen vertió oxígeno en una bombona que lo pedía a gritos. Un triple y una canasta en suspensión hacia atrás colocaron al Granada a 5 puntos, lo que supuso un cambio de chip para los visitantes. Hankins se sumó al reflote del equipo con un 2+1, y el Granada logró un 4-10 de parcial en los últimos tres minutos para cerrar el cuarto a tan sólo cuatro, algo que parecía casi una victoria después del destrozo local durante los siete primeros. Había partido en Girona.

El último periodo arrancó con una tensión inmensa, algo que se esperaba de un partido que había estado a la altura de esa palabra. Comenzó una batalla total en el Fontajau. En los primeros minutos del cuarto tuvo lugar un intercambio de canastas, donde ni los locales se impulsaban, ni los visitantes llegaban. El Granada sobrevivió a un Livingston desatado y se adentró en los cinco últimos minutos a cinco puntos. En ese momento llegaron los triples: Thomas, que ya había enchufado uno anteriormente en el cuarto, volvió a sumar desde más allá de la línea de tres, y Jonathan Rousselle silenció a cinco mil espectadores con un triplazo desde 7 metros que obligó a Moncho Fernández a parar el partido (68-67).

A falta de tres minutos y medio, el Granada se había acercado de forma muy peligrosa para los intereses de los locales; aún estaba todo por decidir. Finalmente, y como no podía ser de otra manera, el hombre que cambió la dinámica del partido fue el mismo que lo sentenció para su equipo. Inmediatamente después de que Valtonen empatara el partido a 70 puntos, Livingston bailó ante la defensa y consiguió un 3+1 impresionante a falta de menos de dos minutos (74-70). Acto seguido, Juan Fernández metió una bandeja, y en su lucha particular, Valotenen se agarró de forma desesperada al partido con otro triple (76-73). Pero no fue suficiente para los visitantes. El Girona abrazó de forma definitiva lo que estuvo apunto de soltar y aseguró la victoria en casa.

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