La peor pesadilla de la ACB vuelve: el Baloncesto Sevilla no sube

La Asamblea de la ACB cerró este jueves la puerta de entrada a la Liga Endesa al Baloncesto Sevilla. El equipo andaluz no ha cumplido con los criterios económicos ni con la documentación que se le exigía para ocupar la plaza en Primera que se había ganado el pasado 8 de junio tras vencer en la Final Four de Madrid al Movistar Estudiantes, en semifinales, y al Flexicar Fuenlabrada, en la final.

El San Pablo Burgos, por su parte, sí ha cumplido con todas las condiciones impuestas y estará en la élite del baloncesto español la próxima temporada tras tres temporadas en la Primera FEB. Los castellanos adquirieron su billete después de completar un curso único en Segunda: 32 victorias en 34 jornadas para cerrar la fase regular como campeón.

El Covirán Granada, penúltimo en la Liga Endesa la temporada pasada, ocupará el hueco que deja libre el conjunto andaluz, que en principio repetirá en la antigua LEB Oro al no superar la auditoría a la que fue sometido por la ACB por problemas de liquidez y deudas, según Encestando. Sus problemas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social fueron solventados a duras penas y existían impagos con jugadores. El desembolso del canon de inscripción se hizo un día fuera del límite.

El no ascenso del Baloncesto Sevilla, que llegó a un acuerdo de colaboración con Fundación Cajasol el pasado 17 de julio, devuelve a la ACB a tiempos oscuros, a un quinquenio terrible en el que subir a la Liga Endesa era imposible por unos criterios económicos draconianos que tuvieron que modificarse a la fuerza para facilitar el salto desde Segunda.

Un ciclo de cinco temporadas, de la 2011-12 a la 2015-16, en las que solo dos equipos pudieron alcanzar la élite… aunque solo el Andorra lo hizo por el camino establecido ya que el Tenerife, al no poder hacer frente a las exigencias financieras, optó por la opción B: comprarle la plaza en 2012 al Lucentum Alicante, que tuvo que reiniciar su proyecto deportivo.

Los levantinos se convirtieron en el 23º equipo en desaparecer o en dejar de ser un club profesional en la era ACB (1983-84). El Menorca, que había conseguido su plaza para la Liga Endesa, acompañó en la refundación a los alicantinos por su incapacidad económica para garantizar la viabilidad del proyecto.

Ourense, Melilla, Palencia, Burgos y el nuevo Alicante fueron los damnificados de un problema que la Asamblea de la ACB solucionó en 2017 con una resolución contraria de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) en abril de ese año sobre los criterios económicos exigidos. Estos se cambiaron y se pasó de los 4,8 millones de euros más IVA (3,1 del canon, 1,6 del fondo de regulación y 115.000 euros de la cuota de participación) para entrar en la Asociación a solamente 1,6 millones más IVA en valor de participación.

Esta cantidad, además, se pagaba en cuatro partes alícuotas, una por temporada. El club ascendido solo abonaría las cuotas correspondientes a las temporadas en la Liga Endesa. Si descendía y volvía a subir, se reiniciaría el proceso. También se exigía un presupuesto mínimo de 2 millones (el pasado curso fue de 2,5 millones). El Burgos y el Gipuzkoa fueron los encargados de abrir esta nueva era.

Esa nueva cifra ha crecido con el paso de las temporadas al calcularse a través de una fórmula que tiene el EBITDA consolidado de la ACB como base (página 33 de las cuentas de la ACB). De esta forma, al Andorra y al Palencia se le exigió un valor de participación conjunto de 4,2 millones de euros, según las cuentas de la ACB (página 34) publicadas en el portal de transparencia. 2,1 millones cada uno a desembolsar en cuatro pagos de 525.000 euros. La cifra total para Granada y Girona, que ascendieron un año antes, fue de 3,9 millones (1,95 millones; 487.000 cada plazo).

¡Tus opiniones importan!

Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.