La ley del mínimo esfuerzo

Vista la primera mitad pocos podían pensar que el Joventut se iba a llevar el derbi ante el Barça. Los azulgranas, sin un gran juego ni un gran esfuerzo, fueron superiores a los verdinegros. No lo suficiente como para romper el partido, ese fue su error, y ahí renació el Joventut. Empujados por su público, a base de buenos parciales, se metieron en el partido ante el apagón generalizado del Barça en la segunda mitad. Y pese a ello, Higgins tuvo un triple para ganar el partido. Laprovittola remó contra viento y marea para darle a su equipo una última oportunidad pero no fue suficiente. Como aquel estudiante que ha realizado el mínimo esfuerzo durante todo el curso y en el último momento se da cuenta de que no va a aprobar. Y el Barça, ante la Penya, no aprobó.

La defensa del Joventut, durante el primer cuarto, no funcionó. Durán apostó por cubrir a Satoransky con Feliz y a Laprovittola con Ventura, siendo los dos azulgranas los jugadores con mayor anotación. ‘Sato’ porque superó en altura a su defensor y encontró demasiadas acciones sencillas. ‘Lapro’ porque le da igual quien le cubra y desde donde tirar: está espléndido. Entre ellos dos y la velocidad que metió Paulí el Barça abrió hueco (4-13).

La Penya no tardó en rehacerse, gracias especialmente a los puntos de Ribas y Tomic, pero no metió ningún triple. El Barça, que abusó más del tiro exterior, metió cuatro. Una diferencia que se reflejó en el marcador hasta que empezaron las rotaciones de los azulgranas y el Joventut subió una marcha (20-26).

Vesely castigó a la Penya tanto debajo del aro como a media distancia. El checo fue el mejor del segundo cuarto. La buena defensa de Abrines sobre Guy no tuvo premio (siete puntos del norteamericano igualaron las cosas) pero la superioridad de Vesely por dentro y el control del rebote defensivo afianzaron la ventaja de un Barça que dio la sensación que no se empleó a fondo. No le hizo falta. Con lo justo superaron a un Joventut que, tal y como se encargó de pedir su entrenador en varias ocasiones, pudo dar mucho más. Por ejemplo desde el triple, con un sonrojante cero de nueve. Acertaron eso sí sacándole alguna falta extra al Barça y metiendo los tiros libres (38-47).

Se puso la Penya a dos (55-57) gracias a las pérdidas del Barça y al mayor acierto en el tiro. Parra acabó con la mala racha desde el triple con uno espectacular, Ribas le secundó y sin darse ni cuenta el Barça encajó un parcial de 13-2. Quien sí lo notó fue la grada, el motor de este Joventut, que se vino más arriba aún que su equipo. Espoleados desde el público, los verdinegros se metieron de lleno en el partido.

Al inicio del último cuarto la diferencia había vuelto a crecer (62-70), pero las imprecisiones del Barça volvieron a costarle un disgusto. La selección de tiro también. Y eso pese al buen papel de Satoransky, especialmente en el rebote ofensivo (69-70). En defensa, en cambio, los azulgranas fueron inferiores para beneficio de Tomic. A cinco minutos para el final, todo abierto.

La dinámica del choque era claramente favorable a la Penya. Por el inicio del cuarto, por el desgaste físico del Barça y por el apagón generalizado de los azulgranas. Arrancaron los últimos diez minutos con dos canastas y a partir de ahí solo encajaron. La Penya, que había ido todo el partido a remolque, se puso por delante con un parcial de 12-0 (74-70).

El Barça lo fió todo a Laprovittola, como casi siempre, y empató el partido. Él dirigió los ataques y él anotó. Todas las opciones del Barça en el partido pasaban por sus manos. Y ‘Lapro’ es muy bueno, pero no infalible. Una pérdida, una mala defensa sobre Vives y una técnica a Jasikevicius acabaron de decantar el choque. Y eso que el argentino metió un triple inverosímil a diez segundos para el final. Una incomprensible pérdida de Vives dio un último balón a Higgins para ganar el partido pero el derbi se lo llevó la Penya.