Grimau: “No vendo humo, solo faltó la guinda”

Roger Grimau, hasta hace unos meses entrenador del Barça, sigue concediendo entrevistas después de un tiempo alejado de los focos tras su despido del equipo culé. Ahora ha sido el turno de La Vanguardia, que ha hablado con el técnico de su etapa en el banquillo del Palau Blaugrana, de las cosas que fueron bien y de las que fueron mal, de la forma en la que salió del club... Una charla en la que Grimau reconoce que se fue a la montaña solo a reflexionar los primeros días después de perder su puesto de trabajo. Este verano le ha servido para confirmar que quiere seguir en los banquillos: “Si algo me ha quedado claro durante mis reflexiones es eso. No he sentido a ningún entrenador rival que me pasara por encima. He dado el nivel técnico y táctico. El gusanillo está dentro”. Y no descarta volver alguna vez al Barça: “Si es como entrenador otra vez significará que me ha ido bien, así que no estaría mal”.

Como ya explicó la semana pasada en RAC1 y Catalunya Radio, tiene la sensación de que no se ha sido justo con él: “Vivimos en una sociedad en la que el éxito se mide solo por los títulos, y lo entiendo porque hablamos del Barça, pero creo que hubo momentos de la temporada en los que jugamos muy bien al baloncesto, logrando muchos puntos, defendiendo bien y sabiendo correr, con el Palau pasándoselo bien. Fuimos una montaña rusa. No supimos dar continuidad a esos momentos o estar finos en los partidos clave. Estoy orgulloso de la Copa del Rey que hicimos, pero no la ganamos por dos minutos malos ante un Madrid que ha dominado la década en este deporte. Contra el Olympiacos en el quinto partido de los playoffs hicimos un clínic en defensa pero no estuvimos bien en ataque. No vendo humo, nos faltó la guinda y fuimos por momentos un muy buen equipo”.

Una de las novedades respecto a sus declaraciones en la radio es que apuntó más si cabe al vestuario, sin centrarse especialmente en Willy Hernangómez, con el que ya es público y notorio que tuvo un desencuentro durante un tiempo muerto, cuando el pívot le dijo “no me comas la oreja que te quedan dos telediarios”. Más allá de ese momento parece que a Grimau no le ha gustado la forma de pensar de los jugadores actuales en comparación con los de su época en las pistas: “Lo que sí puedo decir es que la experiencia de jugador, que esa sí la tengo, es la que más me ha perjudicado. Hubiera sido más fácil trabajar sin tener ni idea de lo que es un vestuario porque los vestuarios de ahora son muy distintos. Me toca desaprender lo aprendido. El baloncesto de hoy es muy diferente a muchos niveles. Yo era un jugador que pensaba en el equipo. Ahora se juega aquí y allá y hay menos apego a la camiseta que se viste. Ojo, no hablo de falta de profesionalidad, mis jugadores estaban a muerte conmigo, con excepciones claro, hablo de otra percepción más intangible. Hay más egoísmo”.

Lo que también ha querido dejar claro es que la forma en la que reaccionó a los problemas fue pensando más en el Barça que en sí mismo. Por ejemplo, con el choque con Willy: “Tal como salió después es fácil pensar ‘ahora lo haría de otra forma’, pero entonces pensé en el club, no en salvar mi culo. En aquel momento hice lo que mi conciencia me dictaba. He intentado ser yo mismo”. También cuando le confirmaron que no seguiría al frente del equipo: “La decisión estaba tomada y tampoco me apeteció utilizar mi derecho a réplica en el momento en el que me lo dijeron. Yo quería seguir, pero me lo olía. No les iba a convencer”.

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