Ennis: “A este Madrid no hay que tenerle miedo, pero sí respeto”

Dylan Ennis (nacido en 1991 en Brampton, Canadá) es uno de los talentos individuales más sobresalientes en la Liga Endesa. En esta y en las últimas campañas. Su trayectoria le ha avalado en Andorra, donde brilló hasta llegar a los 48 de valoración durante uno de sus partidos, Zaragoza, Granca y, ahora, UCAM Murcia. Un rodeo de mil vueltas por varios equipos, con demasiado cambio de camiseta, hasta llegar al conjunto universitario, al que ha ayudado a dar un paso adelante este año. Antes de recibir al Real Madrid este domingo (12:30 horas en Movistar Plus) atiente a AS para hablar de diversos temas y no todos referentes al baloncesto.

¿Cómo le está sentando esta temporada? Está de vuelta en la ACB de la mano del Murcia. ¿Cree también que, aunque usted haya llegado este curso, el equipo ha mejorado con los fichajes del verano?

Sabía desde ese momento que teníamos la oportunidad de ser un equipo realmente bueno. Sabía que la plantilla a la que iba a llegar tenía posibilidades de hacer grandes cosas. Ya en pretemporada vi las piezas que teníamos, al entrenador, etc. Hasta a los aficionados les vi convencidos, muy metidos. Pero tener este tipo de rendimiento es de estarlo haciendo muy bien hasta el momento. Sé que hay gente a la que le sorprende que estemos tan arriba en la Liga este año y haciéndolo tan bien. Sé que nos queda mucho, que estamos a la mitad el camino, pero la trayectoria ha sido maravillosa en lo que va de año. Estoy feliz de que continuemos mejorando y ganando. Obviamente nos ha tocado alguna adversidad, como la ausencia de Simon Birgander, pero nos hemos recuperado juntos y hemos trabajado duro para seguir siendo consistentes en la cancha.

En Murcia hay una atmósfera de baloncesto muy potente. De las que más en la ACB. ¿Qué tal le está tratando la ciudad en general y la afición del equipo en particular?

Lo estoy disfrutando. Desde el primer segundo que estoy aquí y en todo momento y en cualquier lugar. Ha sido una constante y no sólo por el baloncesto. A veces pongo algo por Twitter pidiendo ayuda, como para encontrar un restaurante para mi familia, y me la ofrecen. Tampoco he experimentado ninguna reacción negativa después de un mal partido o una derrota dura. Sólo he sentido apoyo. Hace poco he puesto un mensaje que decía algo como que aquí la afición no te dice ‘buen trabajo esta temporada’ sino ‘gracias por esta temporada’. Estos aficionados son tan apasionados y han esperado tener una temporada como ésta durante tanto tiempo que están agradecidos; nosotros les agradecemos que estén siempre apoyando.

Este domingo les toca el Real Madrid en el Palacio de Deportes. ¿Cómo han preparado el partido y cómo se debe mentalizar tanto el equipo como usted para tal test?

Como equipo tenemos que entender que ellos pueden ser el mejor equipo de Europa ahora mismo. No digo que haya que tenerle miedo, pero sí respetar eso. Sabemos quién está enfrente. Pero estamos hambrientos. No queremos entrar en el primer partido de la segunda parte de la temporada pensando en que el trabajo está hecho, ni aunque estemos los quintos en la clasificación. Sabemos la atmósfera que tenemos a favor y que no somos los favoritos. No buscamos tanto la victoria, que también, como jugar duro desde el principio hasta el final. Esto no va de que vengan y les digamos, ‘ya no sois los número uno’, va de que les propongamos el reto y despleguemos nuestro mejor juego.

¿E individualmente? En el otro lado van a estar jugadores como Musa, Hezonja o Facu Campazzo, jugadores de nivel de Euroliga (en el que usted ya ha estado con el Estrella Roja). No sé cómo se prepara uno para eso.

Cada partido me mentalizo como si ése fuese el único en el que centrarme. Pero mentiría si no digo que me encanta jugar contra los mejores. Facu es, si no uno de los mejores, el mejor base en Europa ahora mismo. Tavares es una fuerza dominante y, aunque bromee mucho con él por redes sociales, sé lo grande que es como jugador. Y tienen hasta jugadores con potencial de NBA.

A mí, personalmente, me encanta levantarme para jugar estos partidos. No puedo predecir si voy a tener el mejor partido de mi vida o uno muy complicado, pero es de ésos que miro en el calendario cuando firmo el contrato al inicio de la temporada.

Para el Madrid es el séptimo partido en medio mes. Sé que están preparados para estas cosas, ¿pero cree usted que la fatiga puede ser un factor que sea decisivo contra UCAM Murcia?

También mentiría si no digo que es lo que espero. De todas formas son tan buenos y tienen tantos jugadores, una gran rotación, que tienen la habilidad para hacer descansar a alguno durante partidos. Casi todos los suplentes podrían ser titulares en cualquier otro equipo de la ACB. Espero que el cansancio les afecte, que sea un factor, pero han creado una plantilla para combatirlo. Tampoco podemos centrarnos en sus horarios, mejor hacerlo con los nuestros. Van a venir fuertes y tratando de meter tiros. Nos concentraremos en lo que nosotros podamos hacer.

Contra el Madrid, en la capital, ya marcó una canasta ganadora cuando jugaba para MoraBanc Andorra. ¿Hora de repetir?

Les he ganado dos veces, la otra fue con el Zaragoza en casa, pero evidentemente me han ganado ellos a mí muchas más. Siempre es bonito ganarles, estés en el equipo en el que estés. Espero repetir. No sé si ganaremos; no podemos predecir eso, pero sí que jugaremos duro.

No sé si lo recordará. En este enfrentamiento, pero de la pasada temporada, se produjo una anécdota con su ahora entrenador, Sito Alonso. Puso en la pizarra el número de faltas que llevaban los dos equipos, que en comparación era muy desigual, y la situó al lado del banquillo de forma que las cámaras de televisión captaran la imagen. Fue una forma original de protestar. Me sirve para preguntarle lo siguiente: ¿cree que a los equipos grandes se les arbitra diferente, se les respeta más en ese sentido?

No lo diría así. Los equipos no pierden por los árbitros, que sé que tienen un trabajo muy complicado. A lo mejor si jugara en un Madrid o un Barcelona tendría una perspectiva diferente de este asunto, pero sí siento que en esos partidos contra los grandes nos pitan diferente. A mis compañeros siempre les digo: “No podemos ir ganando por dos, tenemos que hacerlo por más puntos”. Porque, estando tan cerca, no podemos asegurar que las decisiones vayan a sernos favorables. Creo que es más una cuestión de perspectiva y es porque yo estoy en este lado de la historia.

Jamás diría que los árbitros engañan y que pitan faltas que no son, aunque a veces sí lo parezca. ¿Sabes por qué pasa? Porque son equipos respetables. Nosotros les respetamos y los árbitros también lo hacen.

Pero sí, va por momentos. Queremos vencer a Madrid o Barça porque siempre están en lo alto, y lo queremos con tanta fuerza que a veces perdemos esa perspectiva. A lo mejor nos quejamos con vehemencia de faltas que nos pitan contra ellos que ante otro equipo no protestaríamos tanto; es porque les queremos ganar como sea.

Recientemente han acudido al mercado de fichajes para añadir a Arturs Kurucs y Marko Todorovic a su plantilla. Dos refuerzos de altura. ¿Qué cree que pueden aportar al equipo para que mejore todavía más?

Arturs me parece un buen tirador. Es obvio que es joven y en lo que está trabajando es en ganarse más minutos en pista. Va a estar aquí también el año que viene y será importante en el futuro. Está aprendiendo los sistemas. Siempre está preguntando, está en ese proceso. Yo le veo como un gran jugador de 3+D (especializado en ser triplista y ávido defensor), en ese perfil.

Marko tiene mucha sabiduría. Ahora está cogiendo ritmo. La gente tiene que entender que ha jugado sólo dos o tres partidos. Lleva un tiempo recuperar esa forma. Pero está mejorando día a día. Ha sido capaz de darnos esa calidad en el short roll (en español, continuación corta; pívot que recibe el pase cerca de la pintura tras ir al bloqueo y juega desde ahí), también porque pasa bien el balón. Y lee muy bien el juego. Es algo que a veces no se ve desde fuera, pero nosotros como equipo sí lo comprobamos.

UCAM Murcia está clasificado para la Copa del Rey y para la siguiente ronda de la Basketball Champions League. ¿Cuál es exactamente el objetivo para esta temporada, tanto en esas competiciones como en la Liga Endesa?

Normalmente, en años anteriores, me he puesto un objetivo personal aparte del colectivo. Y cuando no lo alcanzaba, me frustraba, como si me hubiera fallado a mí mismo. Este curso entré y quiero seguir sin tener esos retos individuales. Me encantaría ganar partidos, trofeos, campeonatos y jugar lo mejor que pueda, pero me estoy centrando sólo en lo que tengo cerca, el siguiente entrenamiento y el siguiente partido, así como seguir mejorando como persona y jugador y, en consecuencia, que seamos mejor equipo. He adoptado esta filosofía este año y de momento me está funcionando. Tomármelo con menos presión.

El Top-16 de la Champions llegó de forma natural y la Copa, aunque jugamos grandes partidos para conseguirlo, también. Pero yo estoy en el ahora. Es lo que estoy tratando de inculcarme. Me encantaría decir que quiero ganar cada torneo, claro, pero me lo tomo día a día, partido a partido.

¿Qué nos cuenta de Canadá, su país, que ha renacido baloncestísticamente? Vienen de un bronce mundial y lo siguiente son los Juegos. ¿Qué opina de esta nueva era, con el español Jordi Fernández al frente?

Finalmente estamos demostrando que tenemos a algunos de los mejores jugadores del mundo. Hemos reunido a un equipo con talento joven y de calidad. Creo que el problema que estábamos teniendo es que no todo el mundo estaba jugando a su nivel, el que se les presupone, y ahora todos se han concienciado para conseguirlo. Obviamente es importante que los chicos que tenemos en la NBA jueguen, así que en los Juegos les estaré animando para que consigan otra medalla.

¿Pero usted se descarta? Sabemos que jugó internacionalmente con Jamaica. ¿En qué quedó aquello? ¿No se ve con opciones de ir con Canadá?

Efectivamente. Ya conseguí mi liberación con Jamaica hace dos o tres años. Había problemas de organización y me fui. Además Canadá me había consultado si estaba disponible, así que sí. Me encantaría ir si me llaman, ya sea a jugar o simplemente a participar en la concentración.

En años anteriores, estando fuera de casa y teniendo familia, teniendo que estar disponible para ir a las ventanas de selección, era más complicado. Ahora, en este punto, me siento más liberado. Cuando eres más joven sientes que tienes que, digamos, subir la escalera de Europa, pero yo ya he ascendido, he hecho mi trabajo, así que ahora puedo prestarle más atención a mi equipo nacional. Si me llaman, me encantaría y sería un honor. Si no, les animaré igualmente.

Ese es un punto interesante. Ha cumplido 32 años recientemente. Por lo que dice de su disponibilidad, ¿es que se siente más rejuvenecido?

Pues casi sí. ¡Como si tuviera 25!

Porque cuando alcanzas un determinado número de años de carrera, y más en el caso de los americanos, puedes acabar cansado de todo. ¿Cuál es su idea a largo plazo en el mundo del baloncesto?

El plan nunca fue hacer todo el dinero que pudiera. Va a haber un día que termines, mires hacia atrás y quieras ver que la vida de tu familia es agradable, confortable, porque todos lo queremos, el dinero es bueno, pero la economía nunca ha sido mi objetivo. Quiero disfrutar de este juego todo lo que pueda. Quiero seguir jugando a alto nivel todo lo que pueda. Cuido mi cuerpo, ya sea con la dieta o con ejercicios de recuperación. Mis hijos me están pudiendo ver jugar, lo cual me encanta. Así que, en lo que se refiere al baloncesto, jugar todo lo que sea posible. Libre de lesiones.

Si pudiera jugar hasta los 40 como [Marcelinho] Huertas o LeBron [James], sería genial, pero me lo tomo año a año. Sé que algún día se va a acabar y entonces querré pensar que le he sacado todo el rendimiento al deporte que amo.

Le confieso que hay un tema en el que a veces pienso cuando le veo jugar y así se lo planteo. Estuvo en Andorra un curso y se fue. Después marchó a Zaragoza, donde sí ha estado dos años y medio. Hace dos campañas llegó al Granca y se fue tras ese año. Y, tras la experiencia de Galatasaray, también de una temporada, llega a Murcia. Se me hace complicado de entender. ¿Cuál es la razón? Porque usted es de los que se implica en la comunidad, en la cultura de los sitios en los que está, y la gente le quiere, pero la trayectoria es un tanto inconsistente.

Sí. Y es hasta cómico. Alguna vez que he ido a Zaragoza, sin que se lo tomen a mal, me han animado a mí más que a su equipo. En Andorra me dijeron: “Nosotros amamos nuestro club, pero hoy gritaremos por ti”. Y en Gran Canaria me han mensajeado aficionados diciéndome lo mismo, que me seguían queriendo. Hasta gente del Gala o del Estrella Roja me sigue pidiendo que regrese a su equipo.

Sé que es una locura. Que en Zaragoza es en el único sitio en el que he estado más de un año. Pero cada vez ha habido una razón diferente para marcharme. Cuando estaba allí me fui a Gran Canaria porque evolucioné. Subí un escalón, tanto como jugador como financieramente (Zaragoza no me podía satisfacer ya de esa manera; no voy a por el dinero, pero era el gran salto económico que tenía que dar).

En el Granca, ya lo saben todos, no fue cosa mía: firmé un contrato de 2+1 y mi idea era estar allí, había hecho planes para quedarme más tiempo, pero no fue mi decisión. Y a mí y a mi familia nos dolió. La gerencia simplemente quiso dar un cambio. Les dije: “Bueno, sé que he tenido un buen año, pero si queréis ir en otra dirección...”. Además me llevaba bien con la gente de allí. Pero es lo que decidieron.

Y en el Galatasaray, el año pasado, estuve bien, a gusto. Llegamos a las eliminatorias. La organización y la ciudad, Estambul, fueron buenas conmigo. Pero eso fue algo más mío, más de que prefería estar en otro lugar. Como persona y como jugador. Cuando llegó el verano, decidí que quería volver a España.

Pero sí, es gracioso cómo funciona esto. Porque voy a los sitios en los que he estado y sigo conectado a los fans. Es un misterio. Sinceramente, si pudiera quedarme en un sitio el resto de mi carrera, especialmente ahora que tengo mujer e hijos (los amigos que tenemos, los niños van a la escuela, etc.), lo haría, no me apetece moverme mucho más. Pero ésta es la vida que llevamos. Mi familia se adapta a lo que sea, aunque sé que no es fácil para ellos.

Obviamente, si mira mi historial es algo que llama la atención. ¿Por qué se mueve tanto? Pero a cualquiera que llames le digas el nombre de Dylan Ennis y que te cuente quién es, no creo que haya ni una sola persona de cien que te diga algo malo de mí. No es por mi carácter, lo puedo asegurar. Pero sí, tanto cambio es raro hasta para mí.

¿Era ésta su trayectoria ideal en el baloncesto? ¿Sin NBA? ¿O se ha ido adaptando a ella?

En mis años de juventud me gustaba tener el sueño de jugar en la NBA, claro, como lo es el de cualquiera. Pero Dios me puso en un sendero distinto. La vida que vivo con mi familia ahora mismo es espectacular: vivimos en países diferentes, nos involucramos en culturas muy dispares, conocemos a tanta gente... Tanto con el baloncesto como con otras cosas. Y esto no lo tendríamos si me hubiera quedado en América del Norte, no habríamos descubierto el resto del mundo.

Sé mucho más de la vida, de la gente, porque viajo. No es perfecto, pero es lo más cerca que puedo estar. Ir por el mundo con tu familia de la mano y practicar el deporte que más te gusta. Desde luego, ahora mismo no me puedo quejar.

Le encanta dejar constancia de esta vida en sus redes sociales. ¿Cuál es la razón que hay detrás? ¿Le gusta el mundo de la comunicación?

Hay varias. La primera, que con mi familia estando en América del Norte es más fácil que me puedan seguir. Mi abuela, mis primos... No es tan fácil que encuentren el enlace para seguir mis partidos o que me hagan una llamada, pero con las redes sociales que puedan seguir a mi familia, lo que hacemos todos los días y las imágenes de los partidos que juego. Es una manera de conectar.

También me gusta estar enfrente de las cámaras. Si no hubiera jugado al baloncesto, quizá me hubiera gustado hacer algo en el mundo de la comunicación. Es algo que disfruto haciendo. Estoy empezando un podcast, por ejemplo. Me gustan ese tipo de cosas.

También me sirve para conectar con los aficionados. Así me pueden ver no sólo como el jugador de baloncesto, sino como el tipo de persona que soy. Es verdad que hace un tiempo sí me traía más problemas, porque había quien se quejaba de que no estaba todo lo concentrado que debería, que prefería hacer un vídeo de TikTok después de una mala derrota; eso ya pasó porque la gente ha entendido que simplemente me lo paso bien haciendo eso, nada más, que es algo que está separado del baloncesto y que, por mi productividad, no tiene ningún efecto con lo que pasa en la pista.

Sé que voy a necesitar un trabajo cuando termine con el baloncesto, que es el que tengo ahora. Y cualquiera que eche un vistazo a mis redes sociales cuando toque, cuando quiera tener una ocupación después de mi carrera deportiva, podrá ver quién soy.

¿Es, entonces, un reflejo del futuro? ¿Le veremos en los medios? No nos quite el trabajo...

Sí, aunque yo me veo más en la tele, en Movistar+. Es lo que he hecho toda mi vida: hablar con la gente, interactuar, ser natural en ese aspecto. El Dylan que se ve en las cámaras es el Dylan de verdad. Yo estaría encantado de continuar mi vida por ese camino, el de la comunicación.

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