El Madrid se va a 102 puntos

El triple empate en cabeza no se deshará tan fácil, porque los tres de la cima, Madrid, Barça y Baskonia, andan fuertes en la Liga Endesa y siguen dándose codazos por el liderato. Los dos últimos cumplieron y los blancos, que jugaban en el tercer turno, lo hicieron igualmente sin sobresaltos. Chus Mateo dio descanso a Rudy, alivió de carga a varios de los principales, puso a Ndiaye 14 minutos, y vio cómo Causeur (22 puntos) y Poirier (16 y 26 de valoración) se solazaban en el Fernando Martín, también Abalde y Hanga en su rol forzado de base (5 asistencias). Enfrente, un Carplus Fuenlabrada en una rutina perdedora (3-21 de balance) a la que es imposible habituarse. Brilló Keanu Pinder con 21 tantos y 10 rebotes, pero el boquete defensivo se mantiene, así que el Madrid alcanzó los 100 puntos por quinta vez esta temporada: 78-102, a tres de los 105 que le había metido al Partizán y al Gran Canaria.

La jornada de los derbis de la ACB es una fantástica iniciativa que nos depara grandes duelos locales, regionales o de proximidad; pero el de Madrid tuvo más de incómodo que de pasional. Los blancos respetaron al rival de salida (con uno de sus quintetos principales, incluido Tavares) y también luego, aunque ya no fuera un partido al uso, sino más una sucesión de jugadas. Pensaron seguro en la doble jornada europea que se les avecina (Fenerbahçe en casa el miércoles y Partizán el viernes en Belgrado) y en la que pueden asegurar definitivamente la ventaja de cancha en el playoff de cuartos. El Carplus Fuenlabrada, por su parte, ve el descenso a la LEB cada vez más cerca, cuando solo restan diez encuentros y los rivales directos (el Manresa, el Betis y el Granada) han mejorado bastante. Este domingo, sin opciones de sorpresa desde el primer cuarto, pese a su mejoría en el segundo.

Su situación es como si descontara las fechas hacia lo inevitable de manera agónica, aunque sin dejar de intentarlo. Llevaba sin ganar 16 partidos consecutivos y con este ya son 17, desde el 5 de noviembre no tiene una alegría, y eso es mucho sufrimiento interno, del club, de la afición y de la plantilla, con cambios permanentes, incluidos tres entrenadores diferentes, que no han dado el resultado para sortear una carrera de obstáculos salpimentada de lesiones y bajas, donde ha mandado la ley de Murphy (todo lo que puede salir mal, saldrá mal).

Así que Óscar Quintana, en su partido 400 en la ACB, una señora marca, no tenía nada que celebrar. Intentó reactivar a los suyos en el segundo cuarto después de un primero muy duro, en el que llegó a viajar 18 abajo (11-29) tras 13 puntos de Causeur. El rival, comodísimo en ataque, incluyendo transiciones de todos los colores. Solo el australiano Keanu Pinder, de 2,11, el último en aterrizar, era un referente permanente pese a cargarse pronto de faltas. Marc García tuvo una racha de 9 puntos seguidos, tras una falta antideportiva de Hezonja, con la que redujo la brecha de 25 (16-41) a 16 (29-45). Y hasta ahí.

El Fuenla sufre con el balón, pero sin él padece el doble. Por ese agujero defensivo lleva meses desangrándose. El tercer cuarto fue un correr constante de todos de un lado a otro, por lo que la anotación se disparó aún más: 26-32 en el parcial. El Real se vio 31 arriba (42-73, minuto 26) con Tavares, que había hecho un destrozo previo, y Deck ya en el banquillo. Musa no jugó la segunda parte, tampoco Yabusele, y Ndiaye tuvo mucha presencia mientras que el Chacho conectaba con Poirier, que se daba un homenaje. El Madrid vivió una tarde de domingo sin agobios y aumentó su basket-average general (+293) para continuar al frente de la Liga en el triple empate con el Barça y el Baskonia. El Fuenlabrada sigue con su particular vía crucis de una temporada infernal.