El Madrid se redime al final

Hubo varios partidos en uno en el último duelo antes de la Copa, bastantes tramos muy buenos del Río Breogán y otros demasiados malos del Madrid, que, sin embargo, se llevó la victoria (73-80) de menos a más. Los blancos cambiaron el paso en defensa en el cuarto y medio final, en el que Campazzo se serenó y Tavares emergió de manera decisiva.

El Breogán, con un Ben McLemore fantástico (19 de sus 21 puntos en los primeros 22 minutos), había salido a morder con una intensidad elevadísima, robándole rebotes al rival bajo su aro, buscando la canasta y sumando con buenos porcentajes. Los visitantes reaccionaban algo en el segundo cuarto con Alocén y Abalde en pista (del 24-15 al 36-37); pero tras el descanso llegó una nueva crecida celeste frente a uno de los peores Madrid del curso, sin interactuar como equipo, con Campazzo muy precipitado y venga a tirar de tres (1 de 8), Musa forzando en individual y Llull también, aunque el capitán era el único asidero (17 tantos, 5/10 de tres). Mediado el tercer periodo, Musa falló tres lanzamientos seguidos, dos casi hechos, y en uno de ellos, que era un contraataque, Yabusele reboteó y marró igualmente. Toni Nakic respondía en la otra canasta con una penetración sencilla tras un equivocado amago merengue de asfixiar al hombre con balón: +12, 54-42, minuto 34.

El Breogán soñaba en grande y se paró. Chus Mateo metió ya a Hezonja y a Deck hasta el bocinazo final y Campazzo disputó íntegra la segunda parte, mientras que Tavares solo se sentó 17 segundos. En los siguientes nueve minutos, parcial de 3-18. Del 54-42 al 57-60. Llull acertaba en esa reacción y la presión y la cohesión atrás eran otras. Los de Mrsic solo añadían tres tiros libres de seis intentos en un particular faltas a Sakho. Y cuando la remontada parecía culminada, en pleno carrusel gallego de pérdidas, ambos equipos regalaron a los aficionados unos últimos 6 minutos largos bastante buenos.

Tavares recibía de una vez el balón (bien tras ser asistido o tras rebotear en ataque) y resultó determinante: mate, mate y 2+1 en tres ofensivas encadenadas. Buena noticia en su segunda actuación después de casi un mes de lesión pese a que aún no intimide como antes. Y aparecía un Campazzo redentor, menos precipitado, aunque sin acierto de tres: 2+1, bandeja y gran asistencia a Deck en otros tres ataque hilados. Sakho intentaba replicar con McLemore desaparecido y Hezonja remató el triunfo, dos canastas de intensidad a la altura de su labor defensiva.

“En ocasiones te pones a pensar en lo que viene (en la Copa) y no respetas demasiado el momento actual”, decía Chus Mateo tras la victoria en Movistar+. Eso va también por lo de Milán. Y, ahora, sí, por delante solo aparece la cita de Málaga, el torneo del KO, al que el Madrid se presenta con alguna duda, menos ensamblado que hace mes y medio porque exhibe más desconexiones y avanza más a impulsos individuales. Pero llega al completo y con ganas de Copa, un título que no levanta desde 2020.