El Madrid se estrena fuera de casa con 8 tapones de Tavares

Hace un año el Real Madrid logró su primera victoria de la temporada fuera de casa un 3 de noviembre en Murcia, después de encadenar seis derrotas. Este curso lo ha hecho un día antes tras acumular cinco traspiés (cuatro en la Euroliga y uno en la Liga Endesa). Buen triunfo en Zaragoza, en el Príncipe Felipe (83-95), sin abandonar los vaivenes clásicos del comienzo de campaña, aunque, en general, más constante, sin que el rival se pusiera en ningún momento por delante.

El éxito merengue lejos de casa es noticia, pero también lo son dos récords personales: los 8 tapones de Edy Tavares (el mejor registro ACB en 18 años: Fran Vázquez puso 12 en 2007) y los 30 puntos de Santi Yusta, desde este domingo, tercer máximo anotador de la historia del club aragonés y ahora el máximo cañonero de la actual Liga (19,6 de media). Entre el alero madrileño (formado en la cantera blanca) y el base canadiense con pasaporte jamaicano Trae Bell-Haynes apilaron 54 de los 83 tantos rojillos. En el Madrid, Tavares añadió 16 puntos sin fallo (7 de 7 de dos) y 4 rebotes a sus 8 gorros (27 de valoración), aunque el +/- positivo fue con Garuba (+14 frente a -2). Eficiente labor de Maledon al mando de la nave (7 asistencias y ninguna pérdida) y buen día de Deck. Aún sin Alex Len en la convocatoria, Scariolo quería agarrar ya como fuera el primer éxito a domicilio y estiró la presencia de Tavares y Deck, sobre todo, por encima de la media.

A los equipos de la Euroliga, después de una doble jornada europea, es fácil que el domingo los agarren a traición. Les toca sufrir frente a la ambición y la preparación de los modestos y de los que no lo son tanto, en este caso de un Casademont Zaragoza que ha formado una buena plantilla con pinta de que va a funcionar con la apuesta valiente de Jesús Ramírez en el banquillo. Una escuadra ofensiva, de tempo elevado, que anota bastante, rebotea más y fuerza muchas faltas con su verticalidad y talento individual.

Su estilo y el del Madrid, que ya el jueves ante el Fenerbahçe mostró más velocidad, nos dejó un choque de un ritmo alto. Los blancos, de nuevo, firmaron un inicio serio para contrarrestar la propuesta rojilla y replicaron con armas parecidas. La transición era moneda común, la tara visitante, sus seis pérdidas en el primer acto. En el minuto 13, Llull completaba una galopada de diez para poner el 27-37. Y emergía el mejor Bell-Hayes. Hasta 12 puntos en ese tramo de los 15 que exhibía al descanso. Dubljevic andaba ahí bajo los tableros y luego se sumaba Devin Robinson con más rebotes y alguna canasta de mucho mérito. Scariolo recurría al quinteto de salida, pero el agujero defensivo no se cerraba, incluso al revés, en una mala fase de Lyles.

Los locales estaban dentro, en el pulso (45-48), aunque parecían salirse definitivamente en el arranque de la segunda parte tras encajar un parcial de 0-13 (45-61) con Tavares frenando en las alturas a Robinson y Bell-Hayes. Tres chapas consecutivas y una cuarta poco después. Del muro defensivo, a la crecida en ataque de Kramer, que no participó en la primera parte y salió a morder. Triple, canasta y una de las acciones más espectaculares de su equipo en esta Liga: penetración fulgurante por el centro culminada con un matazo de mucha fuerza que tuvo un tiro libre de propina.

Ese +16 del minuto 23 se veía casi como irrevocable, una visión que un genial Yusta (31 de valoración) iba a borrar de las retinas con 15 puntos entonces de todas la facturas posibles. Triples, faltas forzadas con valentía, buenas penetraciones, un gran mate e incluso un 3+1 fantástico. El Casademont se acercó hasta el 68-71 tras un parcial de 23-10.

Los blancos iban a celebrar su primera victoria fuera de casa, aunque no sin agobios ni subibajas. El proceso continúa, la regularidad plena todavía no ha llegado. La brecha definitiva la abrirían en el comienzo del último cuarto con una defensa zonal 3-2 (mucha movilidad de Deck en el centro para seguir los cortes en la pintura), y con Maledon al timón y Garuba y Hezonja por dentro. El croata ayudó pese a su 1 de 6 en triples y sus cinco pérdidas (10 puntos, 6 rebotes y 3 recuperaciones). No hubo más contrarréplicas. El Madrid ganaba fuera cinco semanas después de dar la bienvenida el curso.

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