El Madrid saca la cabeza

El gran objetivo del Madrid en su debut en casa era ganar por encima del resto de cosas, coger confianza para darse un impulso. Abrazar el triunfo (101-95), después de tres derrotas encadenadas, más allá de integrar a los nuevos. Y eso quedó claro con las rotaciones, con Garuba fuera de los 12 convocados, con Rathan-Mayes apenas 4:14 en pista y Andrés Feliz 14:16. El base dominicano hizo 13 puntos sin fallo y 17 de valoración, pero también -9 con él en escena por el +18 de Campazzo en 21:38. Las faltas limitaron la presencia inicial del argentino (8 asistencias) y de Tavares. Deck, en cambio, se fue a 33:30; necesitaba agarrar ritmo (13 de sus 18 puntos en el último cuarto). Como Hezonja: actuación completa con alguna pérdida de más (4). Musa tuvo un impacto muy positivo en la dinámica blanca (18+7+3 para 28 créditos), igual que Eli Ndiaye, que dejó momentos brillantes y fue el comodín de Chus Mateo en el juego interior (10+6 y 2 recuperaciones).

El duelo no se resolvió hasta los cinco minutos finales por la labor de un gran Casademont Zaragoza, que lanzó bien de tres (40%) y compartió el balón (22 asistencias). Porfirio Fisac vio cómo sus jugadores de gran talento asomaban la cabeza: Bell-Haynes (21 tantos, 14 en el acto definitivo), Dubljevic (18), Spissu (17) y AJ Slaughter (13).

El Madrid no anda fino, está encontrándose, construyéndose tras encarar cambios significativos en la plantilla y anímicamente le venía de maravilla reencontrarse con su afición cuatro meses después de su último partido en el WiZink Center (en la pasada final de Liga ante el UCAM). La cosas, en teoría, solo podían ir a mejor en el Palacio y con la presencia de Mario Hezonja, que faltó en las tres derrotas y no es casualidad. Con la salida en agosto de Yabusele y sin sustituto, Hezonja es el cuatro con mejor encaje (probablemente también lo era antes de la marcha del francés). Entró por Ndiaye en el tramo final del primer cuarto, cuando su equipo perdía 15-17 y estuvo en cancha hasta el descanso, donde el resultado no había cambiado gran cosa: 47-46 y justo antes, 44-45 tras un triple de Dubljevic. El icono del Valencia durante una década es ahora un refuerzo de lujo del Zaragoza.

Las dos faltas de inicio de Tavares en seis minutos lo dejaron el resto de la primera parte en el banco y Campazzo, otras dos, solo pasaba en pista 9:41. La segunda la cometió tras volver de su primera rotación y fue sustituido inmediatamente por Rathan-Mayes, que se estrenaba en el Palacio. El argentino le decía que no a Chus Mateo, que no lo cambiara, pero el técnico lo sustituyó.

Tres problemas que se repiten

Los blancos mostraron en esa primera parte una cara parecida a la de los duelos anteriores, con tres cuestiones clave: dificultad para anotar de tres (3 de 12), serios problemas para evitar que el contrario lo haga (8 de 16 con tres de Spissu, dos de Dubljevic y otros dos de AJ Slaughter, que lanzó sus cuatro intentos solo) y complicaciones para cerrar el rebote defensivo (de los 22 rechaces bajo el aro local, 8 los atrapó el Casademont para tener nuevas opciones, varias de ellas triples liberados).

Esas tres carencias del juego las solventó en el tercer cuarto, solo después de encajar dos triples de salida. No volvió a recibir uno en ese parcial, embocó cuatro y solo cedió una captura en su tablero. El empuje de Campazzo y de Musa (anotador, asistente y… atento al rebote) y uno de los mejores tramos de Ndiaye con el primer equipo (8 puntos con dos triples, dos rechaces y una recuperación en 7:24) lanzaron al Madrid, que se puso +10 (66-56, min. 25).

La primera oportunidad de abrir brecha, de evitar otro final incierto como el de A Coruña en la primera jornada. Sin embargo, en el ecuador del acto definitivo, todo andaba de nuevo en el aire, en parte por el gran acierto de Trae Bell-Haynes, excompañero de Musa en el Breogán. Con 10 puntos (dos triples) nivelaba la balanza. El Real reincidía en las lagunas citadas y se echaba en brazos de Deck. Chus Mateo afrontó el momento crítico con su mejor quinteto: Campazzo, Musa, Deck, Hezonja y Tavares. Andrés Feliz había estado ocho minutos seguidos entre el final del tercero cuarto y el inicio del decisivo, donde acumuló 10 puntos sin fallo, pero su equipo cedió ocho tantos de su ventaja. Rathan-Mayes ni siquiera pisó el parqué en la segunda parte. Y los principales sacaron del atolladero al Madrid. Estreno en el WiZink, primera victoria en Liga y cierre de una racha de tres derrotas, lo mínimo que se autoexigía. Y a seguir entrenándose, que el jueves viene el nuevo Partizán de Obradovic.

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