El Madrid baila con ritmo

Siempre hay curvas en una temporada, ahora y hace medio siglo, pero con el calendario actual es imposible no acabar en el arcén con el coche parado más de una vez durante el curso. El mejor Madrid de los últimos años andaba en esas, atascado en un duro comienzo de 2024 en el que había acumulado tres derrotas y dos victorias después de cinco prórrogas. También otros dos triunfos más holgados, tres con el de este domingo (95-80) en una jornada que le sirvió para recuperar confianza y sensaciones, y para escaparse de nuevo en el liderato (dos victorias de ventaja al Unicaja, que cayó en Badalona) mientras no forzaba a sus principales.

Poirier se reencontró bajo el aro, Musa sumó fácil (15 puntos en 19:36), Campazzo desniveló (10 y 10 asistencias) y Yabusele (16) y Deck mejoraron su forma tras sus respectivas lesiones. Y bien Abalde. En la otra trinchera, Jaume Ponsarnau terminó insatisfecho porque solo algunos jugadores entendieron el desafío, según explicaba. Sí lo hizo el gigante islandés Hlinason (19) con sus continuaciones. O Kullamae con alguna racha. El recién fichado, Hornsby, pese a su 0 de 4 en triples, dejó detalles de lo que puede ofrecer al Surne Bilbao. El duelo saltó por los aires en el tercer cuarto (28-10 en 9 minutos), cuando Campazzo rajó la defensa visitante con Yabusele y Poirier de finalizadores.

Con los blancos en momento bajo, el reto de Chus Mateo era encontrar ritmo, piernas, defensa... para recuperar parte de esa confianza perdida en este inicio de 2024 por la exigencia extrema del calendario. Y para ello cambió el quinteto, apostó por jugadores más frescos e intercambiables atrás para lograr una actividad alta. Campazzo, Abalde, Deck, Yabusele y Ndiaye de cinco, en ausencia de Tavares, lo consiguieron, y el 10-0 de salida con el Bilbao Basket bloqueado fue un primer paso hacia el triunfo.

Ponsarnau recurrió pronto a Hlinason y su presencia, aunque luego tuviera a Poirier enfrente, se notó mucho. Los visitantes lanzaron el gancho y este quedó anclado. No se soltaron en la primera parte ni tras pasar los cinco minutos y medio iniciales del segundo cuarto a cero: 35-22. Reaccionaron bien porque, a pesar de la sequía, supieron frenar la elevada cadencia blanca (30-20, minuto 9). Musa se convertía en la vía merengue de anotación de manera directa (13 tantos al descanso) e indirecta (gran alley-oop para Ndiaye, por ejemplo). No era, sin embargo, el frenesí colectivo de antes, lo que permitía a los hombres de negro resistir. Aparecía Kullamae y Rabaseda cerraba la primera parte clavándola desde la esquina.

Campazzo rompe al Bilbao y Yabusele levanta al Palacio

Estaban vivos (48-38) y… dejaron de estarlo a la vuelta de vestuarios. Campazzo cogió el timón con pulso firme, apretó la defensa, hubo carreras, pases, buenas combinaciones y elevado acierto en el tiro. Abalde y Deck ejercían de aleros y Yabusele (12 puntos entonces) de rematador, desde el triple y con un matazo por encima del 2,12 Killeya-Jones (incluida la falta y el tiro libre adicional) después de atacar la canasta con un despegue en paralelo a la línea de fondo. A continuación, alley-oop para Poirier, que se calentó las manos a base de mates (hasta cuatro, por cinco de Hlinason).

La confianza ofensiva arropaba de nuevo al Madrid: 76-48, un +28 que daba la patada al duelo tras un parcial de 28-10. Restaba más de un cuarto, en el último participaron Alocén y Hugo González. Encestaron ambos. El canterano entró en la convocatoria por Causeur, que sufrió una torcedura de tobillo en Mónaco y fue baja, como Llull y Tavares. En cuatro días, un pequeño respiro, el Olympiacos en el Palacio. Esto sigue.

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