El Madrid está en el mercado

El Madrid del talento y la continuidad, la que le llevó a ganar seis Supercopas seguidas porque era el mejor y el más ajustado en septiembre, perdió el trono ante el Unicaja de la estabilidad (y el talento). La receta cambió de manos y el Madrid lo notó. Acoplar el equipo con cuatro fichajes y seis bajas no es sencillo, menos aún si Garuba apenas se ha entrenado en un mes y medio, desde los Juegos, y Hezonja, ahora el cuatro principal tras la marcha de Yabusele, se cae de la final con fiebre.

Al Unicaja la faltaba Balcerowski, aunque en este ocasión, la ausencia de Supermario era más dañina por el agujero en el ala-pívot. Chus Mateo tiró ahí de Garuba de inicio y en menos de cuatro minutos volvía al banco, no funcionó (lo haría en la remontada de la segunda parte de cuatro y de cinco). Deck acudió al rescate en esa posición peleando con todo (10 rebotes ante el Barça y 10 puntos entonces en la final), aunque en inferioridad física de altura. El rebote ofensivo fue clave para los de Ibon Navarro en algún tramo y los exteriores blancos no supieron cerrarlo y ayudar a los pívots, con el argentino de alero quizá hubiera sido otra cosa. La versatilidad es un aliado positivo, pero si Deck tiene que ser interior por obligación se acaba la sorpresa y la polivalencia. Ndiaye contribuyó también con cuatro minutos. No quedaba más cera que la que ya había ardido en ese puesto, mientras el Unicaja elevaba el listón físico poco a poco.

El fichaje que faltaría

Y pese a todo, el Madrid tuvo el balón en las manos para completar la remontada. No se produjo, el Unicaja fue superior aunque tuviera que ganarlo tres veces (a Ibon le parecieron diez). No analizaremos aquí los fichajes merengues, sino el fichaje, el que le faltaría por hacer. Porque si la pregunta era si va a hacer una incorporación, la respuesta parece que es sí, al menos para su entrenador. Las cuestión ahora es cuándo, y quién, siempre que el club supere sus reticencias económica y haya consenso entre lo que se piensa a ras de pista y lo que se considera en los despachos.

Chus Mateo dejó claro su punto de vista antes de la Supercopa: “No vamos a quedarnos cruzados de brazos. Sabemos que 90 partidos son muy difíciles de soportar con 13 jugadores. No dejaremos que nos llegue el agua al cuello, estaremos atentos con la paciencia suficiente para elegir lo que debemos elegir. El club me consta que está en ello”. E incidió en esa línea tras la derrota: “Hay una exigencia y nivel físico tan brutal que necesito de más jugadores para una temporada de 90 partidos. Lo sé yo y lo sabemos todos. Nuestra inquietud es conocer en qué necesitamos mejorar y por dónde necesitamos incorporar a alguien. Probablemente sea así durante el año, no hay prisa”.

Por lo observado en la Supercopa, parece requerirse un cuatro físico y con tiro, aunque hay opiniones que echan en falta otro anotador. Sin embargo, con Musa, Llull y Rathan-Mayes no hay sitio en la plantilla. Con la incorporación de un cuatro y Hezonja más de alero (y Deck) esa sensación de necesidad exterior se paliaría. La otra opción sería reforzarse con un escolta (Musa podría pasar más al tres) o con un alero y apostar dentro definitivamente por Hezonja, Deck y Garuba.

El estilo de ala-pívots que han dejado huella en el Madrid

Si fuera un cuatro el fichaje… Para empezar, debería ser comunitario, porque las plazas de extra están cubiertas por Deck y Rathan-Mayes, lo que reduce el abanico de opciones en los próximos descartes NBA. Si miramos al pasado, son muchos los ala-pívots que han dejado huella en el club en los últimos años. Los principales, y sin retroceder al siglo pasado, han sido Eric Struelens (buen defensor e intimidador, gran reboteador, aceptable movilidad para su tamaño y algo de tiro de media distancia), Antonis Fotsis (gran talento, tiro de tres y manejo de balón, y buen salto), Axel Hervelle (guerrero de Maljkovic y de Joan Plaza, puro corazón con rebote, defensa, movilidad y puntual tiro de tres), Felipe Reyes (rebote, lucha, carisma, fuerza, continuaciones, juego al poste y un tiro que mejoró año a año), Nikola Mirotic (uno de los cuatros con más talento de la historia del club), Andrés Nocioni (el MVP de la Novena, un potro salvaje con calidad, velocidad, tiro, salto, rebote, defensa y un carácter que convirtió definitivamente en ganador al equipo), Anthony Randolph (en su momento cumbre, talento NBA por velocidad, altura, salto, coordinación y tiro), Trey Thompkins (pura clase al poste, cuerpo para el rebote defensivo y una mano de élite en el lanzamiento de tres, muy seguro en instantes críticos) y, por último, el fugado a Filadelfia Guerschon Yabusele (un volumen físico unido a una potencia y a un salto en carrera determinantes en Europa, porque añadía el mejor tiro de tres, no lejos del de Mirotic y Thompkins; en el debe, sus abundantes lagunas en defensa y en el rebote y que no sobresaliera en los días señalados).

Un perfil como Osetkowski

El Madrid parece necesitar ahí algunas de las virtudes de los citados: tamaño, rebote, amenaza de tres y, en general, anotación. Peinar el mercado casi en octubre, más allá de los liberados por la NBA, no es sencillo. ¿Un jugador que encaje en ese perfil como un guante? Dylan Osetkowski, ala-pívot del Unicaja campeón, el de los siete interiores. El Barça casi lo ficha este verano previo pago de la cláusula (por debajo del millón de euros), pero su situación (pendiente de que le comuniquen una sanción por un positivo que, en principio, no se prevé larga) frenó la operación.

El Madrid anda en el mercado, “me consta que el club está en ello”, lo dice su entrenador. Quién y cuándo serían las siguientes preguntas.

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