El Madrid cierra invicto la gira

Hace nueve días, recién aterrizado en Bolonia y con un virus afectando a varios jugadores, después de los traspiés ante el Fenerbahçe y el Panathinaikos, resultaba difícil aventurar que el Real Madrid iba a cerrar invicto un gran tour por Europa y España, hasta cinco partidos consecutivos fuera de casa. El viernes 15 zarandeó a la Virtus y ató el pase al playoff de la Euroliga, el domingo 17 se quedó con el primer puesto de la Liga en Málaga, el martes 19 se garantizó en Berlín la ventaja de pista en cuartos y el jueves 21 el liderato continental en Belgrado ante el Partizán y… Este domingo tocaba Palencia, un colista ACB renacido y con una afición entregada a los suyos. No era fácil completar la gira de manera triunfal; tampoco ganar en Palencia a un equipo que ha vuelto a creer con Luis Guil en el banquillo en sus opciones de salvación, por difíciles que parezcan, y que, tras perder en 14 de las primeras 15 jornadas, llevaba hasta la visita blanca cuatro triunfos en los últimos diez encuentros.

Venció el líder, cierto (78-86), pero con sobresaltos y forzando los locales a Chus Mateo a recurrir a todo su arsenal. A falta de cuatro minutos, el Zunder Palencia viajaba solo tres puntos por detrás (72-75) después de un triple de Jaylen Hands (16 de sus 21 puntos en la segunda parte). El escolta estadounidense fue junto con el pívot holandés de 2,21 Matt Haarms (14 tantos en la segunda parte) y con el congoleño Mathieu Kamba (gran ímpetu reboteador en ataque) el artífice de una reacción inopinada, que no llegó, pero que estuvo cerca de convertirse en remontada.

Los blancos parecían haber sentenciado el duelo, uno en el que les separaban 17 puestos en la clasificación y ahora ya 18 victorias, cuando tocaron los 22 de ventaja pasado el minuto 25: 38-60. La mezcla de los tres jugadores anteriores, el empuje de la grada que se desgañitaba cantando aquello de “sí se puede” y una defensa mixta, con cuatro en zona y uno sobre Campazzo (antes, sobre Rudy), cambiaron la inercia. También le debió pesar al Real el desgaste acumulado en estos días y sentirse ganador con cuarto y medio aún por delante.

El entrenador madridista tuvo que reaccionar devolviendo a sus principales a escena. Musa, que no era el más metido atrás, sumó 21 puntos, 18 en los 13 minutos que disputó en la segunda parte. El bosnio, con un triple, cortó el primer acercamiento morado a tres puntos y ayudó a sentenciar al final, de nuevo con Campazzo en la pista (35 de valoración) y con Poirier, al que le sentó bien para serenarse un pequeño paso por el banco. Hezonja, que venía lanzado (22 puntos al Alba y 25 al Partizán), no tuvo su mañana: 0 de 5 en la larga distancia.

El Palencia encajó un 2-34 en los inicios de cuarto

El Palencia lo había intentado todo, apostó mucho minutos por una defensa zonal 3-2, aunque no de manera continuada, porque, aunque cambió el ritmo de los merengues, estos acabaron ajustándose bien, abriendo el campo por la línea de fondo y castigando con el tiro, en especial Campazzo, o los cortes. Luis Guil dejó para la segunda parte la zona mixta, con cuatro jugadores formando una caja, o algo parecido, y otro en individual.

En los inicios del primer, segundo y tercer cuarto, la disposición atrás del Zunder era en individual. Si agrupamos esos comienzos de periodo, casi 12 minutos en total, el marcador parcial fue de ¡2-34! Restándolo del resultado final, en los otros 28 minutos: 76-52 para el Palencia. Pero ya saben, los partidos son un todo. Y ese fue para un Madrid en el que regresó Rudy un mes después (dos triples) y brilló Campazzo con su 4 de 5 de tres, sus 6 asistencias y 12 personales forzadas, cuatro en el cuarto definitivo. El líder defendió con éxito su ventaja en la tabla al tiempo que asegura ya matemáticamente una plaza en el playoff ACB; el Zunder Palencia, mientras, sigue en la lucha, las más agónica del deporte, la de no bajar.

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