El Madrid celebra la Undécima, Goss ejecuta y el Betis baja

La última jornada de la fase regular nos deja algunas veces contrastes tan crudos como el que vimos este miércoles en el WiZink Center. Un equipo en la cresta de la ola, abrazado por su gente, aplaudido a rabiar, en un día de felicidad y cierta relajación, de comunión con la hinchada a la que le ofrecía el título de campeón de Europa, la consabida Undécima, y también el de la Euroliga júnior, logrados ambos el domingo en Kaunas. Todo en el partido mil de Sergio Llull con el Real Madrid, desde su debut hace ahora 16 años (Chacho y Rudy descansaron con vistas al playoff que arranca el domingo ante el Gran Canaria). Un pulso que se resolvió con 9 puntos y un tapón de Williams-Goss en los últimos dos minutos para pasar del 70-77 al 79-77. Enfrente, un Real Betis que perdía la categoría in extremis, que en las últimas 34 temporadas, antiguamente Caja San Fernando y Cajasol, solo faltó a la ACB en la 2018-19.

Los jugadores béticos, mientras hacían el pasillo al rey continental (los merengues portaron camisetas de Vinicius con el dorsal 20), saltaban para mantenerse en tensión, porque les iba la vida deportiva. Se lo jugaron en duelo directo con el triunfador de la Final Four y con la esperanza de, en caso de no poder dar la campanada, que el Joventut venciera en Granada, pero eso tampoco pasó.

Dos realidades, dos mundos de emociones opuestos sobre el mismo parqué. Y el Betis tuvo sus opciones después de reengancharse tras una floja salida: 10-2 y 19-2. No acertaba de fuera, pero la entrada de Pasecniks (8 puntos casi del tirón) y que se sentara Tavares, más la actividad de Tyson Pérez fueron limando la desventaja hasta invertirla: 36-38.

En la reanudación, vimos el talentazo del dominicano Jean Montero, de solo 19 años, votado (también por AS) como el mejor joven de la temporada: 11 puntos en 8 minutos (19 al final). Bien secundado por Tyson Pérez (17+13), la renta les acercaba a la permanencia: 53-60, minuto 29. Un par de decisiones arbitrales encresparon a la grada y Llull recibió una técnica por protestar la anulación de un triple en el cierre del tercer cuarto porque se había pitado una falta sobre Musa que tardaron en señalar.

La relajación local se había evaporado, el último cuarto dictaría sentencia. El Betis se puso con +5 (60-65) y aguantó la embestida de los blancos, a los que se les salió un triple de Yabusele para ponerse por delante. A continuación, Cvetkovic la clavó de tres y Montero elevó el +7 (70-77), una ventaja que parecía amarrarle otro año a la ACB.

Y si eso no ocurrió fue por la irrupción fantástica de Williams-Goss, que asumió todo el protagonismo ofensivo laminando el sueño visitante. Una buena entrada, dos tiros libres y un triple en solo 1:08 para empatar a 77 a falta de 52 segundos y, en seguida, la canasta del triunfo a solo 6,1 de la bocina, un tirito de los suyos de media distancia, a lo Llull si quieren. Y en lo que restaba taponó el intento triple ganador de Montero. Nueve tantos del estadounidense y esa interceptación en los dos últimos minutos dieron el triunfo número 28 al Madrid, que no le sirve para escalar a la segunda plaza porque el Baskonia no falló. Acaba tercero. Los de Chus Mateo se enfrentarán al Gran Canaria de Lakovic en el playoff de cuartos. El Betis, en cambio, se quedó sin red porque venció el Granada y baja a la LEB. Descarnado contraste en el Palacio.