El Granca supera al Obradoiro
Brussino y Shurna sentencian desde más allá del 6,75. El argentino y Diop, los mejores de los locales. El empuje de Scrubb, insuficiente para los gallegos.
Sigue de dulce el CB Gran Canaria. Tras sellar su clasificación para la Copa del Rey, el equipo insular certificó su 11ª victoria liguera a costa (75-68) de un Obradoiro que se fue consumiendo conforme avanzaba el partido. Los locales, que entraron al último cuarto con el partido totalmente controlado, olieron sobremanera el peligro y tardaron en sellar la victoria casi hasta el último minuto.
El primer tiempo estuvo lleno de vaivenes en el parquet y, por tanto, en el marcador. Se las prometía felices el Gran Canaria con ese parcial de 8-0 que llevó a ponerse con 15-9 a su favor. mas el Obradoiro quiso pagarle con la misma moneda. Así, Zurbriggen selló una secuencia idéntica que llevó a su equipo a dominar el partido al final del primer cuarto: 15-17.
Parecía totalmente empanado el Gran Canaria, por completo fuera del duelo. Entre Blazevic y el propio Zurbriggen, 8 puntos al descanso este último, elevaron la distancia visitante hasta el 15-22, parcial que por aquel entonces era ya de 0-13, racha apenas cortada por Slaughter desde la línea del triple. Aparecieron entonces Diop y Albicy: si el primero conectó cuatro puntos seguidos, el base galo enchufaba dos triples consecutivos para devolverle la ventaja a su equipo: 32-30.
Ni que estuviera en la lona, la hueste de Moncho Fernández parecía totalmente aturdida, acaso implorando que llegara cuando antes el tiempo de descanso. El Granca empezaba a sacar músculo, 38-30, y bastante consuelo parecía para el Obradoiro el marcharse a los vestuarios perdiendo de siete puntos: 39-32.
Le sentó mejor el receso al Obradoiro, rápidamente dispuesto a igualar una contienda que amenazaba con perder demasiado pronto. Un triple de Vicedo fue el preludio de la remontada santiaguesa, parcial de 10-18 para arrancar el tercer cuarto y volver a tomar la iniciativa en el marcador: 49-50. Apareció entonces la imponente figura de Inglis, que cuyos cuatro puntos en el tramo final de este periodo permitían respirar a los suyos, 56-52 después de 30 minutos de juego.
Se atascó entonces el partido, por lo que tocaba remangarse y bajar al barro para sellar la victoria en uno u otro lado. Scrubb mantenía a los suyos en vereda, pero entre un triple de Slaughter y una bandeja de Shurna el Granca se marchó hasta el 65-56 con 5:16 para acabar el partido, lo que obligó a Fernández a pedir tiempo muerto. Pareció reaccionar su equipo; es más, un triple de Vicedo le puso tan cerca, 65-61, como para pensarse que le victoria en territorio insular era todavía posible.
Sin embargo, como esperando el momento preciso para asestarle a su rival el golpe definitivo, en este caso dos, el Gran Canaria sentenció el duelo desde idéntica distancia, en este caso por medio de Brussino y Shurna: 75-63, máxima diferencia de todo el partido, y apenas 80 segundos por delante.