BARCELONA

Anderson, el fichaje tapado del Barça que espera al Madrid

Justin Anderson no fue el nombre más celebrado entre las cinco caras nuevas del verano en el equipo culé, pero su pretemporada se ha ganado el respeto de la afición y ya es uno de sus favoritos. El sábado intentará hacerle la vida imposible al Madrid.

El pasado 26 de agosto el Barça montó un acto para presentar a sus cinco fichajes del verano. Entre ellos estaba una estrella anotadora de la Euroliga, Kevin Punter, un joven base talentoso y exmadridista, Juan Núñez, un ala-pívot con 260 partidos de experiencia en la NBA, Chimezie Metu, y una de las torres de Europa con 221 centímetros, Youssoupha Fall. Todos con motivos suficientes para llamar la atención antes de vestirse por primera vez de azulgranas. Cerraba el grupo de las incorporaciones un alero que había pasado la temporada pasada en la ACB, entre el Río Breogán y el Valencia Basket, donde ya había dejado muestras de sus virtudes. Ese quinto nombre era el de Justin Anderson, un jugador que llegó algo tapado por el interés mediático de alguno de sus compañeros en la foto de presentación, pero que después de los cinco partidos de pretemporada se ha convertido en un favorito del aficionado culé.

¿Qué ha hecho cambiar la perspectiva sobre él en tan poco tiempo? Su forma de jugar y de entender el baloncesto. Sale a la pista cada partido como si fuese el último, lo deja todo por su equipo los minutos que tiene, con una energía y una pasión contagiosas. El domingo, después de que el Barça ganase al Manresa la final de la Lliga Catalana, Anderson fue uno de los jugadores más solicitados para las fotos y los autógrafos. Hasta Audie Norris se acercó a darle un abrazo para felicitarle por su actuación. Acababa de meter 13 puntos y robar 3 balones en 15 minutos, para 18 de valoración. Fue, sin duda, uno de los mejores del partido en el mejor partido hasta ahora que ha jugado el Barça de Joan Peñarroya.

Anderson (30 años, 1,98 metros) nació en Montross, Virginia, y se le puede considerar un trotamundos de la NBA. Ha formado parte de la plantilla de siete franquicias distintas, aunque solo jugó en seis de ellas y sólo un año, el segundo, participó en más de 70 encuentros repartidos entre los Dallas Mavericks y los Philadelphia 76ers. La última temporada en la que jugó más de la mitad de los encuentros de la temporada regular fue la 2018-19 con los Atlanta Hawks. Entre tanto, el negocio le llevó a la Liga de Desarrollo en dos ocasiones, hasta que en 2023 dijo basta y se vino a Europa. En Lugo destacó rápido y el Valencia se lo llevó a mitad de curso para reforzar a un equipo con bajas sensibles por lesión que había perdido algo el rumbo. Y, aunque los taronjas no alcanzaron los objetivos colectivos que tenían, Anderson se convirtió en uno de los favoritos de la hinchada.

¿Cuánto tardará esa mezcla de esfuerzo, físico exuberante y un punto de chulería en ganarse a sus nuevos aficionados? Probablemente en cuanto le vean en directo en el Palau Blaugrana. O puede que antes, este mismo sábado, en el Clásico de la Supercopa. El escenario perfecto para entrar por la puerta grande si te sale el partido.

Anderson mostró ante el Manresa lo que puede aportar al Barça. Cosas importantes que el equipo azulgrana echaba de menos. Kilos en la posición de alero, defensa estilo perro de presa, gran capacidad de robo y una intensidad que mete una marcha más al equipo cuando está en pista. Al Baxi le quitó tres balones y la temporada pasada promedió 1 recuperación, quedándose al borde del top-10 de la competición. También puede hacer una labor intimidadora, no tanto por su altura como por su capacidad física, y poner algún tapón espectacular como hizo ante el MoraBanc Andorra el pasado viernes. Todas esas cosas ya le convierten en una pieza básica de este nuevo Barça. La nueva dimensión llegaría a través del triple. Su 2/2 ante el Manresa es ilusionante. El año pasado se quedó en un 35,1% de acierto, que no está mal, pero en los 19 últimos partidos del curso, con la camiseta del Valencia, ese porcentaje ascendió a un 39,3%. Si es capaz de mantener un acierto parecido pasará automáticamente a ser imprescindible para Peñarroya.

El sábado, en el Palacio de los Deportes de Murcia, tiene una prueba de fuego de la máxima exigencia. Ante el subcampeón de Europa y campeón de Liga, un Real Madrid que seguramente tenga la mejor pareja de aleros del continente con Mario Hezonja y Gabriel Deck… Y eso sin contar a Dzanan Musa, que ya actúa más como escolta aunque no deje de ser un tres. Mucho talento enfrente, pero Anderson no es de los que se achanta con facilidad. Porque él juega todos los partidos como si fuera el último.

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