El dinamitero Hommes noquea a un Madrid gris

Un Baskonia pletórico de mentalidad, acierto, velocidad y propuesta desde el banquillo (el que ocupa Joan Peñarroya) noqueó con mucho estilo al Madrid (88-82), y eso que no tuvo la dinamita de Markus Howard, baja por una lesión de rodilla. Encontró otro yacimiento para extraer lo que necesitaba, el de Daulton Hommes, un alero/ala-pívot de gran rapidez, capacidad atlética y una muñeca especial. El estadounidense acabó con 24 puntos (12 en el último cuarto) tras embocar 5 de 8 de tres. El estilete de una versión colectiva magnífica del equipo vitoriano, donde gente como Darius Thompson, Kurucs, Giedraitis, Sedekerskis y Costello completaron una actuación solidísima para el bloque. La alegría en la hinchada azulgrana se multiplicó al conocerse justo después del triunfo la vuelta a casa de Pierria Henry, un fichaje de lujo.

El Madrid, en cambio, transmitió sensaciones bastante grises, con Tavares eliminado por cinco faltas y Musa y Deck exprimidos (17 tantos por barba tras disputar íntegra la segunda parte). Primera derrota en Liga; la tercera, si contamos la Euroliga, en las últimas dos semanas. Más allá, buena racha final de Yabusele que no compensó sus despistes atrás. Y mal partido de Llull, por lo que con Abalde aún sin el tono necesario y Williams-Goss y Hanga lesionados se agravan los problemas en el base, y en la defensa exterior (añadan la ausencia de Rudy). Causeur estuvo cuatro malos minutos y no volvió a cancha, Poirier contó lo justo y casi nada Hezonja (26 segundos en la segunda parte). El bloque ha dejado de fluir, quizá algunos jugadores estén de bajón ahora después del trasiego veraniego con sus selecciones. No es el caso de Deck, eso sí, el más completo en ambos lados de la pista.

Otra vez el Madrid de las dos caras, un ratito buena y el resto regular o mala. Primoroso arranque con un 2-11 cargando la pintura con Tavares y aprovechando luego situaciones de ventaja para una entrada de Musa, un triple posterior de Deck a pies parados con tiempo y espacio… incluso un contragolpe. Pero el Baskonia reaccionó sin especular, un ritmo alto y acierto en el triple, el que no tenía el Real (2 de 11 al descanso), que siguió percutiendo dentro y cerró el primer cuarto 14-19. Entonces, se cruzaron dos tendencias inversas, la blanca, que se paraba, poca movilidad sin balón y centrada solo en tirar de larga distancia (sin meter nada), y la azulgrana, que en cada ataque añadía una marcha más. Un ritmo vertiginoso que sacó de rueda al rival poniendo en evidencia su balance defensivo. En cada transición siempre había una ventaja, espacio para llegar hasta el aro o para lanzar cómodo con un oponente fuera de sitio, sin ajustar a tiempo atrás.

Festival baskonista

Un festival de baloncesto a toda pastilla, ese que hace vibrar a la grada, y que se coronó con un parcial de 18-4. Una vuelta a la tortilla salvaje: 32-23. Poco antes, vimos un tiempo muerto de Chus Mateo cambiando el rictus, enfadado y recordándole a los suyos el plan, que no era lanzar de lejos sin ton ni son tras saltarse el paso previo de la circulación de balón.

El inicio del tercer cuarto resultó un despropósito conjunto, con el Baskonia marrando sus cinco primeros triples y el Madrid extraviando cinco balones, aunque el final del periodo dejó mejor colocados a los visitantes: 50-58. Musa, Llull y Tavares habían replicado a un acertado Kurucs.

Los merengues parecían mantener el control (60-66, min. 32); sin embargo, los de Peñarroya presumen de ser ingobernables. Irrumpió de nuevo Hommes (12 puntos en 7 minutos de ese periodo) y los locales entraron en ignición, letales en el triple (5 de 8 en ese tramo) y en transición, imparables para un Madrid que iba dos velocidades por detrás corriendo hacia la retaguardia (parcial de 33-24) y que solo aguantó el tirón por el acierto de Yabusele con 12 tantos seguidos en menos de dos minutos y medio: 75-78, ahí, a 3:26, se acabó la racha del francés. Aún Sergio Rodríguez puso a los suyos por delante a 50 segundos de la bocina (81-82), pero le contestó Thompson de tres y, después de tiempo muerto, el Chacho perdió el balón buscando a Yabusele en la zona. Acto seguido, Costello embocó desde la línea la personal rápida recibida y Llull marró el triple. Este Baskonia emociona, lo hace su propuesta.