Gran CanariaCAN
68
Cazoo BaskoniaBAS
96
Finalizado

LIGA ENDESA | 11ª JORNADA

El Baskonia abusa de un pobre Gran Canaria

Marcus Howard, nueve triples y 34 puntos, comanda la tunda del Baskonia: 68-96. Y 66-114 la diferencia definitiva en la valoración de ambos equipos.

G. Suárez

Como un auténtico rodillo. Así se acaba de comportar el Baskonia en la guarida de un pobre Gran Canaria, que nada pudo hacer por detener el aluvión alavés (68-96). Howard dio un recital para liderar un triunfo clave de los de Peñarroya, que además adelantan en la clasificación a su rival de esta noche, directo además en esa pelea por la Copa del Rey. Ante un brillantísimo rival, furioso en defensa e imparable en ataque, la hueste de Lakovic hizo agua desde el mismo salto inicial.

Todas las vergüenzas que pudiera tener el Gran Canaria saltaron por los aires, dinamitadas por completo, en una primera parte para el olvido suyo y gozo absoluto del Baskonia, que hizo de este partido su fiesta particular prácticamente desde el calentamiento. Ocurrió durante todo el partid. Nada más comenzar, Lakovic ya tuvo que parar el partido ante la que se le venía encima a su triste equipo: 5-13. Lejos de reaccionar los locales, Henry y Kotsar echaban sal en la herida insular, aquello que solo acertó a cerrar Inglis, que más tarde se retiraría lesionado, solo un susto, con sendas canastas para el 9-17 marca de la casa, acaso un salón de baile debajo de la canasta alavesa, cortando la primera de ellas un parcial de 0-8.

Los últimos segundos de este primer cuarto, que acabaron con lejano triple del imparable Howard, recital suyo con 21 puntos el descanso y un lustroso 6/8 en triples, fueron el perfecto avance de lo que vendría después, una tormenta de juego baskonista que inundó cualquier esperanza del Granca de meterse en el partido. Así, nada más empezar el segundo periodo, el propio Howard, Enoch y Sedekerskis hacían bueno un parcial de 0-7, 10-28 ya en el marcador, un torrente de baloncesto el azulgrana, imparables sus muchachos para los impasibles jugadores locales.

Además, cuando hubo un mínimo conato de reacción del Gran Canaria, que finalmente no fue ni la sombra de una ilusión, Peñarroya pidió un tiempo muerto de su absoluta conveniencia, pues el triple de Bassas que puso el 15-28 se quedó en eso: un simple enceste lejano. No solo es que el Baskonia saliera de este pequeño receso con un triple de Henry (8 puntos y 7 asistencias al descanso), sino que, de pronto, la ventaja de multiplicó: 20-45 en menos de lo que dura un pestañeo. La hueste local, totalmente hundida, imploraba porque llegara un tiempo de descanso que vino tras otro triple del propio Henry. Las cifras, 20 minutos después, no mentían: 24-53 en el marcador, 12-78 en la valoración de los jugadores.

Con el partido totalmente resuelto, lo que sucedió tras el descanso no fue más que un mero trámite. Por el Granca, si acaso, se veía algo de Slaughter, desaparecido hasta entonces, con cinco puntos consecutivos para un igualmente sonrojante 36-59. El Baskonia seguía aplicando su rodillo particular, y Howard, 28 puntos ya y siete triples, le daba a los suyos la máxima renta a favor hasta entonces: 38-72. No volvió a anotar el exterior norteamericano, pero qué más da: su exhibición fue de videoteca.

Pese a que la formación insular estaba totalmente fuera del partido, tampoco es que el Baskonia se contagiara, y mucho menos se dejó llevar. Así las cosas, el único aliciente consistía en conocer cuánto antes la diferencia final en el marcador, tan escandalosa como se intuía. Mientras los de Peñarroya se dieron un auténtico baño de gloria, el Gran Canaria jugó un partido de pecado… mortal. En los minutos de la basura, que fueron muchos más de los debidos en un partido profesional, dio tiempo a que jugaran los canteranos amarillos Mutaf y De la Torre y que Howard mantuviera su estado de trance: dos triples más, 9 en total, para 34 puntos. El abuso se consumó, y de qué manera.

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