El Barça saca pecho en el Clásico de los caídos

Era un Clásico trascendente, en plena pelea por un liderato ACB a tres bandas, que se presentaba en mal momento, tras el cierre de la fase regular de la Euroliga y a poco más de una semana para el playoff de cuartos. El sobresfuerzo previo y el de este mismo domingo pasó una factura que puede ser muy elevada con varios jugadores que o no pudieron subirse al tren o tuvieron que apearse en marcha. El Clásico de los caídos se lo llevó el más duro atrás, el más sólido en el rebote, el que compartió mejor el balón y buscó con más acierto su superioridad, el más completo dentro y fuera. Y ese fue el Barça (97-82), nuevo líder liguero. Satoransky (18 puntos y 9 asistencias) y Mirotic (23 y +23 con él en pista) resultaron capitales, y también Laprovittola (14 y 8 pases) y Sanli (12 sin ningún error en el lanzamiento y 6 rebotes), que leyó muy bien sus fortalezas según la coyuntura. Incluso Vesely en solo 10 minutos hasta su abandono. Enfrente, en el Madrid, el agujero en el puesto de base puede llevarse por delante la temporada. Hanga hizo un buen trabajo, pero no es su puesto. Tavares acabó eliminado y con un -18 en el marcador mientras aguantó sobre el parqué, y Musa (24) y Yabusele (19) sumaron mucho (también minutos) en un canto ofensivo aislado. Solo 9 asistencias en total (frente a 21 del adversario) y un paupérrimo 4 de 17 en triples. Y, ojo, 17 rebotes menos, en parte por las circunstancias.

Porque este Clásico obligaba a andar bien de la vista, por un lado enfocando de cerca, al Palau, y por otro mirando más lejos, al playoff continental, que arrancará en nueve días. Y a todo esto, un puñado de jugadores tocados o que acumulan cierta fatiga. Así que, además de Rudy y Poirier, bajas conocidas en los visitantes, se unió a la lista, horas antes del salto inicial, Deck (sobrecarga en el glúteo), mientras que Williams-Goss se vistió de corto y reapareció en la segunda parte tras un mes en el dique seco. También lo hizo previamente Llull, dos meses después de romperse el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. Ninguno de los dos pudo echar una mano efectiva a los suyos. En los locales, Jokubaitis se apeó in extremis por un proceso gripal y Higgins se marchó al vestuario en pleno choque por su eterna lumbalgia, algo que preocupa mucho en el club. Luego se cayó Vesely por una dolencia en la rodilla izquierda y, al final, Abrines, al que se le dobló la pierna izquierda y se marchó entre lágrimas (el club comunicó que era el tobillo). A la vez, Mirotic se quejaba de unas molestias.

El pulso estuvo marcado en la primera parte por el rebote, el que cerró de fábula el Madrid en el primer cuarto, lo que le dio una buena ventaja (15-22 tras un 0-12), y el que recuperó en el segundo acto el Barça, que supo cargar de faltas a Tavares (tres en el minuto 21 y cuatro en el 29) y hacer daño por dentro ante la evidente limitación interior e intimidatoria de Cornelie. Los culés pasaban la lima hasta eliminar la desventaja: 42-40. Atrás quedaba una gran racha de Musa (15 puntos en 8 minutos), aunque los de Jasikevicius se imponían por el peso del rebote y del talento, con Mirotic y Satoransky de castigadores y Laprovittola de mente clarividente (5 asistencias entonces).

El Barcelona se iba a los 30 puntos en ese segundo cuarto y a 31 en el tercero, 61 puntos en medio partido, inaceptable para los merengues, que bajaron los brazos en la reanudación de pura impotencia mientras Tavares cometía la cuarta. Sin piernas frescas ni cabeza lúcida, la nave blanca se movía a impulsos individuales, mientras el rival fluía compartiendo mucho mejor el balón lo que se trasladaba en una efectividad muy alta que le dio para viajar 17 arriba: 76-59, minuto 29. Sanli tuvo grandes momentos porque supo leer su superioridad, por dentro ante Cornelie y demás, por fuera frente a Tavares.

Las estadísticas avanzadas dicen que el Real es un gran equipo defensivo, pero la realidad refleja otra cosa en jornadas decisivas, ante los potentados del continente. El bloque hace agua en instantes críticos y Tavares, entonces, no puede compensarlo todo como en un duelo al azar de la fase regular. El caboverdiano, además, no atraviesa su pico de forma más boyante y acabó eliminado en una acción sobre Sanli en la que fue el tercer jugador tras Hanga y Abalde en tocar al rival, pero tras la revisión pedida por Chus Mateo, los árbitros mantuvieron la decisión.

Con todo perdido, Yabusele se quiso dar otra oportunidad con cuatro canastas seguidas y un 2+1 de Hanga en el arranque del último cuarto: 78-74. Ahí llegó la cuarta personal de Hezonja y la quinta, tras la técnica por protestar. El duelo sufrió otro volantazo, ahora con el Barça sujetando fuertemente el timón hasta la bocina final. Nuevo líder, y el Madrid tercero, a un triunfo de azulgranas y baskonistas a siete jornadas del cierre.