Doble o nada

Segundo partido de semifinales de la Liga Endesa en el WiZink Center. De repente, el encuentro de esta noche (21:00, Movistar Deportes) se ha convertido en un evento señaladísimo en este final de temporada. Seguro que no había muchos que apostaron por que el Joventut tomaría la delantera en Madrid, pero lo hizo con todas las de la ley. Fue mejor que los blancos durante gran parte del encuentro, se aplicó en defensa hasta donde podía llegar y ejecutó a la perfección el plan de ataque. Y Kyle Guy sigue de dulce, en un nivel de acierto que no se veía en las eliminatorias por el título desde Drazen Petrovic hace 34 años.

Todas estas son cosas que a quien haya visto en las últimas semanas al Joventut no deberían sorprender. La Penya está en uno de los mejores momentos de la temporada y al Real Madrid, los seis días de descanso que tuvo después de eliminar por la vía rápida al Gran Canaria no sumaron para su causa. Se vio al equipo errático en ataque, con el punto de mira muy desviado (8/32) en triples y sin respuesta en la defensa sobre Guy y, también sobre Andrés Feliz, que movió el partido a su antojo hasta su expulsión por faltas a pocos minutos del final.

“La Penya juega muy bien al baloncesto y venía en un buen momento”, decía Chus Mateo después de la derrota del martes. Al entrenador madridista no le pilló por sorpresa el desempeño del rival y puso el foco en dos problemas: la defensa sobre Guy (“nos ha faltado un poquito de tensión”) y la selección de tiro (“estábamos haciendo mucho daño por dentro”), refiriéndose al empeño del Madrid en tirar de tres cuando claramente no era el día, mientras acababan con un 74% en tiros de 2. Edy Tavares firmó otro partido estratosférico (18 puntos, 14 rebotes, 4 tapones y 38 de valoración, esta última cifra le coloca en el top-10 del Madrid en playoff), pero a su equipo no le sirvió para ganar. Ni siquiera para pelear el partido hasta el final. Mala noticia.

Enfrente, su pareja de baile, Ante Tomic, también acabó con números (18+11 y 26 créditos) y, también intangibles, sobresalientes. Al Joventut le rentó más el partido de su estrella porque alrededor suyo todo funcionaba. Alrededor de Tavares se salvó Musa, pero esta vez no salió al rescate la vieja guardia, ni la versión de Hezonja que marca diferencias, ni la iluminación de Williams-Goss, ni el Yabusele decisivo de la Liga… El Madrid necesita reconectar muchas de esas cosas, que desde el esprint final que les hizo campeones de Europa estaban funcionando, para no ir a Badalona con un 0-2 que lo pondría todo patas arriba. De momento van 0-1, algo que en las 64 eliminatorias de semifinales que se han jugado con formato 2-2-1 sólo había pasado nueve veces. De ellas, en seis acabó pasando quien jugó el primer partido fuera. La última fue hace seis años, cuando el Valencia eliminó al Baskonia y acabó ganando la final precisamente al Madrid. Una final que el Joventut no pisa desde 1993.

Fue llamativa la cantidad de puntos que recibió el Real Madrid el martes. El Joventut le hizo 93, una cifra que no encajaban los blancos desde el último encuentro de cuartos de la Euroliga ante el Partizán, hace casi un mes. Entre tanto, siete partidos a una media de 73,3 puntos recibidos. “Tenemos que asumir nuestros errores para cambiar la dinámica y para ello debemos cuidar la defensa”, declaraba ayer Rudy Fernández. “Ya estamos pensando en el siguiente reto, que lo veo aún más difícil que el primero”, aseguraba Carles Duran. Real Madrid y Joventut, hagan juego.