BALONCESTO | R. MADRID

Campazzo: “Diría que la NBA es una etapa cerrada para mí”

El base argentino (33 años y 1,81 m), de vacaciones en su país, repasó su carrera en el programa de YouTube “Clank!”.

El Real Madrid comenzará oficialmente la temporada el próximo 21 de septiembre en Murcia con las semifinales de la Supercopa Endesa ante el Barcelona. Un torneo que los blancos lideran en el palmarés con 10 títulos y que dominan con puño de acero desde 2018 con seis victorias consecutivas.

La última Supercopa, la de 2023, también la ganaron en Murcia tras doblegar en la final al Unicaja (88-81) con 19 puntos y 5 asistencias de Facundo Campazzo, que fue nombrado por tercera vez MVP de la competición. Fue el primer título para el base (33 años y 1,81 m) es su tercera etapa como jugador blanco. El primero tras volver al club que abandonó en noviembre de 2020 para probar suerte en la NBA, en Denver Nuggets.

“Me llamó Denver. Era complicado, era la época de la pandemia. No quería empezar esa temporada con el Madrid porque tenía la sensación de que iba a abandonarlos. Pero Florentino Pérez me dijo que les ayudaría si empezaba con ellos, si jugaba la Supercopa, unos partidos más y después me iba. Y acepté”, recuerda el argentino, que durante las vacaciones en su país, ha pasado por el programa de YouTube Clank! con Juan Pablo Varsky.

Cuando me fui a la NBA, Florentino me escribía mucho. Tiene aura, impone un respeto que no mucha gente puede. Paralelamente, te contagia una calidez de que vas a estar cuidado en este club. Me ayudó mucho en mi salida a la NBA. Cuando me marché a Denver, estaba supernervioso. Me junté con él, y me hizo estar tranquilo. El pago de la cláusula era bastante grande… y él me dejo pagarla en varios años”, continúa Campazzo, que da por finiquitado su paso por la Liga norteamericana: “Creo que es una etapa cerrada para mí. Diría que sí. Mi contrata con el Madrid acaba cuando tenga 37 años”, asegura. “Me siento como en casa en Madrid”.

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El retorno de Campazzo a la Casa Blanca no fue sencillo. En noviembre de 2022, y después de solo ocho partidos, Dallas Mavericks, su segunda franquicia en la NBA después de Denver Nuggets, decide despedirlo. Cortarlo, como se dice en lenguaje baloncestístico: “En mis primeros entrenamientos allí pensé que podía hacerlo bien. Entiendo las reglas del juegos. Son crueles, pero las entiendo. Me enteré (del despido) por el mensaje de un amigo que lo había visto en Twitter. El mánager general me dijo que mi salida fue decisión de más arriba, de Mark Cuban (el propietario)”.

De la NBA a la mística del Madrid

“Sabía que podía pasar. Tenía la ilusión de que algún equipo me reclamara las siguientes 48 horas, pero me esperaba lo peor”, recuerda el internacional albiceleste, que empezaba de cero la temporada… pero con esta ya a pleno rendimiento: “Volví a España, a Madrid, porque iba a ser más fácil negociar con los equipos si estaba ahí, que si estaba en Dallas. Mi idea era volver al Madrid, pero sabía que era difícil porque era diciembre, la temporada ya había arrancado, con todos los equipos formados. Por X o por B no se pudo. Se intento, pero no se puedo y apareció Estrella Roja”.

Su aventura en la NBA tuvo sus luces y sus sombras. “No me fui por la plata (dinero), lo hice por el sueño que tenía, por el Facu joven que quería jugar en la NBA. Era una fantasía”, asegura el base, que disputó 138 duelos en la Liga norteamericana, 130 con los Nuggets de Nikola Jokic: “Me dijo que me olvidara de lo que había aprendido en el basket FIBA, que la NBA era otro deporte. Y es así. Debía tener un gran impacto sin el balón en la mano”, dice y recuerda el juego de trash talking (lenguaje basura) que vivió con Draymond Green (“Me decía, defiendas cómo lo defiendas, Curry te va a meter 30 puntos, así que pide el cambio y que lo defienda otro”) o su malas sensaciones en sus últimos días en Colorado: “Prefería pasar desapercibido. No quería jugar un minuto y medio, corriendo, defendiendo y cometiendo errores que me sacasen del partido para no volver a jugar. Era una sensación horrible porque lo pasaba mejor en los entrenamientos que en los partidos”.

Un sensación que olvidó, primero, en el Estrella Roja, en Serbia. Y, luego, en España, de nuevo en el Madrid. Su casa. “El Madrid tiene una mística... Históricamente, en el fútbol lo es todo. Por los títulos, los jugadores que pasaron por ahí... pero en el básquet también tiene una historia muy grande por las mismas cosas. Está más allá de cualquier jugador. Tiene algo que no se puede explicar”.

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