Brussino lidera el KO sobre el Covirán Granada

El de esta mañana fue el partido perfecto para el Gran Canaria. Enfrente de su animoso público, la hueste de Jaka Lakovic hizo lo que quiso con un Covirán Granada que nunca fue rival, perdido desde el inicio, ni la más mínima opción de victoria durante el duelo (89-75). Los jugadores insulares, muy acertados desde el triple (15 en total, 10 e la primera parte), se dedicaron a vivir de las rentas prácticamente desde el cuarto inicial.

Como mucho, el equipo de Pablo Pin, que se olvidó de defender, se puso a 9 puntos mediado el último cuarto tras haber ido perdiendo por 20, mas no fue sino la sombra de la ilusión de remontar. La victoria, desde mucho tiempo antes, ya se había decantado a favor del Gran Canaria.

El equipo amarillo comenzó el partido dándose un festín ofensivo de los que hacen afición. Resultó que, en menos de lo que dura un pestañeo, ya estaba ganando 14-3 merced, entre otras cosas, a los triples de Slaughter (dos), Pelos y Brussino, lo que obligaba a Pablo Pin a pedir un más que necesario tiempo muerto.

Pequeñas pinceladas de Cheatham, como una asistencia a Costa y un gancho suyo posterior, ayudaban a su equipo, 16-7, pero dos triples consecutivos de Albicy y Brussino volvían a poner tierra de por medio. En total, el Granca se cascó siete solo en el primer cuarto, 10 al descanso. El colmo del infame partido que estaba haciendo el Covirán Granada se encarnó en el mate que Thomasson falló completamente solo, y el tercer triple de Slaugther, canasta que además cerraba el periodo inicial, confirmaba la tunda que se estaba llevando el equipo nazarí: 29-14.

Lejos de confiarse, el Granca fue a más en el segundo cuarto. Tanto, que dos tiros libres de Salvó, ese hombre para todo que nunca desfallece, le dieron bien pronto la máxima diferencia del partido hasta el momento: 36-17. Sin esperarlo nadie, ni siquiera el propio Granada, un parcial de 0-7 le dio algo de aire a los visitantes, pero ese 36-24 pareció lo que no era cuando Albicy y Brussino conectaron otros dos triples seguidos, el aro nazarí visto como una piscina olímpica para los insulares. Tal y como fue el desarrollo de este primer tiempo, bastante bien debía sentirse el Covirán yéndose al descanso perdiendo solamente de 14 puntos: 45-31.

Los locales seguían a lo suyo en un tercer cuarto que en nada difería de los 20 minutos anteriores. El tercer triple de Brussino y el cuarto de Slaughter mantenían un claro +16, 54-38, que llegó hasta el +20 (65-45), la máxima del partido, tras unirse Landesberg a la fiesta desde más allá del 6,75. El partido entraba entonces en un intercambio de golpes que en nada hacía temer por el triunfo local, así demostrado con el marcador que figuraba en el cielo del Gran Canaria Arena al acabar el tercer cuarto: 71-54.

Acercamiento

De las pocas buenas noticias del Covirán hoy fue la gran actuación de Cristian Díaz, crecido ante su gente, en su isla y contra el club del que tantos años fue canterano. El octavo punto del base grancanario puso a los suyos 77-65, dándole vida a un acercamiento que se puso serio tras un triple de Thomasson que, con casi seis minutos de partidos todavía por delante, obligó a Lakovic a pedir un tiempo muerto redentor tras alzar la vista y ver el 77-68, tanteo inexplicable hasta hacía bien poco.

Salió encorajinado el Gran Canaria tras este receso. Brussino, quién si no, selló la victoria coronando su tremendo partido (24 puntos, 6 triples, 5 rebotes) primero con un póster a Cheatham y después con su último triple de esta plácida mañana para su equipo.

Nunca le dio opción el Dreamland Gran Canaria a un triste Covirán Granada, que solo con el 0-0 inicial dejó de ir por debajo en el marcador. El equipo nazarí sigue hundido en el fondo de la clasificación, ahora en puestos de descenso, mientras que los insulares, con esta quinta victoria de la temporada doméstica, se meten de lleno en la lucha por la Copa del Rey.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.