Barça-Madrid: una Liga para saldar cuentas

El Clásico vuelve al Palau Blaugrana, donde el 10 de abril el Barça ganó en la prórroga, tras una discutida falta de Poirier a Sanli, y ató el primer puesto de la liga regular. Entonces, pese a la estrechez del desenlace, todos los pronósticos daban al Barcelona favorito por unanimidad en cualquier duelo a un partido, y de manera abrumadora en un playoff a cinco como el que se avecina. Ahora, no tanto. En estos dos meses algunas cosas han cambiado. El Madrid tocaba fondo tres días después en Bilbao, con su octava derrota en nueve partidos, lo nunca visto. Desde entonces, una progresión continua que le ha permitido encadenar 15 triunfos en 16 encuentros, es decir, lo ha ganado todo menos la final de la Euroliga frente al Efes (57-58). Y en ese todo está también el Clásico de la Final Four (86-83), que dejó tocados a los azulgranas tras un mes previo en el que su nivel no era el de antes. Tampoco lo es el de ahora.

Laprovittola ha perdido algo de efervescencia, Jokubaitis bastante protagonismo, Kuric no ve aro (2 de 16 de tres en los últimos siete partidos), Sanli llega mermado en un tobillo (más importancia para Brandon Davies) y Exum se ha quedado fuera en los tres últimos duelos para dejar espacio a Hayes y Higgins como extracomunitarios. La irrupción de este último es la mejor noticia para Jasikevicius (11-4 en los Clásicos con el lituano en el banquillo). El escolta estadounidense resultó clave en la remontada del cuarto asalto ante el Joventut, como Mirotic, de una regularidad excelsa. El talento de ambos, fundamental.

Llull lleva más de una semana sin entrenarse

En el Madrid, serios problemas en el puesto de base, donde Llull (aductores), Abalde (empeine) y Heurtel (tobillo) se han sumado a las bajas de Williams-Goss y Alocén. La presencia de los dos primeros está en el aire hoy; la del resto, descartada para toda la serie. Llull no se ha entrenado en más de una semana. Chus Mateo volverá a llevar al equipo, como el martes pasado en Vitoria (6-0 con él al mando entre esta temporada y la pasada), aunque Laso ya estuvo dirigiendo el entrenamiento del sábado en Valdebebas tras sufrir el domingo 5 de junio un infarto de miocardio. Sin directores puros, los blancos han sacado un gran partido al trío Hanga, Causeur y Deck, intercambiables en defensa y capaces de generar ventajas con su velocidad, talento y fuerza para penetrar. Los tres y Rudy apilan 34 triples en cinco duelos de playoff con un 43,6% de acierto. Ahí el Madrid ha crecido mientras se ha hecho fuerte en el rebote, 43,6 de promedio (13,6 ofensivos) en las eliminatorias con Tavares en plan coloso: 27,3 de valoración en semifinales, la media merengue más alta desde Sabonis hace 27 años. Ese será uno de los factores de esta final contra un Barça con menos presencia interior, pero que suma bastante con exteriores como Calathes y Hayes. Los rechaces dan segundas opciones y condicionan el ritmo.

Una Liga que saldará cuentas entre los dos grandes en un curso que, más allá de la fase regular, quizá domine el Madrid: la Supercopa y la final de la Euroliga frente a la Copa culé. El Barça, eso sí, cuenta con la ventaja de cancha, que es mucho. El primer asalto, esta noche (21:00, #Vamos). Pulso eterno.