Aíto: “En la NBA solo se preocupan por el marketing”

Aíto García Reneses está de vuelta en el baloncesto español. El entrenador madrileño, de 75 años, debutó este viernes en el banquillo del recién ascendido Básquet Girona en el amistoso ante el Baxi Manresa (73-72 para los manresanos).

Fue su primer partido en un equipo de la Liga Endesa seis años después. En 2016, abandonó el Gran Canaria para aterrizar un año después en el Alemania, en un Alba Berlín con el que jugó dos temporadas una Euroliga diferente a la que he conoció cuando entrenó al Barcelona en la década de los ochenta y los noventa.

Desde la temporada 2019-20, la máxima competición continental presenta un modelo de 18 equipos en un sistema de contra todos que obliga a un mínimo de 34 partidos para los conjuntos que no pasan a cuartos y un máximo de 41 para el campeón si supera su cruce de cuartos en cinco partidos.

Una cantidad ingente de partidos a los que se suman los de las competiciones domésticas (Liga, Copa y Supercopa) y, además, torneos internacionales de selecciones con las Ventanas de clasificación para las citas continentales o el Mundial. La consecuencia, un calendario cada vez más apretado que lleva al límite a los jugadores, que en algunos casos juegan tres encuentros a la semana con viajes de punta a punta de Europa.

“Esto nos lleva hacia el caos. Antes, éramos admiradores del baloncesto universitario. Al subir el nivel, éramos admiradores de la NBA. Y ahora, no somos demasiado admiradores de la NBA. Hay que reconocer que cada vez tienen mejor marketing, pero el juego es mucho más feo, porque juegan 8.000 partidos y sólo se preocupan del marketing”, reflexionó García Reneses al micrófono de E3 al ser preguntado sobre esta problemática.

“Esto en Europa aún no ocurre, pero sucederá porque si además de las Eurocup, las Euroligas, FIBA Cup, ACB, ligas nacionales... están las Ventanas, las puertecillas y ya no sé cuándo juegan la clasificación para el Mundial, para el Europeo, no sé si son para los Juegos Olímpicos. Y esto es un tema que debería solucionarse, pero cada uno va a lo suyo”, concluyó.