BILBAO BASKET 84-VALENCIA BASKET 78
Fiesta completa en Miribilla
El Bilbao Basket alcanza la permanencia virtual tras derrotar al Valencia con una demostración de carácter. Doble sesión y previamente, victoria del Gernika en la Liga Femenina.
Hay muchas cosas virtuales en el deporte y, en concreto en el baloncesto. Por ejemplo, la permanencia para el Bilbao Basket. Le otorgan esa calma tácita las 12 victorias que guarda en su almacén y ya nadie le van a quitar. Pensar que el modesto equipo bilbaíno puede ganar al lujoso Valencia es entrar en el terreno de lo onírico. Pues se materializó como colofón a la Fiesta del Baloncesto Vizcaíno en Miribilla, ya que ese encuentro era el segundo plato en una tarde que se abrió con el Gernika-Campus Promete de la Liga Femenina, también con sonrisa local. Hace no mucho, cuando ascendió el equipo de Mumbrú, plantillas con mucho pedigrí como esta de Peñarroya, hincaban la rodilla a menudo ante los ‘hombres de negro’, pero las circunstancias han cambiado. Así que se recordaron viejos tiempos.
Mal día eligió el Valencia Basket para dar el patinazo, tras una racha de 10 victorias en los últimos 12 partidos y tres triunfos seguidos, puesto que dejó pasar una oportunidad para rondar la segunda plaza de la Liga tras la derrota del Joventut en Manresa, y con la opción de dar caza a un Real Madrid cuesta abajo que este domingo juega en el Palau.
Desde una defensa extenuante, el equipo vasco aclaró mucho las ideas en ataque y bordó el baloncesto: 40-21. Por momentos recordó al choque de la primera vuelta en La Fonteta, con una primera mitad primorosa, aunque en ese caso los valencianos enmendaron el desastre. Increíble actitud, mientras Peñarroya castigaba con banquillazos a los que no bajaban en las transiciones locales. La impotencia se adueñó de sus chicos, cansados por los partidos ante Unicaja, Ulm y Bilbao en seis días. Así, López-Arostegui recibió una falta técnica antes del descanso.
El cuadro de La Fonteta no quiso pasar por Miribilla sin dar un poco de guerra y salió muy agresivo tras el parón largo. En tres minutos endosó un parcial de 0-14 que le llevó al 46-45 con canasta de Hermannsson a 6:33 para acabar el segundo acto. Desapareció la fluidez y emergió el Bilbao bipolar de otras tardes. Poco después empató Claver con un triple marca de la casa: 55-55. Tobey, absolutamente extraviado durante toda la tarde, falló dos tiros libres para ponerse por delante. Era el momento más crítico para los 'hombres de negro', pero estos demostraron su gran carácter y supieron mantener la entereza. Tres triples seguidos y de nuevo, con cara triunfal. Hasta Walker quiso justificar su fichaje y se pareció a aquel de Andorra.
“Me siento responsable, estábamos en cuerpo, pero poco más. En el tercer cuarto nos hemos parecidos a lo que somos”, se autoinculpó Peñarroya. Su colega Mumbrú, que el miércoles tiene uno de los días más importantes en una vida con muchos instantes dorados, con la retirada de la camiseta ante el Madrid, levantó los brazos eufórico al irse al túnel de vestuarios ante la grada. Síntoma de que la misión está cumplida. El efecto Miribilla volvió a rugir como en los buenos tiempos. Bien lo merece permanencia.