TIMBERWOLVES 90 - CAVALIERS 106

El duelo LeBron-Wiggins acapara el regreso de Love a Minnesota

Los Cavs sumaron su décima victoria consecutiva en un partido que 'King' James decidió en el último cuarto con 16 de sus 36 puntos. Pitos a Love desde la grada del Target Center.

Si había un partido que Kevin Love (y los seguidores de los Timberwolves) tenían marcado en rojo en el calendario era este. El ala-pívot regresaba al Target Center de Minneapolis por primera vez desde que esta verano decidiera abandonar los Timberwolves para jugar con los Cavaliers. Y la que fuera su afición a lo largo de sus seis primeros años en la NBA no le pasó por alto la 'traición'. Fue recibido con abucheos. Sin embargo, los verdaderos protagonistas en la abultada victoria de Cleveland (más de lo que dice el marcador: 90-106) fueron otros dos jugadores. LeBron James (36-6-5 y un +25 para los de Ohio con él en pista) y Andrew Wiggins (estableció con sus 33 puntos la nueva mejor marca anotadora de su carrera) acapararon los focos como sólo las grandes estrellas de Hollywood hacen. Dos jugadores que representan lo mejor del pasado reciente, el presente y el futuro de la mejor liga de baloncesto del planeta. 

Wiggins, el número uno del último draft (elegido por los Cavaliers) y único candidato a estas alturas a hacerse con el premio a mejor rookie de la temporada, no olvida el que en Cleveland le utilizarán como moneda de cambio para poder hacerse con los servicios de Love. O eso al menos pareció mientras le duró anoche la gasolina. El que los Wolves se sobrepusieran al 21-30 del primer cuarto y llegaran por delante (79-76) al último y decisivo se debió al sensacional rendimiento alero canadiense. Se le vio con ganas de demostrar su descomunal talento, y lo consiguió ante el mejor rival posible (un cuatro veces MVP). Anotó con fluidez penetrando con decisión, machacando con energía y estando certero en el tiro exterior (3/4). Además de robar cuatro balones. "Me encantan los grandes momentos. Me gusta jugar siendo el centro de atención", reconoció tras el encuentro. Flip Saunders, su técnico, le dio su bendición tras su gran noche: "Hoy ha demostrado tener el potencial para ser una súper estrella en esta Liga. Se crece ante la dificultad, no tiene miedo".

Sin embargo, cuando se acabó Wiggins (disputó 43 minutos), la resistencia de Minnesota llegó a su fin. Andrew anotó 31 tantos entre los tres primeros periodos (12-11-8), pero únicamente pudo convertir una canasta en un último cuarto en el que los lobos sólo pudieron sumar 11 puntos. Y es que en ese momento, LeBron James dijo basta. Al de Akron también le gustan los duelos y más aún indicar quién manda en el mundo de la canasta. Así que se puso manos a la obra y abusó de un equipo que no contó con Ricky (volverá mañana lunes ante los Mavericks tras perderse 43 partidos), Mo Williams, Zach LaVine y Shabazz Muhammad y en el que Nikola Pekovic, su gran refrencia interior (14-12 anoche), continúa cogiendo ritmo tras más de dos meses de ausencia. Pese a ello, no hay que restar mérito a la exhibición de 'King' James: 16 puntos en 11 minutos para cerrar un parcial de 11-30.

Como buen general, defiende a los suyos por encima de cualquier circunstancia. Y esta madrugada tenía una misión, cuidar de Kevin Love en un encuentro de gran carga emocional para el de Santa Mónica. "Como compañeros de equipo y hermanos, nuestra responsabilidad era protegerle esta noche. No sabía lo que iba a encontrarse", comentó LeBron. Lo cierto es que, en la cancha, Love no tuvo ni mucho menos el protagonismo anotador (14 tantos) que tuvo en su etapa en Minnesota, pero sí que volvió a destacar en lo que más le gusta: 17 rebotes. Pasó de los abucheos y de la polémica desatada por un controvertido vídeo difundido por su antigua franquicia en el que se hacía más referencia al retorno de Mike Miller (sólo jugó un año en los lobos) que al suyo propio, y prefirió quedarse con lo bueno. Intercambio saludos de afecto con Glen Taylor (dueño del equipo) y esposa, y con sus excompañeros. "Diciendo la verdad, fue una buena bienvenida, especialmente por parte de las caras conocidas", comentó. Y mientras tanto, los Cavs siguen como un tiro. Ya saben, el Efecto LeBron.

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