MANRESA 71-BARCELONA 81

El Barcelona solamente gana

El equipo azulgrana suma tres de tres en ACB pero sigue lejos del que tiene que ser su mejor nivel. El Manresa se las apañó para llegar vivo al final. Tomic, el más productivo.

Susanna SáezEFE

El discreto momento de forma colectiva de un Barcelona en plena construcción ha permitido al menos ver dos intensos derbis catalanes en el arranque liguero, tres si se suma el excelente triunfo del Manresa en la jornada inaugural ante el Joventut. Lejos del nivel que le haría pasar como un bólido por las pistas de muchos rivales, este es un Barcelona vulnerable que al menos gana: tres de tres para no perder demasiado pronto el paso en una carrera de fondo por la ventaja de campo en playoffs en la que al Real Madrid se le aventuran muy pocas derrotas.

Así que el Barcelona al menos gana. Por ahora sólo gana. Y aunque a priori una victoria en casa de un rival tan modesto como el Manresa no da para presumir, sí tiene cierto mérito por la excelente inercia que traía el equipo de Borja Comenge y porque el partido llegaba menos de cuarenta horas después de la derrota en Estambul. Mucho tute y muchos kilómetros para un Barça que no podrá rascar demasiados argumentos más para pensar en una mejora en el cortísimo plazo. Hablo de la otra carrera, la que un proyecto con tantas caras nuevas disputa contra sí mismo para ensamblarse y dar el nivel que permite ganar el puñado de partidos decisivos en los que se definirá la nota de la temporada. Está claro que simplemente con lo que tiene le basta para ganar a una tonelada de rivales. En España y en Europa.

El caso es que después de un par de amagos de escapada (22-35 en el minuto 15, 42-54 en el 25), el partido llegó en el alero a los últimos 90 segundos: 71-74 antes de siete puntos del Barça abiertos con un triple tremendo de Lampe. Otra vez victoria sin la autoridad prevista y repitiendo errores: el Barcelona regaló 12 rebotes de ataque a un Manresa más intenso, volvió a naufragar desde la línea de tres (5/21 tras el 6/30 de Turquía) y desde la de personal (8/14); Y volvió a airear la porosa defensa que trae de cabeza a Xavi Pascual. Unas lagunas que regalan al rival tiros libres y permiten demasiados tiros cómodos. Hernández y un Waters que sólo se encasquilló al final desnudaron un entramado que es más queso de Gruyere que la trinchera que ha sido, marca registrada, decisiva en los éxitos de los últimos años. Los mejores minutos defensivos llegaron con Abrines y Hezonja (8 puntos, 11 rebotes) en pista. Pero sigue la encrucijada: el Barça defiende mejor con unos y ataca mejor con otros, todavía no encuentra quintetos para ser estable en los dos lados de la pista. El resultado: muchos minutos en los que no hace bien ninguna de las dos cosas.

El Manresa llegó vivo gracias a Hernández, Waters y Asselin y a pesar de que no anotó ni un triple en el primer tiempo, de que Arco sólo anotó tiros libres y de que los puntos de Eriksson y Larsen (1/7 en tiros) aparecieron tarde y mal. Poco más se le puede pedir a un equipo que se manejó en los intercambios de canastas, recuperó terreno cada vez que se despistó el Barcelona y vivirá una semana más en su actual y bien merecido estado de optimismo a pesar de una derrota que entraba en casi todas las previsiones por mucha que no sea  el peor momento para medirse a un Barcelona que en lo individual tampoco desmadeja incógnitas. Navarro falló mucho pero metió dos triples importantes en el último cuarto y Tomic resultó decisivo: 20 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y esa sensación casi permanente de que en Europa tiene pocos rivales en las zonas más capaces de minimizarle que esa languidez que no termina de abandonarle. Lampe jugó un buen partido, más concentrado que en días anteriores y con puntos en momentos importantes. Sin embargo se volvió a ver muy poco de Nachbar y un Papanikolau demasiado transparente, Dorsey no fue esta vez Superman y en la dirección se les escapó otro tren a un Pullen negado y a un Sada que pisó demasiados charcos.

Otra vez el Barcelona ganó pero dejó la sensación de que tiene casi todo el camino por recorrer. Ha ganado cinco de sus siete partidos oficiales pero ha perdido, y no es casual, contra los dos cocos con los que se ha encontrado: Real Madrid y Fenerbahçe. Que será un mejor equipo según pasen las semanas es indudable. La cuestión es si las piezas terminarán siendo complementarias y ganadoras en los grandes escenarios. Esa es ahora mismo la gran duda a la que la temporada irá dando respuesta.

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