BARCELONA 76 - VALENCIA BASKET 75

El Barcelona salva el pellejo

El Barcelona remonta 17 puntos pero se enreda y deja vivo al Valencia Basket, que tuvo el tiro de la victoria sobre la bocina (falló Doellman) en un final de partido esperpéntico.

Andreu DalmauEFE

El Palau abrió temporada ACB con un partido kilométrico. Largo, muchos partidos dentro de uno solo, batidora de sensaciones y desenlace lógico para una sucesión de acontecimientos ilógica. El primer cuarto fue igualado y rítmico, el segundo una exhibición del Valencia, el tercero un banquete del Barcelona y el cuarto una procesión fangosa resuelta en dos minutos finales de vodevil. Dorsey falló bajo el aro, Doellman regaló un par de posesiones y un par de tiros libres y el Barça acabó zozobrando de forma asombrosa en cada saque de banda hasta regalar el último, que propició un tiro final de Doellman sobre la bocina.

Un final raro para un desenlace feo de un partido que fue un tiovivo y que dejó argumentos para todos. Para los que quieran mantener que el Valencia es la gran alternativa a la bipolaridad del puente aéreo y para los que aseguran que pase lo que pase Real Madrid y Barcelona no dejarán para los demás ni el postre. Para los que vean al equipo de Pascual aún descosido y con mucho por resolver y para los que lo consideren un equipo mucho más completo y temible que el de la temporada pasada. Porque hubo de todo en un duelo a ratos muy bueno y a ratos muy malo, en el que los dos equipos tuvieron rachas fantásticas y otras sonrojantes. Y que para llegar en el alambre al último minuto tuvo que pasar del 16-30 del segundo cuarto al 29-14 del tercero. Arriba y abajo, todo agitado. Cosas del arranque de temporada, seguramente.

El Valencia perdió por novena visita consecutiva al Palau en Liga Regular pero dejó aroma de buen equipo que todavía no es un gran equipo pero puede llegar a serlo. Trabajado y coherente, algo corto por fuera con las ausencias de Ribas y Lucic. En el segundo cuarto amasó un parcial de 2-20 y rozó la sentencia con un 24-41 a dos minutos del descanso. Y lo hizo gracias a que Perasovic le ganó la mano a Pascual con una zona 1-3-1 y unas rotaciones que desmadejaron la defensa del Barcelona con Doellman y Dubljevic atacando por fuera a pívots más lentos y pesados: cuatro triples y 23 puntos entre ambos en un segundo cuarto en el que Pascual rotó y rotó mientras su equipo se desvanecía, el más señalado un Pullen invisible.  Pero de ese 24-41 del minuto 18 se pasó a un 58-52 en el 27, un 34-11 que afeó a un Valencia que se cayó del  caballo en cuanto el Barcelona se hizo coherente, dejó de perder balones y apretó las tuercas en defensa gracias a Sada, un Papanikolau que además anotó tres triples en plena remontada y un Dorsey determinante. El estadounidense hizo exactamente lo que se espera de él, provocó el trasvase energético del partido y terminó con 9 puntos, 6 rebotes, 4 tapones y 4 robos. Su despliegue físico incluso despertó a Navarro, que apareció en el partido a tiempo y cuando le necesitaba su equipo. Suficiente.

El Barcelona en cualquier caso demostró que tiene mucho que acoplar pero también que su potencial es descomunal. Cuando entraron los triples y jugó con ritmo desbordó a su rival, cuando tuvo que remontar se agarró a la intensidad y las alternancias defensivas de la fábrica Pascual. Lampe fue de más a menos y Nachbar de menos a más. Huertas tuvo un día discreto y Tomic pasó de puntillas por un partido en el que al Valencia le faltaron fuerzas, frescura de piernas y mente y algún relevo para el esfuerzo postrero de Rafa Martínez y Doellman. Demostró que no se lo pondrá fácil a Madrid y Barça pero perdió. No sabemos hasta qué punto será una liga bipolar, sólo que ya está en marcha y que el Barcelona se ha quitado con un par de manotazos el moscardón que le había colado el calendario para abrir boca.  

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