El Madrid vuelve a las andadas en Zaragoza

Nos frotábamos las manos ante el bonito sprint que se avecinaba entre el Barça y el Madrid por el liderato, pero no ha dado tiempo ni de sentarse en el sillón. El CAI se ha cargado la emoción, a no ser que... Difícil con Navarro de vuelta.

Zaragoza era el primer de los cinco obstáculos y los blancos se dejaron la espinilla en el bordillo. Pupa tras el éxtasis del clásico, lo que les coloca de nuevo en el diván. Han vuelto a las andadas y con follón de propina, el que protagonizó Velickovic­ en un tiempo muerto a 3:45 del final. La cosa fue así: Molin le recrimina que hubiese fallado dos triples ante la defensa zonal del CAI. "Hay que meter el balón dentro, ¿no ves que quieren que tires?", le dice. "¡Déjame en paz, por favor!", le replica el serbio. La intervención del segundo, Cuspinera, evita que el rifirrafe­ suba de tono. Es el problema de tener a un jugador de clase, al que le cuesta entender lo que le piden, con un papel marginal en un puesto que no es el suyo. Conato de incendio.

Pero si el CAI dio la campanada no fue ni por Velickovic ni por esa zona, sino porque el Madrid aceptó batirse en duelo­ intercambiando canastas y defendiendo lo justo. Y ahí, con Quinteros entonado, con 9 triples tras buena circulación y un 75% de dos, el CAI se maneja como pez en el agua. Al Madrid, acostumbrado a ganar al límite, apretando atrás y sufriendo, el cambio de modelo se le indigestó pese a sus 12 triples (63%). Dio 20 asistencias y Sergio Rodríguez (reaparecía y aguantó 33 minutos) tuvo momentos brillantes con la batuta y mostró determinación cuando su equipo expiraba­: 81-72 a minuto y medio de la bocina, aunque erró el tiro que valía la prórroga (86-84). No hubo milagro. En los 70 segundos anteriores el Real había descerrajado cuatro triples (Suárez, Tucker y dos de Sergio).

Enfrente Chubb y las penetraciones de Miso resultaron letales. Tomic y Reyes dominaron muchos minutos dentro, pero el Madrid fue inconsistente más allá de las bajas de Llull y Prigioni­ (debut para Jorge Sanz). Encajó 73 puntos en tres cuartos. La pegada del CAI.