A sus 18 años, la ascensión meteórica de Pedri es también un signo de los tiempos, donde todo tiene que suceder muy rápido.
Enseguida se olvida una seña importante del Barça de Koeman: la confianza en la juventud de la casa.
Ayer, frente al Sevilla, Koeman planteó una especie de partida de ajedrez, con blancas y negras dispuestas para un encuentro muy cerebral.
Cuando decimos que su juego ha transformado el fútbol, es también por estos detalles. Antes de Messi, todos los equipos defendían las faltas de la misma forma.
Los vaivenes de un calendario al límite han provocado que, con la victoria de anoche frente al Rayo , el Barça haya completado un mes con ocho partidos jugados fuera de casa.
Las excusas acaban siendo un refugio fácil, pero también inútil y contrario a la esencia del fútbol.
Si juega 11 partidos más, el Barça deberá abonar 20 millones al Liverpool, una cifra imposible.
El Barcelona muestra ese estado ciclotímico de los equipos que no ganan cuatro partidos seguidos.
Quizá debemos preguntarnos ya si Koeman saca lo mejor de sus jugadores.
El perfil de Ibrahimovic —alto, potente, con recursos e imaginación para explotar sus cualidades técnicas— define a un tipo de delantero centro que está en alza.
Desde su llegada al Barça, el francés ha buscado su sitio en el equipo con entrega, pero ya no se puede ignorar más que ese sitio es el de Messi y está ocupado.
Hace años, Valdano introdujo en el fútbol el concepto del miedo escénico. Sin la presión de la afición, ahora emerge un miedo más sutil, el de jugar sin público.
De todas las situaciones rocambolescas que ha vivido el FC Barcelona a lo largo de su historia, dentro y fuera del terreno de juego, la actual ...
Desde hace varias noches tengo un método infalible para coger el sueño. En lugar de contar ovejas, me pongo a repasar nombre a nombre la plantilla...
Bartomeu y sus secuaces no aceptan que ellos y su pésima gestión son el problema principal.
Me pregunto, ahora, si dentro de unos meses nos acordaremos de Arthur y expiaremos el error de dejarle marchar —en realidad de echarle.
El sacrificio pasa por la dimisión de Bartomeu y la convocatoria de elecciones.
Bartomeu y la dirección técnica han convertido al FC Barcelona en un Monopoly.
Marcar al inicio siempre es una ventaja, pero ahora más, porque cancela las dudas y les retorna a un territorio conocido: el placer de competir, jugar y ganar, sin sorpresas.
Los jugadores deberán hacer ese esfuerzo añadido: imaginarnos ahí en las gradas, escucharnos, jugar y ganar también para nosotros.
La parte física nos dirá si se han precipitado, si hay más riesgo de lesiones, pero también habrá más espacio para el talento innato, la intuición, ese fútbol que no se entrena y es vistoso.
Desde que hemos puesto el presente en pausa, nos obligamos a imaginar como será el futuro próximo, y no es fácil. Quizá por eso me acuerdo a veces de Marcelo Bielsa.
Lo relevante del caso es que esta nueva crisis que sufre el Barça tenga lugar durante el confinamiento, cuando no hay fútbol.
Uno entiende también lo difícil que es hacer buen cine de ficción sobre el fútbol.
Quizá estamos ante un avance de lo que será el fútbol del siglo XXII. Virtual, distópico...
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