Yolanda Díaz anuncia oficialmente su candidatura para las elecciones generales

Tras semanas de negociaciones airadas, cruces de declaraciones y ultimátums, finalmente parece que se consuma la ruptura política entre Yolanda Díaz y Podemos. Parece que fue en otra vida el día aquel en el que Pablo Iglesias, teóricamente agotado de la actividad política, dio un paso al lado y postuló a la entonces ministra de Trabajo -hoy también Vicepresidenta Segunda- como sucesora.

Sin embargo, en seguida quedó patente que el ánimo de Díaz distaba mucho del simple continuismo con la figura y las formas de su predecesor. Desde su influyente cartera, se ha erigido a menudo como un puente entre los dos sectores del ejecutivo y ha desplegado un espíritu reformista que ha seducido a una nada desdeñable porción del electorado progresista. Algo en este ascenso meteórico no ha gustado demasiado entre las filas moradas, que han acabado por protagonizar un sonado divorcio con la persona que parecía llamada a liderarlos.

Al acto de Sumar en el madrileño polideportivo Magariños (en la calle Serrano) donde, esta mañana, Díaz ha anunciado por fin su candidatura a las elecciones generales, solo ha faltado Podemos. Izquierda Unida, Más País, Compromís y otros grupos minoritarios de izquierdas (incluyendo algunos díscolos de la formación de Ione Belarra) se han alineado con decisión detrás del abundante capital político de la Vicepresidenta, que es ahora la gran figura emergente en las coordenadas a la izquierda del PSOE.

Un paso adelante y mano tendida

Sumar se integrará como una lista unitaria donde tendrán cabida distintos espacios. Algunas figuras destacadas ya se han adherido al proyecto, como Íñigo Errejón, Mónica García, Ada Colau, Rita Maestre o Alberto Garzón. Todos ellos, en algún momento, fueron de la mano del partido de Pablo Iglesias, pero ahora, en la pugna por este espacio político, se han posicionado del lado Díaz -mucho menos desgastada- y su propuesta de renovación desde la izquierda.

“Diálogo”, “derechos” o “ciudadanía” han sido algunos de los términos más repetidos en la cita fundacional de la candidatura. Antes de la intervención, algo demorada, de Yolanda Díaz, han hecho uso de la palabra varios representantes de la sociedad civil que han explicado los motivos por los que apoyan el proyecto. El discurso de la protagonista ha hecho un balance de todos los avances materializados desde el gobierno, de su trayectoria política y de los objetivos que se marca el nuevo partido para el futuro.

Bajo una pancarta que rezaba el lema “Empieza Todo” y al grito de “no soy de nadie”, Díaz ha dado pistoletazo de salida a una nueva opción que tiene el reto de volver a aglutinar una casa dispersa, enfrentada y fragmentada. Solo si este espacio consigue reconfigurarse tendrá el actual gobierno posibilidad de revalidar el mandato. De momento, el baño de masas de esta mañana ha sido una indudable demostración de fuerza donde, además, no han faltado los mensajes velados a los ausentes, a los que, según se ha dicho, se sigue tendiendo la mano.

El momento más apoteósico, a modo de colofón final, del encuentro, ha sido cuando la Vicepresidenta ha verbalizado, por primera vez y frente a un auditorio lleno, cuáles son sus intenciones, “Hoy, humildemente, creo ser útil para nuestro país. Hoy, quiero ser la primera Presidenta de España. Porque la España de las mujeres es imparable”, ha declamado entre entusiastas vítores.