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¿Tiene Donald Trump posibilidades reales de volver a ser presidente?

Algunas encuestas lo sitúan como el claro favorito de las primarias republicanas del año que viene, a 18 puntos del segundo

JONATHAN ERNSTREUTERS

Donald Trump se quedó con ganas de más después de ocupar la Casa Blanca por cuatro años. Ya lo dejó claro antes de hacer las maletas. A día de hoy, el polémico expresidente sigue manteniendo que hubo fraude electoral en los últimos comicios generales que le arrebataron el poder en favor del demócrata Joe Biden. Lo que es indudable es que el político neoyorquino es una figura extraordinariamente divisora. Con cada gesto histriónico, cada declaración salida de tono y cada mitin multitudinario parece evidenciarse que en Estados Unidos solo hay dos clases de personas: los que aman a Trump y los que lo odian. Y según los últimos datos, los republicanos todavía lo quieren (y mucho).

Queda poco más de un año para el inicio de las primarias republicanas, que tendrán lugar entre febrero y junio de 2024. Parece lejano, pero el tiempo apremia para aquellos líderes conservadores que quieran fundar una plataforma alternativa a la del populismo trumpista. El panorama pide cautela para los rivales. Son pocos los que están dispuestos a arriesgar su capital político en una pelea a muerte con una figura que roza la hegemonía entre los votantes derechistas. Según varias encuestas, Trump se sitúa en un comodísimo primer lugar de cara a las elecciones internas de la formación. Casi la mitad de los militantes (un 49%) declaran que votarían por el multimillonario si el plebiscito fuera mañana. Y eso que, si esta experiencia se parece en algo a las anteriores, la tendencia del candidato podría dibujar una trayectoria (aún más) ascendente a medida que los postulantes sin opciones se vayan retirando de la carrera.

Posibles rivales conservadores

El único republicano que parece capaz de disputarle la nominación a Trump es Ron DeSantis, el muy popular gobernador de Florida. Los sondeos le dan unos números que dejan hueco a la esperanza. Hasta un 31% del escrutinio. No obstante, a pesar de que podría movilizar a casi un tercio de la base republicana a su favor, es evidente que necesitará mucha suerte y muchos apoyos externos para recortar la muy amplia ventaja de 18 puntos que lo separan de tener a tiro la presidencia. De momento, los comicios del partido serán cosa de dos, aunque hay otras figuras menos influyentes que podrían tratar de dar la sorpresa. Algunos son viejos conocidos de Donald Trump. Por ejemplo, su propio vicepresidente.

No es oficial todavía, pero desde hace meses se suceden los rumores de que Mike Pence estaría preparando una candidatura propia. Tampoco sería demasiado sorpresivo, pues las desavenencias entre Trump y su segundo de abordo fueron palmarias en varios momentos de la legislatura. Especialmente en el tramo final, cuando el exgobernador de Indiana trató de distanciarse del líder de su partido para evitar que la retórica incendiaria salpicara su figura de conservador clásico calmado y educado. Pero de momento su cuota es bastante discreta. Apenas el 7% de los republicanos lo consideran su primera opción. Y es que este distanciamiento con Trump lo convirtió en una figura bastante impopular entre el ala más radical del republicanismo.

Otro hombre con legión de adeptos dentro del partido es el senador por Texas Ted Cruz. Fue uno de los principales contrincantes de Trump en las primarias de 2016. Su perfil es bastante similar al del expresidente. Es tendente a la megalomanía y al discurso encendido. Todo un estandarte para la derecha alternativa estadounidense. Especialmente duro en temas como la inmigración o la lucha contra el crimen. En algunos aspectos, como el aborto, se sitúa incluso a la derecha de Trump. Sin embargo, después de su último fracaso, no parece probable que Cruz vaya a volver a arriesgarse. Él no ha hecho, hasta el momento, movimiento alguno que indique una apetencia por la presidencia. Y aún así, su gran relevancia política hace que su nombre sea automáticamente incluido en las listas de potenciales candidatos. Los sondeos le dan hasta un 2% de los votos (lo que no parece mucho, pero hay que tener en cuenta que es un porcentaje que recibe sin estar siquiera planteándose entrar en la carrera).

En caso de ganar las votaciones republicanas (lo que parece probable) queda por superar el principal escollo. Lo que Trump no fue capaz de hacer en 2020. Ganar a Biden. De hecho, los números actuales señalan que el demócrata partiría con una leve ventaja de unos 3 puntos (43% frente a 40%). Pero el exceso de confianza podría ser mortal para el liberal, pues si algo ha aprendido el mundo sobre Donald Trump es que nunca hay que darlo por muerto. Así que sí, existen posibilidades reales de que una nueva ola republicana inunde la Casa Blanca.

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