La tradición dice que hay que frotar el décimo de Lotería: estas son las administraciones de Madrid y Barcelona que responden a la superstición
Te contamos algunas curiosidades sobre la Lotería de Navidad: ¿por qué hay que frotar nuestro décimo de la Lotería de Navidad para tener suerte en el sorteo del 22 de diciembre?
Se acerca el 22 de diciembre. La fecha clave. El día en el que millones de españoles estarán sentados frente a su televisor, pendientes de la radio o con su móvil actualizando a cada segundo para saber si son millonarios.
Unos jugarán un décimo y otros llevarán multitud de números de la Lotería de Navidad. Algunos elegirán sus décimos al azar y otros muchos seleccionarán aquellas cifras que, por tradición o por superstición, creen que les dan suerte.
Frotar el décimo para atraer la suerte
Una de las manías más habituales a la hora de afrontar este sorteo es el de frotar nuestro décimo contra algún elemento que consideremos que nos va a traer suerte. Y para gustos, los colores. Hay quienes frotan su décimo en el vientre de una embarazada y otros lo hacen en la calva de familiares, amigos y, por qué no, incluso desconocidos. A muchos se nos viene a la mente el protagonista de los anuncios de la Lotería de Navidad durante largos años en nuestro país.
Pero las supersticiones van más allá. Frotar el décimo contra una joroba puede llegar a ser habitual así como contra el lomo de un gato negro. Recordamos el nombre de dos de las administraciones más populares de nuestro país: ‘El jorobado de la suerte’ en Madrid y ‘El gato negro’ en Barcelona.
En la administración de la calle Preciados hay un ‘jorobado’ contra el que propios y extraños frotan su décimo en busca de la suerte. Algo que también sucede en ‘Doña Manolita’, lugar de culto en la Lotería de Navidad. Muchos jugadores piden pasar sus décimos contra el cuadro de Manuela de Pablo, la fundadora del establecimiento.
El azar del juego no entiende de razones. Por eso, y aunque no tenga explicación aparente, muchos de nosotros realizamos alguno de los rituales antes mencionados para coger un pequeño (gran) pellizco de dinero en el sorteo de la Lotería de Navidad. Todo vale.