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Usan detectores de metales en mitad del campo y encuentran el ‘hallazgo de su vida’ en forma de oro

Un paseo con detectores de metales por un campo inglés termina en uno de los descubrimientos arqueológicos más fascinantes de los últimos años.

the searcher
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El pasado mes de enero, en un campo del suroeste de Inglaterra, dos aficionados a la detección de metales toparon con lo que ya se considera un hallazgo excepcional del periodo anglosajón: una elaborada cabeza de cuervo y un anillo, ambos confeccionados en oro y decorados con piedras granates. Las piezas, según los arqueólogos que las analizaron, podrían tener unos 1.400 años de antigüedad.

Paul Gould, miembro del Grupo de Detección de Metales de la Novena Región, fue el primero en encontrar algo inusual tras una larga jornada de rastreo. Entre la tierra, emergió una banda dorada con granates tallados en forma triangular y diminutas bolas de oro. En un primer vistazo, Gould pensó que se trataba de uno de esos famosos anillos anglosajones.

Pero la verdadera joya la encontró su compañero Chris Phillips: una cabeza de cuervo decorativa con un ojo de granate aún en su sitio, plumas perfiladas en oro y un peso de unos 57 gramos. Según los arqueólogos del Museo Británico, encargado de exponer las antigüedades de la cultura humana, esta obra pudo formar parte de un cuerno ceremonial para beber, similar a los hallados en el enterramiento de Sutton Hoo, donde se hallaron dos cementerios de la realeza medieval anglosajona.

Un mensaje subliminal mitológico

Aunque el simbolismo exacto de la cabeza de cuervo sigue siendo incierto, este animal ocupaba un lugar especial en las mitologías germánica y nórdica, donde eran vistos como heraldos de muerte y sabiduría, estrechamente vinculados al dios Odín.

Tras el descubrimiento, los descubridores informaron a las autoridades siguiendo el protocolo del Portable Antiquities Scheme, un programa británico que anima al público a registrar hallazgos arqueológicos para enriquecer el conocimiento histórico. Actualmente, y según informa el medio Live Science, ambas piezas están siendo restauradas por expertos del Museo Británico como parte del llamado “proceso del tesoro”, contemplado por la legislación del Reino Unido para artefactos antiguos hechos con metales preciosos.

La limpieza inicial ha revelado otros detalles asombrosos, como incisiones en el pico de la cabeza del cuervo, pequeñas clavijas en su interior —posiblemente utilizadas para fijarla a otra estructura— y la ausencia de un segundo ojo. En cuanto al supuesto anillo, aún se debate si se trataba realmente de una joya o si pertenecía a un objeto decorativo de mayor tamaño.

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Dado el carácter excepcional de ambos objetos, el lugar del hallazgo está siendo examinado como un posible yacimiento arqueológico. “Estamos deseando participar en cualquier investigación futura del sitio, cumpliendo siempre con los procedimientos establecidos”, ha declarado Phillips para Live Science.

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