SOCIEDAD

Una española, atacada por la úlcera de Buruli, la bacteria que devora carne: “Es como el bocado de un tiburón”

Según informa El País, Patricia Casas se encontraba trabajando en un proyecto de conservación de las selvas peruanas hasta que una extraña enfermedad comenzó a brotar en su brazo.

Oscar J. Barroso / Europa Press

Patricia Casas se encontraba en Perú, trabajando en un proyecto de conservación de las selvas, pero en su vuelta a España tras cinco meses en el país peruano, su vida se tornó en una pesadilla. La bióloga, de un día para otro, se encontró luchando contra una enfermedad poco común y devastadora: la úlcera de Buruli.

La úlcera de Buruli, es una de las enfermedades tropicales más olvidadas y con menos conocimiento del mundo, es causada por una bacteria que puede devorar la carne humana y causar graves daños en la piel y los tejidos. En el caso de Patricia, lo que comenzó como una pequeña lesión en su brazo izquierdo, similar a una quemadura, pronto se convirtió en una úlcera de 12 centímetros de diámetro, causando una inflamación que conectaba su codo con su axila.

Según relata El País, a pesar de su formación científica, Patricia y los médicos se enfrentaron a algo prácticamente desconocido. Al ser una bacteria difícil de cultivar en laboratorio, su identificación es costosa, por lo que, durante meses, Patricia fue sometida a diferentes tratamientos, mientras la bacteria continuaba devorando su brazo.

El tratamiento de Patricia fue largo y doloroso. Pasó casi dos años tomando antibióticos, pero el daño en su hígado y la sordera fueron efectos secundarios preocupantes. También pasó por quirófano en varias ocasiones para intentar detener el avance de la enfermedad hasta que por fin consiguió el alta

Una amenaza para los más pobres

La úlcera de Buruli es una enfermedad que afecta principalmente a las regiones más pobres del mundo, donde los recursos médicos son limitados. Aunque se concentra principalmente en África central, casos como el de Patricia se han registrado en otros países, como Perú. Y, pese a que la transmisión de la enfermedad y su origen siguen siendo un misterio, estudio sugiere que los mosquitos podrían estar detrás de su propagación.

Ahora, años después de que la bacteria devorara su brazo, Patricia sigue adelante, llevando consigo una cicatriz física pero también una historia de superación y esperanza. Esto le hizo cambiar radicalmente su carrera profesional, pues tuvo que dejar la biología para dedicarse a la hostelería, donde ahora se encarga de un albergue con taberna musical en Pedrún de Torío.

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