Una empresa despide a su empleado de mayor antigüedad justo ante de jubilarse: “Me tiraron como a una bolsa de basura”

Un trabajador suizo de 61 años, Roland Favre, ha denunciado públicamente que fue despedido por la empresa en la que trabajó durante más de cuatro décadas, justo antes de cumplir la edad para jubilarse con pensión completa. En declaraciones al medio watson, aseguró: “Me tiraron como a una bolsa de basura”, y lamentó que su lealtad no haya sido recompensada tras una vida laboral en la misma compañía.

Favre comenzó como vendedor por correo y llegó a ser jefe de logística, permaneciendo en la firma cuando otros compañeros optaron por irse y formándose para adaptarse a nuevos retos. Sin embargo, todo cambió una mañana cuando la empresa anunció el recorte de 200 puestos en toda Europa. Aunque representaba solo una pequeña parte de la plantilla, su nombre figuraba en la lista. “Fue una enorme sorpresa, un shock total”, declaró. No se trataba de una jubilación anticipada con sueldo, sino de un despido ordinario, y poco después supo que parte de su puesto había sido trasladado a Alemania, Austria y Eslovenia.

El afectado sospecha que el motivo fue económico. “Probablemente era demasiado caro”, afirmó, recordando que en una ocasión mencionó que consideraba jubilarse antes de tiempo, algo que cree que influyó en la decisión. Tras anunciar a la empresa que consultaría con un abogado, recibió una oferta de indemnización equivalente a seis meses de sueldo. “Sin esa pequeña presión, probablemente no lo habrían hecho”, dijo.

Las dificultades para trabajar después de los 55 años

Tras perder su empleo, Favre se inscribió como demandante en la oficina de trabajo y envió más de 150 solicitudes sin éxito. Llegó a ocupar temporalmente un puesto en logística, pero se terminó, y en otra entrevista de trabajo el jefe de personal le admitió que no podía contratar a mayores de 55 años por una norma interna. El salario ofrecido era de 18 francos suizos, unos 19,30 euros, por hora.

Favre critica que las empresas ven a los trabajadores veteranos como un coste elevado, no solo por el sueldo, sino por las cotizaciones a las pensiones. “A partir de los 55 años, las empresas pagan un 18% en contribuciones; entre los 25 y 35 años, solo el 7%. La lealtad sale muy cara al final”, denuncia. Entiende que los jóvenes no quieran que se les descuente más de su salario, pero considera injusto que ese sistema perjudique a quienes acumulan más años de carrera.

El Gobierno suizo quiere dificultar las jubilaciones anticipadas para reducir el gasto en pensiones y alargar la vida laboral. Favre lo ve como una medida desconectada de la realidad: “Un trabajador de 65 años quizá pueda seguir, pero los que son despedidos antes no tienen casi ninguna oportunidad. Lo único que les queda es jubilarse antes, y eso no debería dificultarse”. Pide que se busquen fórmulas alternativas para financiar el sistema.

Mientras tanto, continúa buscando empleo, dolido por la falta de reciprocidad en el mundo laboral actual. “Me tiraron como a una bolsa de basura”, repite, aunque sin perder la esperanza: “No quiero jubilarme todavía. Tal vez la suerte vuelva a sonreírme”.

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