Una churrería de Barcelona abre en Corea del Sur
Dos años después de que una popular cantante de K-pop subiera un vídeo probando uno de sus churros, la Churrería San Román abre un nuevo local en Seúl.
“Xurreria”, rezan unas grandes letras rojas sobre un fondo blanco en la fachada de un humilde local en el Barrió Gótico de la ciudad condal. A no ser que se esté especialmente hambriento, ningún turista repararía en este pequeño negocio de entre todos los que pueblan las calles barcelonesas. El sitio mantiene el aspecto callejero propio de cualquier churrería que se precie. En un escaparate que da a la estrecha calle peatonal se exponen patatas, dulces, frutos secos y refrescos. No tiene puerta y el interior está dividido por una ancha encimera que ocupa la práctica totalidad del espacio. A un lado, el pasillo donde esperan los clientes, al otro la cocina donde un cocinero fríe largas tiras de harina dulce. Nada haría pensar que esta churrería es diferente a cualquier otra churrería de Barcelona, Málaga o Madrid. Sin embargo, las colas de la Churrería Manuel San Román en los últimos dos años ocupan toda la calle, los turistas se agolpan en sus puertas de la noche a la mañana, hasta el punto de que los dueños van a abrir su primera sucursal. Y no en cualquier sitio, sino en Seúl, a 9.000 kilómetros de distancia de la capital catalana.
Una misteriosa cliente
Una tarde de 2022 una joven coreana entra en la churrería. Pide unos churros y, ya sea porque nunca los ha probado y le resultan deliciosos o porque de todos los que ha probado estos le resultan especialmente deliciosos, decide subir un vídeo a sus redes sociales. Los dueños del local seguramente desconozcan que esta joven coreana que intenta no mancharse las manos es Jisoo, vocalista de Blackpink. O lo que es lo mismo, es una de las caras visibles de uno de los grupos más famosos del género más popular de los últimos años. Es una estrella con 72 millones de seguidores únicamente en Instagram. La mayoría de ellos coreanos que a lo largo de la última década multiplican su presencia turística en las calles de Barcelona. Si en 2012 Barcelona acogió a 50.000 turistas coreanos, en 2019 la cifra llegó a los 295.400 visitantes.
Fiebre churril
Un sencillo vídeo y un post en redes sociales fue todo lo que hizo falta para que los entusiastas k-popers se lanzaran en masa (nunca mejor dicho) a visitar la churrería, que en apenas un año aumentó su facturación en un 20%. A medida que las colas crecían la popularidad de la churrería se expandía por el país asiático, cada vez más gente probaba sus churros, cada vez más gente subía en sus redes el obligatorio selfie con los mismos churros que en su día rozaron los labios de Jisoo, cada vez más fanáticos quieren probar la deliciosa masa frita que sedujo a su ídolo. El número 8 del carrer de Banys Nous ya aparece hasta en las guías turísticas coreanas.
Nuevo local en Seúl
Según informan medios locales, los trabajadores de la churrería, acostumbrados a la continua cola de jóvenes clientes de ojos rasgados, ya incluso chapurrean algunas palabras en el idioma asiático. La atracción turística ha sido de tal magnitud que los dueños del establecimiento, Xavi Català y Francisco Almendros han decidido llevar la montaña a Mahoma y abrir un nuevo local en tierras coreanas. La inauguración se producirá entre febrero y marzo de este año y se financiará a través de inversiones de empresarios surcoreanos que han decidido apostar por el proyecto. El local se ubicará en el centro comercial Hyundai de Seúl.
La fiebre del churro llega a Corea de manera tan imprevisible como cuando empezó. Su expansión por el país asiático por ahora es un misterio. ¿Quién sabe? Quizás veamos un videoclip de BTS explicando qué ingredientes debe llegar la paella o cómo darle la vuelta a la tortilla de patatas. Mientras tanto, todos los dueños de bares y restaurantes esperan con expectación la entrada de cualquier turista con el mínimo rasgo oriental que le de el empujón definitivo a su negocio.