Una anciana vivió en una choza sin suelo ni luz durante 77 años y ahora ha cumplido su mayor sueño: “Tiene una casa a su nombre”
Una mujer navajo de más de 80 años recibirá una vivienda digna después de décadas de precariedad en una de las zonas más aisladas del suroeste de EE.UU.
Durante más de siete décadas, Victoria Benally, una anciana de 80 años, vivió en una pequeña choza de una sola habitación, con el sueño de tierra, goteras en el techo y las paredes cubiertas de mantas y plásticos para evitar que entre el frío del desierto. Y hasta hace apenas tres años, ni siquiera tenía acceso a electricidad. Ver para creer, ¿verdad?
Por suerte, la vida de esta octogenaria está a punto de cambiar. Benally ha sido una de las 84 personas mayores seleccionadas para recibir una vivienda nueva en Navajo (Arizona) gracias a un programa de 14 millones de dólares financiado por la American Rescue Plan Act (ARPA) y gestionado por la Navajo-Hopi Land Commision. Su nuevo hogar será una vivienda modular equipada por dormitorios, baño, cocina y todos los servicios básicos que se puedan esperar de una casa. El proyecto pretende ofrecer estabilidad y dignidad a los ancianos navajos que viven en zonas remotas y carecen de viviendas dignas. “Representa esperanza para nuestro pueblo”, explicó la directora del programa, Sarah Slim, al anunciar el reparto de las primeras casas.
Navajo es un lugar único en Estados Unidos, aunque sea por este tipo de cosas
Sin embargo, el caso de Benally es más complicado. Su propiedad se encuentra en una zona de difícil acceso, donde el terreno arenoso y las pendientes complican la llegada de vehículos, incluyendo las ambulancias. A pesar de que una iniciativa local logró llevar electricidad a este lugar en 2022, todavía no hay suministro de agua corriente, y extender redes de carreteras puede costar decenas de miles de dólares. A pesar de ello, su casa está casi finalizada. La defensora comunitaria Angelita Nez, que impulsó su candidatura, confía en que Benally pueda entrar en su nuevo hogar antes de que llegue el invierno: “Tiene una casa a su nombre; solo falta que se la lleve”, declaró a la cadena KTVB7.
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Más allá de este caso concreto, la historia de Benally refleja un gran problema estructural. Durante más de 40 años, el fenómeno llamado Bennett Freeze impidió cualquier tipo de construcción o mejora en más de 600.000 hectáreas de territorio navajo, lo que dejó a miles de familias con viviendas precarias sin acceso a agua, electricidad o carreteras. Hoy por hoy, programas como el del ARPA intentan revertir la situación mediante la construcción de viviendas modulares, lo cual sin duda es de agradecer.
Aunque este tipo de vivienda es cada vez más común, a día de hoy tan solo representa el 3% de las nuevas construcciones unifamiliares de Estados Unidos. Y es que el problema no está en la fabricación de las casas, sino en dotarlas de la infraestructura necesaria para que puedan ser habitadas. Para Victoria Benally, ese “sprint final” está a punto de llegar. Cuando su nuevo hogar esté totalmente acabado, por primera vez tendrá suelo firme, un techo sin gotera e incluso un baño para ella sola. Por fin recibirá un lugar digno al que llamar casa, aunque sea en la última etapa de su vida.
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