SOCIEDAD

Un usuario de TikTok enseña los cambios de los supermercados en Rusia tras las sanciones occidentales

Toneladas de una bebida parecida a la Coca-Cola, cambios en los brick de zumo y una nueva procedencia en el queso reflejan las trabas económicas del gigante de pies de barro euroasiático.

Desde que Rusia lanzase su invasión relámpago, reconvertida en un fango eterno y movedizo, el país de las matrioskas no ha vuelto a ser el mismo. Tampoco sus ciudadanos. Las farolas lucen vagas con pesadumbre, las calles amanecen solitarias; el invierno es más largo y el verano, si es que alguna vez ha aparecido en tierras tan frías, está coronado con un Sol tan pesimista que, por no dibujarse, no aparece ni en las esquinas de los folios. Y la Plaza Roja, que después de tanto cambio triste va a ser bautizada como la ‘Plaza Floja’.

No hay mejor medidor de un país que el pasillo de un supermercado. Si el drama de la inflación llama a la puerta de una economía, los rollos de papel saltan por la ventana de la tienda. Y así con todos los productos. Mal negocio. Y si la bonanza es próspera, incluso habrá pollo kebab. En el caso ruso, semejante murria se ha colado entre las neveras, cajas, estantes y botes.

Así lo ha mostrado Sniderhozee, un usuario de TikTok que ha decidido internarse en una aventura más curiosa que épica: empujar un carrito por un supermercado; pero que refleja muy bien el resultado de las sanciones que Occidente ha impuesto al gigante de pies de barro euroasiático. Más de 70.000 ‘me gusta’ y dos millones de reproducciones corroboran el interés mundial en el ‘Mercadona’ ruso.

Según muestra, ahora hay toneladas de una bebida muy parecida a la Coca-Cola, “de golpe”, pero que no es Coca-Cola. Porque el gas se pasa en unos días y para el azúcar está la ‘zero’, pero lo de occidental no se lo quita nadie. Entonces enfoca con el móvil a los zumos. “Se están quedando sin tinta verde, por lo que ahora el envase es blanco”, relata a la vez que muestra unos brick que bien podrían haberse forrado con los folios donde ya no se pintan soles.

Y todavía queda más. “América Latina fabrica el queso que no hace Rusia”, expone. Y muestra el extracto de vaca mecanizado con la bandera brasileña. Y otro con la argentina. Pequeñas pegatinas que significan grandes cosas. Como que las trabas económicas están haciendo mella en el comercio moscovita. Y que lejos de La Mancha no llega el queso dulce.

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